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TLC Chile-Japón: visión de presente y de futuro


Con el nuevo anuncio del inminente cierre de un TLC con Japón, Chile habrá de concretar una verdadera red de potentes mercados en el Noreste asiático. Así es, con este TLC, el país terminará siendo parte [económicamente hablando] de los mercados más importantes de esa región del Asia-Pacifico: China, Corea del Sur, Singapur y ahora Japón. Potencialmente, de acuerdo al World Development Indicators, los cuatro países representan un mercado de 1,485 millones de habitantes con un promedio de 22 mil dólares per-cápita, PPP. Japón, de entre ellos, posee el más alto índice, el cual se eleva a los 30 mil ochocientos veintiún dólares per-cápita, PPP. Chile, por su parte, alcanza los 12 mil seiscientos treinta y cinco dólares.



Desde esta perspectiva el nuevo TLC representa un desafío mayúsculo. Con 128 millones de habitantes el gigante asiático es – aún a 14 años del fin de la burbuja económica- la segunda economía del mundo. Superado en 2005 sólo por Estados Unidos, Japón presenta un imponente GDP [current US$] de 4,505.91 billones de dólares; superando al mismo tiempo, a otros grandes como Alemania, Inglaterra, Francia, Italia, China, Canadá, España, Corea, México e India. Chile se ubica lejos de la realidad nipona con sólo 115 billones de dólares. De acuerdo a datos de la Direcon, con Asia comercializamos el 36 por ciento de nuestras exportaciones, mientras que con Europa el 25%, América del Norte [Nafta] el 23%, América Latina el 12% y otros mercados el 4%. Del total del mercado asiático, para Chile, el de Japón es aún el más significativo con un 32% del total, le siguen China con un 31%, Corea del Sur 16%, India 4%, el Bloque Asean 4% y otros mercados con un 16%.



Sin embargo, y como es la constante de nuestras exportaciones, el 75.3 % de la canasta de productos chilenos exportados a esta nación asiática son, en esencia, recursos naturales y materias primas carentes de valor agregado. Así, del total, el 42.2% son minerales de cobre y sus concentrados, 17.4% concentrado tostados de molibdeno, 6.2% salmones, 3.4% madera en plaquita de eucaliptos, 3.3% truchas y 2.8% cátodos y sección de cátodos de cobre. Por el contrario, Japón exporta a Chile, principalmente, camiones, automóviles y camionetas, además de electrodomésticos y computadores.



Desde esta perspectiva, y teniendo en mente la oportunidad que se nos abre, un sano proceso de comparación entre ambas naciones se hace inevitable. Japón expone niveles de desarrollo que distan de la realidad Chilena. En este sentido las declaraciones del Embajador Terusuke Terada, Presidente del Centro de Prensa Internacional de Japón, en su conferencia titulada ‘Chile como puente entre Japón y América Latina’, son claves para el futuro. El embajador señaló, en aquella ocasión, que el nuevo desafío para el Japón era alcanzar una relación horizontal con Chile superando la etapa del antiguo entendimiento de carácter vertical. Ergo el reto para Chile es alcanzar nuevos y más altos niveles de competitividad y desarrollo que le permitan establecer una relación de este tipo.



No cabe dudas entonces, que a la hora de intentar un entendimiento horizontal, el conocimiento de Japón se hace imprescindible. Entonces, la verdadera tarea -con el fin de poder efectivamente aprovechar este nuevo peldaño en la relación Chile-Japón- esta en crear un actualizado ‘framework’ de la lógica del Japón del siglo XXI.



Japón y Chile: ¿competitividad pareja?



De acuerdo al Global Competitiveness Report-2005 [GCR], los dos países muestran en la visión macro estar relativamente cercanos. Así mientras, en el Growth Competitiveness Index, Chile se encuentra entre los top 25 [lugar 23], Japón lo hace entre los top 15 [lugar 12]. Sin embargo, Chile demuestra ser más consistente que Japón en las variables macroeconómicas. En el índice Medioambiente Macroeconómico el ranking de Chile es 15 y el de Japón 42; mientras que en subíndice de Estabilización Macroeconómica Chile es 3 y Japón 78. En cuanto a Gasto [waste] de Gobierno, Chile esta 19 y Japón 68. Finalmente, Chile logra tocar la excelencia en los requerimientos básicos del índice de Competitividad Global cuando en el ítem Macroeconomía alcanza la primera ubicación y Japón cae a la posición 93.



Sin embargo, el análisis de lo micro delata los niveles de desigual desarrollo y potencialidades que ambas naciones proyectan. Por este motivo, desde la perspectiva micro, lo cual determinar la capacidad de crecimiento y desarrollo en el largo plazo en la economía moderna, el resultado tiende a invertirse.



