Publicidad

Puzzle en la política


La serie de acontecimientos políticos de la semana introdujo hechos e imágenes cruzadas en el escenario político nacional, cada vez más parecido a un puzzle.



Nuevos hitos, como el acuerdo sobre seguridad ciudadana, tienden a consolidar la pérdida del trazo divisorio entre Gobierno y sectores de la derecha, como un romance de puertas abiertas y sin compromisos formales, pero arraigado, para generar capacidad de gobierno. En los hechos se ha pasado de consensos sobre las bases institucionales del modelo a uno más profundo, sobre el sentido político del gobierno, que inevitablemente provocará desafecciones en las huestes gobiernistas.



Por otro lado, se consolida una tendencia parlamentaria, especialmente senatorial, a desprenderse de su matriz política, y se forma una bancada de facto, que empuja el escenario hacia una política de caudillos y no de partidos. Flores, Zaldívar, Bianchi y Cantero (¿y próximamente Navarro?), pueden llegar a tener muchas razones para actuar o moverse como un bloque. En un club de treinta y ocho senadores, cuatro caballeros son un poco más del diez por ciento para cualquier votación.



El gobierno, aparentemente, no tiene otra alternativa, a partir de ahora y hasta el término de su mandato, que armar caso a caso las mayorías parlamentarias que precise para sus proyectos de ley, con lo cual entrega -en los hechos- la iniciativa política a la oposición.



En lo interno, para calmar las fuerzas centrífugas en la administración, el Gobierno recurrió a una nada sutil declaración del Ministro del Interior quien indicó a los partidarios de Adolfo Zaldívar que no tenían nada que temer en sus designaciones funcionarias. Lo que ha sido leído exactamente en sentido contrario.



La mesa DC no parece tener otra alternativa que expulsar al senador Adolfo Zaldívar para evitar, con un golpe de fuerza, que la actitud díscola de los colorines ponga una duda anticipada sobre la potencia del partido y amague de manera definitiva la opción presidencial de Soledad Alvear. Todo indica que el expulsado no se llevaría consigo gran parte del partido, pero el daño ya está hecho y, más allá del desenlace final, se insinúan críticas larvadas y silencios elípticos a lo actuado por Alvear, que inevitablemente también saldrá perjudicada por este affaire.



El senador Zaldívar siempre ha remado contracorriente y ha hecho su perfil y su éxito político en esa línea. En esta oportunidad, con fuertes declaraciones, ha tratado de ubicarse en un margen asistémico, que piensa puede darle réditos para sus ambiciones presidenciales. Pero esta vez ello no le queda cómodo. Y aunque ya dio por perdida su circunscripción, llamó a sus partidarios a mantenerse dentro de la DC, y no se descarta una estrategia pasiva a la espera de la gran derrota municipal de la DC y del gobierno el 2008.



En la derecha, resulta inusual la vocación institucional de la UDI, donde el senador Jovino Novoa ofrece ir al Tribunal Supremo de la DC a declarar como testigo a favor de Adolfo Zaldívar. Para aclarar, dice, que el voto sobre el Transantiago no era más que un acuerdo sobre cómo rechazar un proyecto. Sin embargo, entrelíneas se lee la preocupación de que Piñera capte los beneficios del suceso y haga una alianza con el nuevo conglomerado de senadores. O por lo menos con tres de ellos, ya que Carlos Cantero acaba de renunciar a RN con una fuerte crítica a su directiva e indirectamente a Piñera.



El bloque senatorial de facto ya tiene cuatro integrantes y tres aspiraciones presidenciales. A la de Adolfo Zaldívar, se suma la de Fernando Flores, quien según sus propias palabras -cuando estaba en el PPD-, no vino a Chile a hacer tonteras sino a cambiar el país. Y, por último, la de Jorge Schaulsohn, verdadero mentor y estratega del Chile Primero. Por el momento, el mayor recurso que tienen es dinero, pero todos son personajes que apuntan alto, lo que no hace fácil un camino conjunto.



En el caso de Flores, es urgente, en tanto Schaulsohn piensa perfilarse para el 2014 o más. Si logran inscribir Chile Primero como partido, Schaulsohn saldrá a la captura de una senaturía, mientras que Flores intentará ser un candidato presidencial bisagra. Entonces se resolverá quién gana y cuál será la apuesta en la alianza electoral con la derecha. El PPD tiene la palabra, pues no existe otra cantera donde Schaulsohn podría ir a buscar adeptos con experiencia de partido para lograr la inscripción del Chile Primero.



El PS, con crisis interna y díscolos importantes como Alejandro Navarro, se mantiene en la posición de pilar político incondicional del gobierno, pese a que tal postura le acarrea crecientes problemas a su actual presidente, Camilo Escalona, incluso en su propia fracción interna.



Un escenario que hace pensar a muchos que estamos ante los primeros síntomas de un movimiento mayor, que podría marcar un giro en el escenario político, e incluso dar nacimiento a nuevas mayorías. Incluso con líderes que aún no se perfilan. Porque crecientemente existe la sensación de que el país se está inclinando hacia una volatilidad política y un malestar ciudadano que favorecerían la aparición de un caudillo. ¿Será ésta la gran disputa del 2008?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias