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El libro de los Meller a 20 años de la propuesta Federici


Hace dos décadas el Gobierno Cívico Militar designó a José Luis Federici para que ejecutara el Plan de Racionalización Universitaria. Dicho plan, inspirado en la idea del Estado subsidiario y apoyado técnicamente en la racionalidad neoliberal, intentó transformaciones en la institucionalidad de la Universidad de Chile que implicaban reducir personal (administrativo y profesorado), vender activos, cerrar carreras, todo ello, según el discurso oficial, para mejorar su eficiencia en un contexto de mercado.



La Universidad de Chile presentaba una deuda de mil millones de pesos y se entendió que el problema financiero debía resolverse sin aportes estatales. Como sabemos, la propuesta fracasó y significó una movilización nacional en contra del Gobierno Cívico Militar que permitió aunar fuerzas a meses del decisivo plebiscito de octubre de 1988.



Dos décadas después Alan Meller y Patricio Meller nos sorprenden con su libro «Los dilemas de la Educación Superior. El caso de la Universidad de Chile»: la obra es una versión sofisticada de la propuesta Federici.



El libro de los Meller incurre en un curioso desconocimiento de la realidad universitaria. En primer lugar, llama la atención que un texto cuyo propósito es reflexionar sobre la Universidad de Chile, silencie el exitoso trabajo que se ha venido desarrollando de manera sistemática tanto en la rectoría de Luis Riveros como en la del actual rector Víctor Pérez, en función de posicionar a la Universidad en el contexto de la globalización y la sociedad del conocimiento. Más sorprendente es todavía que la obra no se haga cargo de la puesta en vigencia de un nuevo Estatuto, tal marco normativo implica que la Universidad, al contrario de lo que sostienen ellos, no tiene absolutamente ningún dilema que resolver: En tanto institución pública regida por una legislación ésta entidad estatal tiene una misión que cumplir y los Meller parecen desconocerla.



La influencia de José Joaquín Brunner en el trabajo académico de Patricio Meller es decisiva en la perspectiva de análisis adoptada por los autores: avalan la visión sesgada de la propuesta Brunner y olvidan que la universidad estatal está obligada a satisfacer el derecho a la educación superior consagrado en los instrumentos internacionales de Derecho Humanos.



Olvidan también los Meller el Plan de Desarrollo Institucional de la U. de Chile y peor aún, no se menciona que la Universidad ha obtenido la acreditación institucional por el máximo plazo que otorga el sistema.



El libro omite cualquier reflexión sobre lo realizado hasta ahora y en esa medida contribuye a generar una visión de la Universidad como paralizada ante los cambios generados a partir de 1981. Sin dar razón de sus dichos afirman «la óptica para enfrentar los desafíos del siglo XXI es diferente a la que actualmente se plantea en la Uch» (pág. 11), Agregando «Â…a la Uch le pesa su glorioso pasado histórico» (pág. 11). Ambas frases contribuyen a crear una visión negativa del actual quehacer universitario sin que estén debidamente justificadas: ¿Dónde está la crítica cabal al actual Estatuto o al PDI, donde está la crítica a los proyectos MECESUP (ganados en concurso nacional) que se ejecutan actualmente y cuyo propósito es la modernización de la institución? No hay ninguna mención central a estos tópicos porque de haberlo se destruye el planteamiento nuclear de la obra, a saber, la paralización de la Chile ante el actual contexto universitario.



La obra presenta un notorio vacío respecto de literatura nacional y extranjera publicada en los últimos años (2005, 2006, 2007); de las 112 obras citadas no alcanzan a 30 los artículos o libros publicados en el período 2000-2005; no exhibe un uso apropiado del recurso Internet; se recurre a literatura estadounidense para comprender una tradición universitaria como la chilena que está más vinculada a la europea; no se menciona , ni analiza, lo realizado en los últimos meses por el rector Víctor Pérez y su equipo.



Cabe pensar que la experiencia académica de Patricio Meller en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas ha sido negativa, no otra razón puede justificar que se exprese en la obra: «La UCH, que siempre había ido de la mano con la historia de su país, siente hoy una distancia con el país que se desarrolla, aislándose y confinándose en su <> » (pág. 32); «Hoy, la UCH como institución se siente amenazada e insiste, con dolorosa pedantería: <>. Complicada por tener que actuar dentro del mercado, no tiene claro el rol que realmente le compete en esta compleja nueva estructura de la educación superior. Desesperada en la competencia, ya no le importa si otras instituciones de educación superior otorgan una enseñanza mediocre, casi lo anhela, para así ganar en la competencia de obtener más y mejores alumnos-clientes».



Plantean los autores un conjunto de ideas no siempre totalmente coherentes, y muchas parecen más un alegato político, retórico, que afirmaciones científicas: Se preguntan «¿qué visión del mundo adquieren los egresados universitarios chilenos? La respuesta es simple: ninguna ¿Cuántos libros o artículos no vinculados a su carrera leen los estudiantes universitarios? La respuesta es similar: ninguno».



No cabe duda que la obra de Meller y Meller debe ser leída, comentada, analizada por el profesorado universitario nacional: constituye una buena exposición del modelo economicista de Universidad. Sin embargo, sus defectos, sobre todo la omisión de información, hacen de ella una obra de tono menor en el contexto del debate sobre las universidades estatales a nivel mundial, hispanoamericano y nacional.



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Eric Eduardo Palma. Profesor Facultad de Derecho, Universidad de Chile

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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