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Lagos

Lagos -el comentarista- o bien desprecia de ese modo nuestra inteligencia o, como siempre, su inteligencia no es comprendida por nosotros. Como fuere, la cuestión es que quien se encandila con la Convención Demócrata y su proceso previo, pide para él excepciones y ventajas.


Por Luis Correa Bluas*



Durante la Convención del Partido Demócrata en Estados Unidos, Ricardo Lagos, el comentarista, trataba de explicar el parecido entre este proceso y nuestras primarias.



No debemos olvidar que antes del «No way. No how. No McCain. Barack Obama is my candidate and he must be our President» de Hilary Clinton, esta lo había tratado de inepto, quien a su vez le había espetado su relación con los grandes capitales. No cabe duda -como gusta decir el comentarista- que el debate fue intenso y es tal el respeto a la democracia como forma de vida, que en esa lógica, todo es susceptible de controversia y a ningún contrincante se le hubiera ocurrido pedir ventaja.



Esa misma forma que algunos de nosotros aceptamos como válida para resolver internamente en un partido o una coalición quién será nuestro representante el 2009, es la que Lagos trataba de asimilar y validar, a pesar que no hace mucho y en más de una ocasión, ha afirmado que no se someterá a ninguna primaria en la Concertación.



Lagos -el comentarista- o bien desprecia de ese modo nuestra inteligencia o, como siempre, su inteligencia no es comprendida por nosotros. Como fuere, la cuestión es que quien se encandila con la Convención Demócrata y su proceso previo, pide para él excepciones y ventajas.



Para Lagos, el demócrata, sólo vale la aclamación, de Lagos por cierto.



Para éste todas las ventajas y excepciones, especialmente que nadie lo apunte por el Transantiago, uno de los mayores desastres políticos de los últimos 18 años. Él dando explicaciones peregrinas, atribuye sin pudor, toda la responsabilidad a la Presidenta Bachelet.



¿Deberemos todos nuevamente hacer una excepción con Lagos el ecologista y olvidar al Presidente que pagó barato por inundar tierras ancestrales en Ralco?



Todas las reformas hechas en los últimos años, parecieran concentrarse entre los años 2000 y 2005. Pero si la memoria no me falla o la falta de inteligencia para comprender al líder me ataca, fue Eduardo Frei quien impulso la más profunda modificación al sistema judicial, cambiando drásticamente la forma de enjuiciamiento criminal. Es cierto, Lagos inauguró el Centro de Justicia de Santiago, donde todo el ala sur y poniente aún no funciona.



Ha sido el gobierno de la Presidenta Bachelet quien al fin y al cabo se jugó porque el Auge fuera un derecho y garantía, y donde se han efectuado transformaciones al sistema previsional, que aún no son posibles de dimensionar. Y fue Aylwin quien dio el primer paso en materia de Derechos Humanos al pedir perdón a través de la Comisión Rettig.



Concordemos algo. Con Lagos se modificó la Constitución de Pinochet, la de 1980, pero dejó pendiente la discusión del sistema binominal, la garantía de los derechos fundamentales y mantuvo el Tribunal Constitucional, variando su forma de integración. Probablemente el acento estaba para él, en borrar la firma del ex dictador y estampar la del Presidente de Chile.



Es del todo saludable que Lagos candidato nos diga cuál es su oferta respecto de la modificación de la estructura tributaria para la clase media; sobre la matriz energética; el medioambiente; la seguridad ciudadana; la píldora del día después y el matrimonio homosexual, por enunciar algunos de los asuntos debatidos en las primarias estadounidenses.



Le podremos preguntar, además, si se suma a la iniciativa del ex Presidente Frei de una nueva Constitución, y si ésta tendrá su acento en las libertades públicas y derechos fundamentales, en la tutela judicial efectiva de las prestaciones ofertadas o, simplemente en quién firma el papel.



Creo que la señora Juanita estará de acuerdo conmigo en que Lagos el comentarista, Lagos el ecologista y Lagos el ex Presidente, compita como Lagos candidato del mismo modo como Frei está dispuesto. No imagino a ninguno de los dos temerosos de los resultados de mediados de 1993.







*Luis Correa Bluas es abogado.


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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