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Ingrid Betancourt y los medios masivos

Como dijo Ingrid Betancourt, si no hubiera sido por los medios masivos (TV, Internet, blogs, cartas pidiendo firmas, etc.) ellos aún estarían allí en la selva amarrados al cuello con una cadena a un árbol como un animal. Pero, por otro lado, sin los medios masivos globales, igualmente no sabríamos nada de las cárceles en la Base de Guantánamo, o de «Abu Ghraib», etc.


«Las FARC usan dinero del narcotráfico para su funcionamiento y es un movimiento terrorista». Fueron palabras precisas de Ingrid Betancourt en conferencia de prensa luego de su rescate el 3 de julio reciente. Palabras refereridas a un movimiento guerrillero que aún cierta izquierda sigue defendiéndolo como otra revistas (Rebelion.org) o como Le Monde Diplomatique de Colombia que en su edición del 6 de julio ha propagado inmediatamente la duda, que sin embargo resultó falsa: «Ingrid Betancourt y 14 rehenes de las FARC no habrían sido liberados durante una acción militar, pero sí comprados a través de una operación de cambio e infiltración de sus guardianes. Información exclusiva de la Radio Suiza Romande RSR.»



Betancourt estuvo 6 años en cautiverio en la selva y no un día ni tres semanas. En la conferencia de prensa del 4 de julio el ministro de Defensa de Colombia y unos generales del ejército mostraron un video para probar cómo fue el rescate y el plan para engañar a la FARC en sus propias narices sin disparar ni un solo tiro ni salir con heridos o muertos. Ya todo el planeta ha visto ese video una y otra vez. Una de las preguntas fue si habían pagado 20 millones de dólares a las FARC por el rescate, basándose en la información que ha propagado Radio Suiza. La respuesta fue un rotundo no como también lo han dicho oficialmente el gobierno francés y el norteamericano.



Es muy comprensible que en una misión espectacular con cero bajas de muertos o heridos haya dudas, pues eso ocurre, dicen muchos, sólo en el cine y aún en el cine siempre muere mucha gente en esas operaciones difíciles de creer. Hay que buscar como sea la supuesta rendija para probar finalmente que semejante operación de rescate impecable tuvo que ser una farsa bien montada. Incluso con una actriz tan perfecta como Ingrid Betancourt y los soldados de la FARC que rodeaban el helicóptero blanco del rescate. No, no puede ser tanta maravilla, insiste la prensa de la izquierda más ortodoxa, los fieles de Chávez y Correa (aún cuando este último no ha hecho ninguna declaración personal porque de seguro no quiere creerlo).



Hasta Fidel Castro declaró cierto el rescate y se supone que él maneja información secreta que se la proveen Chávez y Correa, y sin duda información que viene de las mismas FARC.



Lo interesante también en esa conferencia del 4 de julio es que hubo un periodista argentino que quería pasar por listo y por detective para comprobar si el video era una «fabricación» del ejército colombiano. La pregunta que hizo estaba conectada a lo que dicen Correa y Chávez. El presidente venezolano, como se sabe, ha cambiado su perspectiva de las FARC diciendo ahora que es un grupo guerrillero anquilosado. Meses atrás, por el contrario, él mismo pedía a organismos internacionales que no le dieran el estatus de grupo terrorista. Los cambios de Chávez son impredecibles como el camaleón, probablemente la pérdida del plebiscito en su país en febrero de este año tiene algo que ver. Por otro lado tanto Chávez como Correa y la izquierda dogmática, y los medios arriba mencionados, siguen insistiendo que la información del computador de Reyes ha sido manipulada y no son ciertas. Así que por ahí iba la pregunta del periodista argentino.



Bueno, el periodista aquel preguntó por qué Ingrid al subir al helicóptero en la selva llevaba un peinado y luego baja con un otro diferente, con trenzas. También por qué sube con un pantalón blanco y baja con un pantalón negro. La pregunta habrá dejado boquiabiertos a los miles o millones que escuchaban la conferencia por el mundo pues pensaron que era la pregunta de oro para desarmar públicamente una farsa y un teatro hecho por el gobierno colombiano, el francés y el «imperio yanqui». Pues no, resulta que Ingrid Betancourt se arregló el pelo en la hora y media del vuelo del helicóptero desde donde fueron rescatados sanos y salvos es decir en las selvas del Guaviare (sureste) a la base militar de Catam en Bogotá. Igual asunto con el pantalón, se lo cambio por uno blanco. La pregunta puede ser ingenua o estúpida, pero no lo era venida de un periodista, y especialmente de un suceso impresionante para todo el mundo en ese momento y difícil de creer.



Los «diabólicos medios masivos», dicen y escriben los antiglobalización y los antineoliberalismo ortodoxos, quienes a su vez sostienen que ese modelo es el causante único de todo los males de America Latina y el planeta, están montando un show mediático con el rescate de Ingrid Betancourt como esos «reality show» para «entretener alienando». Lo que fuere, pero como dijo Ingrid Betancourt, si no hubiera sido por los medios masivos (TV, Internet, blogs, cartas pidiendo firmas, etc.) ellos aún estarían allí en la selva amarrados al cuello con una cadena a un árbol como un animal. Pero, por otro lado, sin los medios masivos globales, igualmente no sabríamos nada de las cárceles en la Base de Guantánamo, o de «Abu Ghraib», etc. Tampoco sin los medios masivos diabólicos no sabríamos nada de la falta de información en la propia Cuba como lo escribe constantemente el blog prohibido en la isla de Yoany Sánchez.



Lo que ha hecho la globalización ha sido democratizar los medios masivos, sin por ello negar que también hay manipulación de cierta información e imágenes visuales. Antes se criticaba, desde las décadas de los 80 hacia atrás, hasta la llegada de Cristóbal Colón por lo menos, que no había medios informativos alternativos sino únicamente medios dominantes. Con la revolución digital que trajo una ampliación y democratización de la información, y que ha exagerado la globalización para bien o para mal, también sigue la desconformidad. Principalmente la inconformidad viene de los que bajo una ideología dogmática, de derecha o de izquierda, y también de los que no aceptan para nada el mundo en que vivimos, refugiándose sólo en la crítica amarga y nihilista, quieren ser los guardianes absolutos de la verdad. Es cierto, resulta difícil de creer el rescate de Ingrid Betancourt pero no imposible.





Javier Campos es poeta, narrador y columnista*

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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