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Retiro arbitrario de series de TV


No hay que ser un crítico muy exigente para constatar lo misérrimo en contenidos, variedad, originalidad y principalmente, guiones que posee nuestra mediocre televisión abierta. Durante décadas, las series extranjeras han tenido la misión de refrescar con algunos aciertos y otros no tantos, nuestra parrilla programática.



Hoy, el medio está viviendo un inicio de «estado de excepción», gracias a la incorporación de producciones nacionales como: la divertida y quizás, más arriesgada propuesta del Canal 13, Huaiquimán y Tolosa; la sobrevalorada, Los Treinta (TVN) o la reciente, Disparejas (TVN) (que podría pasar perfectamente como la segunda temporada de Los Treinta). Lo cierto, es que aún se encuentran lejos de transformarse en un serio competidor de las foráneas.



Desde que tengo memoria, he sido «víctima» de este eterno juego de seguirlas y luego, sin una mínima explicación por parte de lo canales, constatar que los capítulos no los han renovado (ER o Emergencias, Mega; Sex and the City, Red o Nash Bridges, Chilevisión) y, lo que es peor, ver como los retiran arbitrariamente de pantalla (Ally McBeal, Canal 13, Cold Case o Caso Cerrado, TVN) y ahora, Nip Tuck o Cortes y Puntadas(TVN) y Dr. House (TVN).



Esta última es una serie norteamericana, considerada como una de las diez mejores producciones, según la American Film Institute, cuenta con un premiado equipo, su protagonista, Hugh Laurie, obtuvo el Globo de Oro 2005 como mejor actor de serie dramática y su guionista, David Shore, logró el Emmy ese mismo año.



House (en Chile le agregaron doctor) aborda el mundo de la medicina desde una perspectiva transgresora, con un delicioso y sofisticado, humor negro (que se extraña profundamente en la televisión abierta). Su protagonista, el antisocial Gregory House (interpretado por el actor y antropólogo británico, Hugh Laurie «Sensatez y Sentimientos», «Stuart Little»), es un médico, adicto a los analgésicos, que sufre de una cojera (tuvo una extraña enfermedad cuya amputación era inminente, pero prefirió quedársela a cambio de sufrir fuertes dolores durante el resto de su vida), que trata enfermedades raras con métodos revolucionarios (al límite de la ética), se niega a vestir bata blanca y evita hablar directamente con sus pacientes (sus ayudantes lo hacen) porque prefiere observarlos (muchos de sus casos los ha resuelto así).



Algunas de sus memorables frases para constatar de los que nos estamos perdiendo: «¿Preferiría un médico que le coja la mano mientras se muere o uno que le ignore mientras mejora? Aunque yo creo que lo peor sería uno que te ignore mientras te mueres». «Tardaremos una hora en darle el alta. Después podrá llevársela y divorciarse de ella» (House le dijo esto al marido de una paciente, luego de descubrir que los problemas de ella se deben al consumo de drogas). «No estoy triste, soy complicado. A las mujeres les gusta, pronto lo entenderás» (se le dijo a una niñita que se acercó a su escritorio).



Es verdad, muchos contratan televisión por cable y siguen la serie desde allá. Pero más allá de eso, lo que indigna es el continuo intento de los canales abiertos por seducirnos con sus series para luego ignorarnos cuando les convenga cambiar su parrilla. Y en caso que esto finalmente ocurra, ¿por qué simplemente lo trasladan de día? Algunas sugerencias: sábado o domingo, segunda franja nocturna, se sorprenderían con la cantidad de gente Ä„hastiada de ver siempre las mismas películas! Pero claro, para eso habría que operar a nuestra televisión abierta Ä„y nadie quiere prestar el cheque de garantía!





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Marta Navarrete Paredes. Periodista




  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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