Hace algún tiempo se impuso en nuestro país un debate sobre la calidad de la educación, que contó con la participación de los estudiantes secundarios. Con el tiempo el tema se ha diluido. Pero el desafío de hacer de la educación un tema país, sigue planteado.
El debate, como se ha dado hasta hoy, encierra lo educativo en la capacitación como esfera única. Sin embargo, los estudiantes avanzaron hacia la constitución de jóvenes y niños como ciudadanos y ciudadanas, que portan ideas y prácticas. Buscaron así relacionarse críticamente con la sociedad.
La educación como tema ciudadano debe ponerse en el centro, pensado en diálogos creativos que se relacionen con el espacio educativo escolar, desde los cambios culturales que hoy nos cruzan como país.
En La Morada, organización que ha mantenido la gestión de una radio por más de 15 años, pensamos el diálogo con la educación desde el mundo de las comunicaciones. Con ese objetivo, hemos creado, junto a Oxfam en Chile, el proyecto Radio Escuela, que propone la revisión de lo mediático, como esfera de lo educativo y la radio como propuesta para trabajar al interior de la escuela.
Lo mediático está a la base de la relación de los estudiantes con la institucionalidad educativa y con el conocimiento.
La cultura mediática establece fuentes múltiples de acceso al saber, que llevan a los estudiantes a cambiar las relaciones en el proceso de aprendizaje. Esto se traduce en un malestar hacia la institución escolar, que no tiene precedentes. Que proviene del cuestionamiento, en el orden práctico, del absolutismo de la relación en el proceso educativo. Los medios son un cargador de sentidos, que contienen la idea de cultura y que traen un campo de incertezas en el proceso mismo de conocer. Frente a lo cual la escuela, como centro único de conocimiento, estalla para quedar fragmentado en una serie de consumos, que fragmentan a su vez la experiencia educativa. Los intercambios y flujos de saberes, que está generando lo mediático, tienen que ver con la práctica de intercambio de información entre pares, que determinan una actitud hacia el traspaso del conocimiento formal. Pero no amenazan lo escolar, demandan su transformación. Demandan un cambio profundo en los procesos comunicativos al interior de la escuela.
La respuesta a este desafío no se resume en reforzar la tecnificación del proceso educacional, tiene que ver con prácticas comunicacionales en la escuela. En las cuales los estudiantes trabajan los sentidos construidos en el consumo mediático.
Estudiantes cuyo medio ambiente comunicativo, los empapa de saber fragmentado, no necesariamente constituyente de aprendizajes, requieren una práctica comunicacional educativa, que mejore a través del desarrollo de una palabra propia, habilidades para aprender de los medios.
Por eso postulamos la creación de radios en las escuelas, que impulsen a la comunidades educativas a desarrollar medios para el diálogo y el ejercicio de la palabra pública; y construyan comunidad de aprendizaje a partir del mundo que habitan jóvenes, niños y niñas.
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Rosario Puga, Corporación La Morada
