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Diseño e innovación, escenarios para Chile


Encuentro oportuno agregar un par de elementos a la discusión sobre el primer informe que el Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad entregó a la Presidenta, Michelle Bachelet, acerca de la importancia que tienen el diseño y la creación en el desarrollo de los países.



En los países mundialmente mejor posicionados, según competitividad e innovación, el diseño y su educación desempeñan un papel importante para la competitividad de las empresas, la eficiencia de las organizaciones y la mejora de la calidad de vida de las personas. Desde mi perspectiva existen dos pequeños países como ejemplo de competitividad: Corea y Finlandia.



El primero es uno de los representantes de la rápida industrialización del sudeste asiático. El segundo es uno de los de alto desarrollo, ambos líderes en innovación a nivel mundial, que definen el diseño como uno de los pilares de su economía, y a la educación en esta área, como uno de sus motores.



En este escenario es muy decidor que en el ranking de la Revista BusinessWeek (Octubre 2006), que identificó a las 60 mejores D-Schools (Escuelas de Diseño) el mundo, en términos de Diseño e Innovación, no se encuentre ninguna Escuela de Diseño del país ni de la región. Más que un problema, es una oportunidad para definir e implementar modelos de aprendizaje y formación que por diversas vías formen profesionales que aporten sistemáticamente al desarrollo de Chile. Se estima que existen en el mundo al menos 4.000 instituciones, universidades o escuelas que entregan formación en Diseño, por lo tanto este ranking de 60 mejores D-Schools representaría sólo el 1.5% de éstas. En el ámbito de los TLCs, muchos de los países relevantes para Chile tienen escuelas en este ranking, por ejemplo China con 4 universidades; India y Corea con una institución respectivamente.



BusinessWeek invitó a 24 expertos de grandes empresas o corporaciones, como por ejemplo Whirpool, Siemens y BMW, académicos de escuelas de diseño y de negocios, como por ejemplo Art Center, IIT, Northwestern, Stanford y otros destacados profesionales y expertos a nivel mundial, a evaluar programas que se podrían considerar de clase mundial en el par diseño-innovación, y es un buen referente para los desafíos – indicados previamente – los criterios o parámetros considerados en su evaluación.



Una pregunta, frente a los escenarios descritos, es cómo ofrecer educación de diseño de clase mundial – tomando en consideración la realidad y contexto regional, pero con una visión global – para que los diseñadores formados sean capaces de ayudar a las empresas a competir en mercados globales, exigentes y cambiantes.



Es importante destacar que los temas de diseño e innovación fueron incluidos en la Cumbre de Davos del Foro Económico Mundial del 2006, por ser considerados relevantes desde una perspectiva global, y como marco referencial, este hecho constituye una excelente oportunidad para que se incorpore a la estrategia y gestión de las empresas, donde «diseño sea visto o usado como un vehículo para la innovación», y se instale como una pieza clave en el proceso de regionalización e internacionalización con una atractiva oferta de productos competitivos y robustos, más aún considerando que en la versión de este año asistieron importantes autoridades y especialistas del sector público y privado de Chile.



Diseño, como disciplina, debe dejar de ser considerado una «curiosidad académica», con el fin de trabajar en escenarios y propuestas concretas, bien definidas, que lleven al diseño a convertirse en uno de los ejes para el crecimiento y desarrollo del país.



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Carlos Hinrichsen. Director Escuela de Diseño DuocUC

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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