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Los ejes del nuevo Presupuesto


En el esperado presupuesto 2007 el gobierno mantiene la austeridad fiscal a todo evento. Parece necesario distinguir entre responsabilidad fiscal y austeridad a toda prueba. El presupuesto presentado entra en la segunda categoría. Pese a que muchos sostenemos, incluyendo analistas internacionales, que debemos ir al equilibrio estructural. Con eso ganaríamos unos US$ 1.500 millones dólares anuales para aumentar la inversión que ahora depositamos en cuentas en el exterior.



La segunda característica es su énfasis en lo social. En esto el Gobierno hace un gran esfuerzo constructivo para el futuro nacional, totalmente consistente con lo que ofreció la Presidenta durante la campaña. El énfasis en lo social es fundamental para mejorar las oportunidades y la calidad de vida de todos los chilenos.



Entre las principales causas para que la gente recaiga en la pobreza luego de haber salido de ella, están las enfermedades y el desempleo. Por ello, el primer eje se concentra en salud y empleo. Completar las patologías del Plan Auge en el 2007 es un paso importante para llegar a 80 patologías en el 2010. Como lo contempla el presupuesto, eso requiere expandir y fortalecer la infraestructura de salud. En cuanto a los programas de empleo y capacitación habría que ver su calidad, pero por lo menos protegen. Se requiere un buen seguro de desempleo si queremos fortalecer el mercado de trabajo. Nadie aceptará más flexibilidad laboral sin un acuerdo social sobre seguro de desempleo, cumplimiento de leyes laborales y la observancia de ciertos estándares mínimos de calidad del empleo.

El énfasis en la educación, especialmente la educación temprana, es clave para mejorar la capacidad de aprendizaje de los niños de más bajos ingresos, y en ello avanza significativamente el presupuesto. Poner más recursos en los colegios municipales y particulares subvencionados ayudará a cerrar la brecha de cinco veces entre lo que se gasta en la educación de los niños en colegios particulares. No mejoraremos la equidad en el futuro sin invertir en educación en todas sus formas.



El tercer eje tiene que ver con vivienda y seguridad. El estándar que nos llevó a construir casetas sanitarias, las casas Copeva, las Chubi, está superado. Nuestros hijos merecen vivir en casas decentes que efectivamente los protejan de los elementos y ofrezcan condiciones sanitarias y ambientales saludables. Entre las condiciones ambientales está la seguridad personal de nuestros ciudadanos. Que la población proteja a los delincuentes, como vimos por televisión, porque los delincuentes ponen más orden que la policía, nos lleva al despeñadero de la ley del más fuerte. Por tanto, todo lo que se haga en estas materias es bienvenido, necesario y urgente.



El cuarto eje del presupuesto apunta hacia innovación y emprendimiento. La sensación que queda de la información disponible hasta ahora, es que esta es un área «blanda» en la que se gasta más plata en lo mismo de antes y cuya productividad es poco clara. Se supone que la Comisión Eyzaguirre debe hacer una propuesta sobre este tema. Por ahora, no parece existir un diseño coherente que permita alinear esfuerzos de una forma más sistemática.



El quinto eje tiene que ver con obras públicas. En este ámbito sí parece haber un cierto ordenamiento de prioridades. En lo publicado hasta ahora se menciona fortalecer la infraestructura apuntando al objetivo de potencia agroalimentaria, desarrollar la infraestructura regional para elevar la productividad, mejorar los puertos y aeropuertos, reactivar las concesiones y facilitar los movimientos de personas y mercaderías en las grandes ciudades. La gran duda es si para todo esto existen proyectos concretos o si se trata de planes de aquí al 2010.



En general, tenemos un gran presupuesto para el 2007. ¿Fortalezas? La agenda social. ¿Debilidades? Tres, a mi juicio. Uno, persistir en el superávit estructural. No parece razonable seguir cobrando 19% de IVA para acumular un superávit estructural del 1% del PIB que ya quedó obsoleto. Dos, poco énfasis en mejorar la calidad de lo que hace el gobierno (educación, salud, regulación, atención a los ciudadanos). Tres, falta de orientación del gasto en tecnología e innovación. ¿Dudas? ¿Tiene proyectos concretos el Ministerio de Obras Públicas o son sólo planes?. La falta de precisión sobre las concesiones es reveladora al respecto.



Como señaló el ministro de Hacienda por cadena nacional, el subdesarrollo es como un túnel. Él ve la luz al final del túnel. Yo creo que nos falta precisar los grandes desafíos productivos para reactivar la inversión privada, base del crecimiento y el empleo. Temas como potencia agroalimentaria, plataforma de inversiones, plataforma comercial del Pacífico, etc, requieren de una visión compartida, de un diálogo público-privado que haríamos bien en impulsar con más fuerza y con propuestas y metas específicas. Por ejemplo, crear un mercado de capitales internacionalizado en tres años, tener puertos que funcionen tan bien como los europeos para el 2010, poner un millón de hectáreas nuevas bajo riego, establecer una estrategia de desarrollo energético en un plazo de 18 meses, etc. Sólo así aprovecharemos plenamente la oportunidad que hoy tenemos de salir del túnel del subdesarrollo. La última oportunidad la tuvimos hace un siglo con el salitre. No perdamos ésta.



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Luis Eduardo Escobar F. Economista, consultor independiente.


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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