Basados en los datos del GCR-2005, en el índice tecnología Japón se encuentra en el lugar 8 y Chile 35. En el subíndice Innovación Japón llega a la quita posición mientras Chile se posiciona en el lugar 38. La brecha entre ambos llega a su máxima expresión en los Factores de Innovación del índice de competitividad global. En el ítem Sofisticación de Negocios Japón alcanza el primer lugar y Chile el 31; mientras que en el ítem Innovación Japón es segundo y Chile 41. Un fenómeno similar se da a la hora de comparar la calidad de las instituciones de investigación científicas: Japón 7 y Chile 48. Como consecuencia mientras 276.6 patentes son otorgadas por cada millón de japonés, el índice sólo llega a 0.9 patentes en el caso de Chile.



Todo lo cual, de acuerdo al World Compeitiveness Year Book-2006[WCY], se ve respaldado por dos índices. Primero, Japón alcanzó un gasto de 3.2 % de su GDP en Investigación y Desarrollo en 2004; a lo cual Chile respondió con un 0.65% de su GDP. Y segundo, mientras Japón tiene un gasto per-cápita de 1,060 US$ en I+D, Chile sólo logra llegar a los 38.3 US$. El resultado final es que Japón, del total de sus manufacturas [en 2004], exportó un 23.68% de Hich-Tech, lo cual significó 124,045 millones de US$. Chile, por su parte, sólo alcanzó un índice de 4.7%, con un retorno de 195 millones de US$.



En educación los resultados tampoco anticipan un futuro prometedor en el corto plazo; además nos hacen ver el tipo de sociedades que cada país ha y esta construyendo. Por ejemplo, de acuerdo al GCR-2005, en la variable calidad del sistema educacional Japón es 24 y Chile 73. En cuanto a la calidad de los colegios públicos, Japón representa una sociedad más igualitaria y, como resultado la calidad de la educación pública le permite ubicarse en el lugar 11, Chile sólo logra el lugar 82. La calidad de la educación de ciencias y matemáticas es otro factor a considerar: Japón 12 y Chile 88.



Por su parte, el WCY-2006 también delata el gap (brecha) entre ambas naciones. En 2003, a nivel Universitario establece esta fuente, el 52% de los japoneses entre los 25 y 35 años de edad habían asistido a la educación terciaria; en Chile sólo el 17% había podido hacer lo mismo. Con relación al radio de profesores por alumno, mientras un profesor en Chile debe intentar ensañar a 32.7 alumnos, en Japón el mismo profesor solo debe hacer lo propio a 14.5. Fenómeno similar ocurre en primaria: Chile 33 alumnos por profesor y Japón 19.9.



Japón y las PYMES chilenas



Todos los antecedentes dados hasta ahora hablan por si solo del gigantesco desafío que Japón del siglo XXI nos propone. Desde esta perspectiva, y aún sabiendo que la oportunidad esta ahí; me resulta algo ‘naive’ el llamado que se ha hecho para una rápida y ejecutiva inserción de la Pequeña y Mediana empresa chilena [incluso, también, de la mayoría de las grandes empresas chilenas del sector terciario] a las necesidades del mercado japonés. Las aprensiones se sustentan en que es tremendamente difícil -en el corto y mediano plazo- intentar comparar la competitividad internacional de las PYMES chilenas con las del Japón. Razones sobran: calidad, preparación, diseño, tecnología y estandarización entre otros factores.



Por ejemplo, de acuerdo al Global Compeittiveness Report, 2005-2006, mientras la capacidad de absorción de tecnología de las firmas chilenas las ubica en el lugar 40, la capacidad de las japonesas las ubica segundas. Similar disparidad se aprecia en la intención de las respectivas compañías de cada país. Así, mientras el gasto de las compañías en investigación y desarrollo ubica a Japón en el segundo puesto, la realidad nacional nos deja en el lugar 47. Las diferencias llegan, en este tema, a su máxima expresión cuando se comprueba que en el ítem estado de desarrollo de cluster Japón es primero en el mundo y Chile 62.



Por estas razones, y mientras trabajamos para alcanzar la anhelada relación horizontal, propongo que para una utilización realmente efectiva por parte del mercado local chileno de las oportunidades otorgadas por el mercado japonés, a la brevedad se articule el trabajo de dos sectores claves en Chile. Primero, un apoyo directo y estratégico del gobierno de Chile. Este debería coordinar, sobre la base de sus bases de datos, los nichos que el mercado japonés ofrezca. Segundo, el sector privado; el cual ya está involucrado en el sistema de comercio japonés [las empresas mineras, salmoneras, madereras y vitivinícolas] debe ofrecerse [desarrollando de paso un potente y amplio concepto de cluster nacional] como ‘cabeza de playa’ en Japón, facilitando el arribo concertado y estratégico de nuevos oferentes chilenos. De esta manera, a lo mejor, y considerando que el 95% de la oferta de trabajo en Chile es generado por las 700 mil micro, pequeñas y medianas empresas, logramos en conjunto superar las 55 ofertas de productos chilenos en la página de JETRO.



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Rodrigo Álvarez Valdés. Doctorando en el Departamento de Estudios Políticos de la Universidad de Auckland, New Zealand.
Master of Arts en Economía Política Internacional – Universidad de Tsukuba, Japón.



[e-mail: rodrigoz2004@yahoo.co.nz]
[Pagina Blog: http://rodrigoalvarezvaldes.blogspot.com]


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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