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Las razones para votar no al subsidio permanente al Transantiago


Como lo explicamos hoy día a los relacionadores del Ministerio de Hacienda que nos preguntaron por nuestro voto sobre el presupuesto y el Transantiago, reiteramos que junto a otros diputados regionalistas votaremos que NO a nuevos recursos para el sistema de transporte metropolitano.



La razón es simple: al convertirse en un subsidio permanente al transporte público de Santiago, se acrecienta la inequidad con regiones y la brecha de competitividad que en todos los rankings lidera la capital.



Los países desarrollados hacen todo lo contrario: obligan a los habitantes y empresas de la ciudad concentradora a asumir las externalidades negativas de su desarrollo. Tiene que doler para que se entienda que un país equilibrado no hace crecer en forma monstruosa a una ciudad.



Otra razón es el engaño y el juego con las cifras. Nos dicen que habrá compensación con nuevos fondos para regiones, incluyendo la conectividad digital. Ese planteamiento es inmoral. El presupuesto público, por los excedentes extraordinarios del cobre, ha tenido un crecimiento enorme los dos últimos años, lo que en forma «natural» implica hacer crecer también la inversión regional. La conectividad digital de zonas aisladas, rurales y sectores populares es un deber moral y de políticas públicas, que no debe usarse como moneda de cambio.



Además, es un juego pirotécnico .El Transantiago tiene «un subsidio explícito a la tarifa»- al congelarse la misma y aceptarse la alta evasión-, a lo que se adicionan ingentes sumas en nuevas líneas de metros, mejoramientos de vías estructurantes, repavimentación, plan espacial para baches, paraderos y demases.



Por tanto, si se habla de equidad y se es coherente con la premisa popular de que «la ley pareja no es dura», y que la transparencia es esencial, lo que correspondería aprobar en el presupuesto es un subsidio al transporte colectivo de los chilenos, y no sólo focalizado en la Región Metropolitana.



No, señores. No estamos para «préstamos» que todo el mundo sabe que es un «subsidio permanente». Gobernar es hablar claro con la ciudadanía y labor de los parlamentarios representar con dignidad los intereses de toda la República. Fuerte y claro, esta vez NO, mientras no exista una política nacional de subsidio al trasporte a diferencia del privilegio metropolitano que encierra la propuesta de presupuesto 2008.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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