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La Junji, sus trabajadoras y su misión


Hoy la Presidenta de la República promulga la Ley de Bono de Incentivo que permitirá mejorar las remuneraciones de los y las trabajadores(as) de JUNJI, condiciones histórica y objetivamente precarias para quienes trabajan en una tarea esencial para el país: hacerse cargo de los más pequeños y vulnerables de nuestra nación.



Una sola voluntad, una misma convicción y una mirada común son factores que aseguran el éxito de cualquier reforma social profunda. Por eso es tan significativo que el Congreso Nacional haya aprobado, hace dos semanas, por unanimidad en ambas Cámaras, esta ley que significará mejorar el sueldo de los funcionarios de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) a través de incentivos al desempeño laboral. Un logro que es fruto del trabajo conjunto con la Asociación de Funcionarios de la institución, bajo un espíritu de cooperación que nos ha permitido avanzar en la dirección correcta.



Ésta es una clara demostración de cómo hemos logrado instalar a la educación inicial en el sitial de importancia que le corresponde. Porque ampliar cobertura y mejorar calidad significa dar a los niños y niñas más vulnerables de nuestro país la posibilidad de crecer desarrollando al máximo sus potencialidades, provocar un quiebre en el determinismo social dado por el lugar y condición de origen, y contribuir a romper el círculo de la pobreza. Tenemos el enorme desafío de llegar a diciembre de 2009 con 70 mil lactantes incorporados al sistema y 43 mil en los niveles medios, una meta que sólo se logra en un trabajo mancomunado con quienes tienen a su cargo implementar el proceso.



Pero no basta con la cobertura: debemos buscar asegurar la calidad de nuestro servicio. Por eso es tan relevante esta ley en la que el incentivo está directamente vinculado a los resultados que arroje el nuevo Sistema Integral de Evaluación de la Calidad de la Educación Parvularia. Un sistema que tiene dos características inéditas: primero, lo realizará una institución externa, con lo que transparentamos el proceso; y, segundo, incorporará variables como calidad de la gestión directiva, desarrollo e implementación curricular, trabajo con la familia y trabajo en redes de naturaleza territorial con la infancia. Todos estos factores se complementan y potencian para contribuir al desarrollo progresivo de estándares relacionados tanto con la dimensión técnico-pedagógico como con el mejoramiento de la gestión de nuestras unidades educativas.



Este proceso de evaluación permitirá ordenar las unidades educativas en un ranking nacional, en cuatro tramos decrecientes de acuerdo a sus resultados, desde el 40% mejor evaluado que queda en el Tramo 1, el 25% del Tramo 2, el posterior 20% del Tramo 3 y el último 15% del Tramo 4. El monto total de recursos financieros destinados al incentivo corresponde a un porcentaje del presupuesto institucional de remuneraciones. Se inicia con un 3,5 por ciento este año, incrementándose progresivamente cada año hasta llegar a un 9 por ciento al 2010.



Como vicepresidenta ejecutiva de JUNJI tengo a mi cargo más de 7 mil funcionarios y he podido comprobar en terreno, en apartadas localidades de nuestro territorio, el sacrificado trabajo que realizan en beneficio de los más de 120 mil niños integrados a nuestras salas cuna, jardines infantiles y distintos programas de educación. Haber conseguido este incentivo económico es un gran logro, no sólo para los funcionarios de JUNJI, sino para la sociedad en su conjunto. Ganamos todos cuando avanzamos hacia una Igualdad desde la Cuna, porque ad portas del Bicentenario queremos sentirnos orgullosos de nuestro país, que otorga condiciones de mayor equidad y progreso para todos y que avanza hacia el desarrollo sin dejar a nadie atrás. No habrá desarrollo en Chile sin el desarrollo de los niños y niñas más vulnerables de la primera infancia.



Tengo la convicción de que esta tarea que me ha encomendado la Presidenta Michelle Bachelet puede cambiarle el rostro a nuestro país. Contar con más carreteras y mejor infraestructura, que es lo más visible de la llamada modernización, no bastan para conseguir ser un país desarrollado. Asegurar la educación, el afecto y la buena vida de nuestros más pequeños niños es tomar desde el origen las bases para llegar a ser una sociedad más igualitaria y justa, con oportunidades para todos. Allí está los cimientos de un desarrollo real.



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María Estela Ortiz. Vicepresidenta Ejecutiva. Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI)

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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