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Radiación solar, un asesino silencioso


Datos de la Sociedad Chilena de Dermatología señalan que la tasa de mortalidad en Chile a causa del cáncer a la piel es de 1.04 por cada 100.000 habitantes, las cuales en su totalidad son causadas por la Radiación Solar.



Ante tan alarmante cifra, deberíamos manejar datos básicos con respecto a la radiación solar, la cual es uno de los principales componentes de la energía que emite el sol, y llega a nuestra atmósfera compuesta por tres tipos de rayos: los Ultra Violeta A (UVA), los Ultra Violeta B (UVB), y los Ultra Violeta C (UVC). Los rayos UVA son filtrados en la estratosfera, por lo que no alcanzan a incidir en las personas; los rayos UVB, que son unos de los causantes del envejecimiento en la piel, y los UVC que son los provocan el cáncer a la piel, deberían ser filtrados por la Capa de Ozono. Y aquí es donde comienza el problema, ya que el agujero de la Capa de Ozono en el hemisferio sur, que alcanza un tamaño similar al que abarcan las naciones de Estados Unidos y Canadá, permite que los rayos mencionados lleguen directamente a la población.



Debido a que nuestro país es uno de los mas afectados por la disminución de la Capa de Ozono, la comunidad científica ha puesto especial atención en la medición de los índices de Radiación Solar registrados a lo largo de nuestro territorio, encontrando en los últimos años niveles en algunos puntos que se ubican en el tramo de Radiación 10 a 15, lo cual tiene una calificación de extrema gravedad. Traducido este intervalo a labores cotidianas, nos indica que una persona de piel muy blanca no puede exponerse sin protección solar más de 16 minutos al sol entre las 11 y las 18 horas durante los meses de octubre a marzo; y aquellos de tez morena, lo pueden hacer solo de 18 a 24 minutos; esta diferencia radica en que las personas de tez mas oscuras poseen un grado más alto de melanina en su piel, que es la sustancia natural que bloquea los rayos solares. Quienes diariamente superen estos tiempos de exposición al sol, estarán propensos en un futuro muy cercano a contraer cáncer a la piel.



Considerando el escaso tiempo de exposición al sol que tenemos «permitido», nos quedan pocas opciones para hacer frente a este mal. La más viable es que el Gobierno de Chile adquiera conciencia de riesgo, y comience una exhaustiva campaña que logre educar y sensibilizar a la población del peligro que significa exponerse sin protección al sol, incluso en días nublados, ya que las nubes solo absorben los rayos infrarrojos, que son los que provocan la sensación de calor, y dejan pasar en su totalidad los rayos ultravioletas B y C.



En Australia, nación tan afectada por el problema como Chile, hace bastante tiempo que las autoridades gubernamentales se responsabilizaron del tema. Con medidas tan sencillas como incluir en el uniforme escolar un discreto sombrero, y con campañas educativas que lograron instalar en la conciencia de los habitantes al bloqueador solar como un artículo médico y no estético, consiguieron disminuir considerablemente los casos de cáncer a la piel.







Pero existe otro gran inconveniente en el país, y es el alto precio que hay que pagar por adquirir un bloqueador solar, costo que convierte a estos productos en artículos inalcanzables para gran parte de la población, por lo que el Estado debe incluir a los bloqueadores solares en la categoría de medicamentos y subvencionar su precio para que sean accesibles a todos los sectores de la sociedad.



Responsabilidad del Estado es también exigir que las empresas abastezcan de protección solar a sus trabajadores que deban exponerse prolongadamente al sol en sus jornadas laborales. Se debe incluir en el concepto de Prevención de Riesgo la excesiva exposición al sol. Así como se exige el uso de antiparras, zapatos de seguridad y otros, también se debe velar por el uso obligatorio de bloqueadores solares.



Frente a este oscuro panorama existe una buena noticia, y es que la capa de ozono se regenera, siempre y cuando se dejen de usar los elementos que a ella destruye (donde destaca el cloruro de flúor carbono, muy utilizado entre otras cosas para la fabricación de espuma). Se estima que su regeneración total tardaría 50 años.



El sol es el responsable de la vida en la tierra, no podemos prescindir de él; solo queda adoptar medidas que nos permitan combatir este silencioso cáncer y esperar pacientemente la recuperación de la Capa de Ozono







Rodolfo Godoy. Ingeniero Civil geográfico




  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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