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La mano del gato


Dura tarea la del senador Camilo Escalona, portavoz de la Concertación, que funge al mismo tiempo de presidente del PS y de la Comisión de Hacienda del Senado.



Ya debe ser jodido hablar como persona autorizada en nombre de una coalición caracterizada por una especie de cacofonía compulsiva en lo que toca a las comunicaciones, y de esquizofrenia galopante en lo que se refiere a los objetivos perseguidos y a la interpretación del acontecer diario.



Si no me crees, mira como Vidal le da un reglazo en los dedos a Viera Gallo, y Pérez Yoma vigila por el rabillo del ojo a Vidal.



Cuando no hace declaraciones de una rara intrepidez en materias de fondo, Escalona «valora» esto o lo otro con una falta de coherencia tan evidente que no puedes sino identificarla como una señal inequívoca de que aprendió hace ya mucho tiempo la técnica imparable, -admirable y admirada-, conocida mayormente como «jeitinho brasileiro».



Hablando de temas que caen bajo el imperio de sus competencias senatoriales y, -me atrevo a pensar-, bajo el amplio espectro de sus competencias conceptuales, Escalona analiza las turbulencias que inquietan a los mercados financieros:



«Estamos todos preocupados de que pueda haber una combinación bastante negativa entre una alta inflación y menor crecimiento y por lo tanto se trata de contener la inflación y asegurar un nivel de crecimiento adecuado» (sic).



Puede que el repunte de la Bolsa y los cuatro pesitos que reganó el dólar tengan algo que ver con esas declaraciones: no hay que excluir a priori que la palabra experta del vocero de la Concertación, -presidente del PS y de la Comisión de Hacienda del senado-, tenga alguna influencia en los mercados, si no fuese el caso tú te preguntas para que diablos Escalona se esfuerza en hacer declaraciones de tan profundo alcance y eminente significación.



Y no es que haya que pitorrearse de su cantinfleo: el propio Alan Greenspan se atrevió a declarar hace poco que la recesión en los EEUU es segura a 50%, lo que traducido a la jerga que chamullamos en la copia feliz del edén quiere decir «en una de esas sí, en una de esas no«, o tal vez todo lo contrario, ya ves que como Greenspan el senador Escalona es capaz de decir cualquier huevada y eso que no fue a la Universidad de Columbia.



Para mí que Escalona, vocero de la Concertación, -y presidente del PS y de la Comisión de Hacienda del senado-, se tomó en serio este último cargo porque en estos días ha reincidido con declaraciones que siguen contribuyendo grandemente al lustre de la ciencia económica tan a mal traer en los últimos treinta años: según la secretaría de prensa de su propio partido (Tu quoque fili mi) «El presidente del PS y vocero de la Concertación, senador Camilo Escalona, calificó como «un hito» en la lucha contra la concentración económica el reciente fallo del Tribunal de la Libre Competencia, que rechazó la fusión de Falabella con D&S«.



Ya sabes, un «hito» es un poste que sirve para señalar la distancia y la dirección de un camino o los límites de un territorio.



«Hito» tiene como único sinónimo la palabra «mojón«, concepto que en el pensamiento Escalona -y digo «pensamiento Escalona» como en su día se dijo «pensamiento Mao Tse Tung«-, adquiere ribetes filosóficos.



Según el portavoz de la Concertación, -y presidente del PS y de la Comisión de Hacienda del senado-, ese dictamen «tal vez se constituya en hito en el esfuerzo nacional para reducir y evitar que se profundice la concentración del poder y de la riqueza económica en nuestro país» (sic).



Si entendí bien, la lucha contra «la concentración del poder y de la riqueza económica» caen bajo la responsabilidad y competencia del Tribunal de la Libre Competencia, órgano jurisdiccional especial e independiente, sujeto a la superintendencia directiva, correccional y económica de la Corte Suprema, y ni el gobierno ni la Concertación, ni el Parlamento, y mucho menos la Comisión de Hacienda del Senado, de la cual Camilo Escalona es el ilustre presidente, llevan velas en ese entierro.



Después de aceptar que las competencias en materia de política monetaria fuesen entregadas a un Banco Central «independiente» e irresponsable (no le rinde cuentas a nadie), es todo un detalle que Escalona, en nombre de la política y de los políticos, se saque el cacho de la responsabilidad de la lucha por la justicia social y económica confiándosela a los jueces.



Lo que se llama sacar las castañas con la mano del gato, con la ventaja de que le evita a Michelle nombrar otra comisión…



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Luis Casado es ingeniero del Centre d’Etudes Supérieures Industrielles (CESI, Paris, Francia), profesor del Institut National de Télécommunications (INT) y miembro del Comité Central del Partido Socialista de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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