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Calentamiento Global: el necesario liderazgo político


El calentamiento global y el cambio climático se han convertido en tema relevante en todos los medios de comunicación. Cuando en octubre de 2006 comenzó a circular el informe del economista Sir Nicholas Stern sobre los impactos económicos del cambio climático, se produjo un gran revuelo. A este informe le siguieron otros tres publicados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, los que se han dado a conocer en febrero, abril y mayo de este año. Por si esto fuera poco, el ex presidente de Estados Unidos Al Gore se ha dedicado a divulgar a nivel mundial los efectos del Calentamiento Global a través de su documental «Una verdad inconveniente», el que fue galardonado con un premio Oscar a comienzos de este año.



En Chile, como es ya costumbre, se ha replicado la discusión desarrollada en el resto del mundo, sin agregar contenido propio ni valorar adecuadamente a las personas e instituciones que llevan trabajando años en estos temas. Aunque usted no lo crea, en Chile tenemos excelentes especialistas en esta materia. Ahora. Estos profesionales pasan a jugar el rol de «teloneros», mientras que el centro del tema es la visita de Al Gore y el nombramiento del ex presidente Ricardo Lagos como comisionado adjunto de las Naciones Unidas para temas de cambio climático.



Los chilenos sabemos poco de lo que pasa en nuestro propio país. El informe encargado por CONAMA al departamento de Geofísica de la Universidad de Chile ha sido poco difundido y, lo que es peor aún, el gobierno no tiene una clara visión sobre la necesidad de definir políticas y acciones para afrontar el calentamiento global -o más precisamente hablando, las variaciones climáticas- que podrían afectar a Chile.



Nuestras autoridades políticas no logran ampliar la mirada y construir un escenario que posibilite la generación de políticas públicas en materia ambiental, sustentadas en el debido respaldo de científicos y académicos destacados en esta materia. Chile debe comenzar a implementar políticas y estrategias de adaptabilidad y mitigación, pero por sobre de todo de prevención ante los posibles efectos de los cambios en el clima. Por lo pronto, se debe hacer un gran esfuerzo para modificar la política energética actual, basada en el aumento sostenido de la demanda, y reemplazarla por otra que promueva la reducción del consumo, la eficiencia energética y la diversificación de la matriz. Es preciso, además, que protejamos nuestros recursos naturales, en especial los glaciares y recursos hídricos, para lo cual es importante sacar adelante una normativa de protección de glaciares y fomentar la conservación y recuperación de los ecosistemas vegetacionales en la zona centro sur de Chile. Es decir, tenemos mucho que hacer, pero hace falta un liderazgo que sea capaz de concretar estos cambios; el poder político de Chile está en otra cosa, lamentablemente no tiene la visión necesaria para proyectarse a largo plazo, por tanto, es probable que una vez más serán las organizaciones de la sociedad civil las que, en conjunto con algunos académicos, tendremos que empujar para que se haga lo mínimo en esta materia.



En todo caso, a diferencia de lo que ha ocurrido hasta ahora, el tema está puesto en la mesa de discusión de la mano de actores de relevancia internacional. Además, la presidenta Bachelet tiene un potencial aliado para empujar el carro, Ricardo Lagos, pues el ex mandatario sabe que en materia ambiental está en deuda con Chile y con Bachelet. No es por haber hecho bien las cosas que Lagos ha tenido que intentar ahora explicar lo inexplicable: su deplorable gestión ambiental. Sabemos que necesita validarse, pues las críticas de los grupos ambientales chilenos han trascendido las fronteras y pueden dificultar su misión internacional. En consecuencia, ha llegado la hora de que Lagos se la juegue por Chile y realmente ayude a que gobierno y empresarios se preocupen y «ocupen» del medio ambiente. Esta vez las cosas tienen que hacerse a favor de la gente y del medio ambiente y no como ha sido la tónica hasta ahora: instalar negocios a costa de todos y para destruir nuestro patrimonio natural. La presidenta y su gobierno deben establecer alianzas y demostrar que de verdad les preocupa el medio ambiente y el futuro del país.



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Flavia Liberona. Coordinadora Nacional Ecosistemas

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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