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La intransigencia patronal


La negociación colectiva es quizás uno de los momentos más relevantes para los trabajadores/as sindicalizados y para sus directivas. El proceso lleva días y noches de arduo trabajo, preparando el proyecto, escuchando a la asamblea, recopilando información, etc. Todo en pos de tener un pliego que sea serio y objetivo a la realidad de la empresa.



Sin embargo, para muchas empresas la negociación colectiva es vista como un mero trámite, otro producto en serie que debe seguir un patrón definido que no merece desgaste de tiempo ni de energías. «Leer el proyecto y rechazarloÂ… que pase el siguiente, por favor».



Es el caso de empleadores de grandes empresas como Cencosud (Easy, Almacenes París, Jumbo, Santa Isabel). Fieles a su filosofía de concentrar el poder en pocas manos, reducen el equipo negociador a tres personas. Son ellas las que deben recibir a los más de 50 sindicatos que posee el holding.



Hasta en eso utilizan los obtusos conceptos aprendidos por su paso en la universidad. Aprovechar economías de escala y minimizar costos es el axioma. Someter al sindicato a tomar decisiones bajo incertidumbre, la apuesta.



Vaya que tienen doble personalidad, son solemnes e informados para reunirse puntualmente con inversionistas. Pero si se trata de Negociaciones Colectivas con sus Sindicatos, la personalidad es otra, tienen una conducta totalmente intransigente, para esto no hay tiempo, ni solemnidad, ni información, no hay nada.



¿Que pasa entonces con la calidad de las Negociaciones Colectivas?



A la empresa no le interesa (pues no le conviene, eso no «minimiza costos») entrar al «área chica», al debate técnico, a discutir las cifras, a debatir los números, menos aún se toman el tiempo de valorar económicamente el proyecto de contrato colectivo. ¿Cuánto le cuesta a la empresa el contrato colectivo? ¿Un millón más al mes, dos millones? ¿Quizás 40 millones más al mes? ¿Más, menos?



No, para eso no hay tiempo, recordemos que tienen más de 50 negociaciones al año y a nivel nacional. Es más eficiente y eficaz rechazar todo y proponer un contrato hecho a su medida. Y los dirigentes sindicales se preguntarán, ¿y qué pasa con los derechos adquiridos?, «qué es eso de los derechos adquiridos», es la inocente pregunta de uno de los ilustres representantes de Cencosud.

¿Cómo podremos dar el salto al desarrollo si los empleadores no tienen educación sindical? ¿Basta acaso con que la empresa tenga sindicato y haya negociación colectiva? ¿Hasta cuando los grandes holdings siguen burlándose del mundo sindical? Seamos serios y tengamos negociaciones colectivas solemnes, de calidad, ordenadas, técnicas y bien programadas. Los dirigentes/as sindicales se merecen el mismo respeto que sabemos existe en la élite patronal ¿o no?



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Gonzalo Durán Sanhueza, economista. Fundación SOL

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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