Quiero anticipar, cuando aún falta una semana para la votación, lo que probablemente serán los hechos, en una crónica anunciada de la misma.
Venezuela sacará más votos que Guatemala, lo que conllevará un festejo de la República Bolivariana, ya que lo interpretarán como una derrota al candidato de Estados Unidos. No alcanzará los dos tercios requeridos para acceder de manera directa al Consejo de Seguridad. Lo que también le llevará un sabor agridulce.
Es probable que Venezuela saque un poco más de cien votos, lo que hará sentir que con un poco más de esfuerzo puede obtener los 128 votos.
Por lo tanto habrá al menos una segunda ronda de votación en la que nuevamente no se logrará el quórum requerido. Ya que Chávez no cederá fácilmente.
Cuando haya la convicción de varias rondas, al menos una más, muchos países buscarán un país de consenso, al menos que alcance el quórum.
No será fácil encontrar el candidato de consenso, ya que este es un «juego de poder» entre las grandes potencias mundiales. Para los intereses de China y Rusia es muy funcional que se imponga Venezuela. Al contrario, para Estados Unidos, más importante que gane Guatemala, es que no gane Venezuela. En este escenario las potencias buscarán imponer su punto de vista.
Allí no se detiene la situación, porque las grandes potencias, al igual que los países latinoamericanos buscarán quien pueda juntar los 128 votos. Hasta ahora se han mencionado cuatro países: Uruguay, República Dominicana, Costa Rica y Chile.
Los tres primeros son países bastante aceptados por la comunidad latinoamericana. La dificultad de los tres países que no son Chile es que ya se pronunciaron por Guatemala o Venezuela. Uruguay incluso ha reiterado su apoyo a Venezuela, en el contexto del Mercosur. República Dominicana también apoya a Venezuela en el contexto del Caricom. Costa Rica se ha pronunciado por Guatemala en el contexto del apoyo del los países centroamericanos.
Visto así, no es fácil escoger a un país que ya tomó posición, pero Estados Unidos, tema que me consta que es así, pues lo conversé con personal de la Embajada de aquel país, está dispuesto a apoyar incluso a República Dominicana o Uruguay aunque haya votado en las primeras rondas por Venezuela, ya que su objetivo central sigue siendo que Venezuela no llegue al Consejo de Seguridad. Eso es lo que ellos sienten como un triunfo, más aún cuando Estados Unidos se ha encargado de elevar a un nivel de disputa tan fuerte un tema que normalmente es casi un trámite.
También Estados Unidos ganaría un punto extra, que probablemente no se propuso, cual es una Latinoamérica dividida y por ende debilitada al ser incapaz de lograr un consenso, y que sea el resto de la comunidad internacional la que deba resolver un tema que es de esta Región.
Al contrario, si América Latina es capaz de encontrar un candidato de consenso mostraría una solidez clave en un momento en que las relaciones internacionales en la región se encuentran tensionadas.
Como ya he señalado, estamos haciendo una predicción de lo que sucederá con dicha votación. Chile tiene dos caminos: Votar por Venezuela, en función de un mayor acercamiento a los países sudamericanos del bloque Mercosur, incluso en desmedro de sus aliados del Pacífico.
La otra opción es abstenerse, entonces inevitablemente a estas alturas entra el cuestionamiento: ¿Lo hará porque no le convence ninguno de los dos países candidatos o porque puede ser un país que genere consenso? Hay que recordar que son dos formas de consensos, entre las naciones latinoamericanas y de las potencias mundiales. Tenemos un TLC recién firmado con China, a pesar del impasse de Irak, Estados Unidos nos prefiere ante Venezuela, con Rusia no hay malas relaciones y buenas con la Unión Europea; y el resto de la comunidad internacional, hay que recordar que Chile tiene 45 TLC alrededor del Mundo.
Paradójicamente, con quien más podemos tener dificultades es con los países latinoamericanos que no hayan visto con buenos ojos un no apoyo a Venezuela.
Aunque y, es una probabilidad alta, un país que puede generar consenso, si Venezuela reconoce que no logra los 128 votos, es Uruguay. Miembro del Mercosur, pero a la vez con un gobierno socialdemócrata podría ser un país de consenso con el beneplácito de Venezuela y paradójicamente de Estados Unidos, y sin el rechazo de las demás potencias.
Otro país que podría generar consenso aunque está debilitado por su actual situación interna es México. Aunque es previsible que para enero, cuando asuma el nuevo miembro no permanente del Consejo de Seguridad en aquel país la situación política estará mucho más estabilizada, aunque Estados Unidos sabe que tendrá un país muy molesto por la aprobación del muro en la frontera, a pesar de lo cual es preferible frente a Venezuela.
Hago hincapié en el tema de las potencias, porque cuando fue la elección de la OEA justamente hubo dos actores claves: Venezuela buscando el consenso contra Estados Unidos, vale decir los dos candidatos que compitieron con José Miguel Insulza, El Salvador, primera opción de la potencia del Norte y luego México. Y Venezuela logró los votos necesarios para el candidato chileno.
Estados Unidos jugó también un papel relevante para hacerle entender al candidato mexicano que no tendría el apoyo suficiente comenzando por el mismo Estados Unidos, y como recordaremos en el contexto de la Tercera Conferencia Ministerial de Comunidades y Democracia justamente en Santiago de Chile, donde el Canciller (candidato) mexicano Luis Derbez anunció el retiro de su candidatura.
En conclusión, si Chile sigue el camino de la abstención deberá asumirse como una posibilidad fuerte la de ser postulante a integrar nuevamente el Consejo de Seguridad. Incluso si llegara a votar por Venezuela, cuando haya que buscar candidato de consenso puede mostrar la buena imagen frente a Venezuela y el Mercosur que votó por la nación sudamericana.
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Gonzalo Meza Allende. Director Consultora Opinión
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