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Doble estándar político

Lo que relataremos a continuación demuestra que los políticos, alcalde y concejales de La Reina, de todos los partidos políticos, no vacilan en borrar con el codo lo que escriben con la mano. Estas personas, suponiendo que nadie iba a detectar sus mutaciones en la hora de decidir, acomodaron sus…


Por Patricio Herman*

Nuestra Fundación ha apoyado decididamente a los vecinos de la Avenida Príncipe de Gales, comuna de La Reina, quienes muy activamente han entablado una lucha contra un proyecto de edificio de departamentos de 4 pisos de altura (14 metros), en circunstancias que en su sector el Plan Regulador Comunal admite edificaciones de sólo 2 pisos más mansarda, con una altura máxima de 9 metros. Esta situación tercermundista la hemos denunciado en la columna «¿Se mantendrá el poder discrecional?», publicada el 15 de Diciembre de 2008 en El Mostrador.cl.

Dicho proyecto, que cuenta ya con un permiso de edificación otorgado equivocadamente por la Directora de Obras (S) de La Reina, se acogió al artículo 6.1.8 de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), que permite a los titulares de los proyectos inmobiliarios alterar varias normas de los Planes Reguladores Comunales, no así las alturas de las edificaciones, si sus viviendas son DFL2. Desde hace muchos años estamos solicitándole al Minvu que derogue ese artículo de excepción por ser muy dañino a la fe pública y porque se introdujo ex profeso en la OGUC para favorecer al influyente sector inmobiliario.

Nuestra posición de apoyo a los vecinos de La Reina se funda en la autonomía que los municipios debieran tener en su planificación urbana, luego que el Minvu los obliga a efectuar ingentes gastos para la formulación de sus instrumentos de planificación y que, sin embargo, dicho ministerio atropella con la ilegítima vía de modificar recurrentemente la OGUC. Este burlesco artículo 6.1.8., tal como lo manifestáramos en nuestra columna anterior, es un artificio creado en el año 2001 por la dupla Jaime Ravinet-Carla González, ministro y jefa de la División de Desarrollo Urbano en esa época.

Pues bien, el alcalde y todos los concejales de La Reina adhirieron con sumo entusiasmo al movimiento de protesta efectuado por los vecinos de Príncipe de Gales, concurriendo los días domingo a la realización de ruidosas manifestaciones frente al predio en que se emplaza dicho irregular proyecto de  edificación. Y eso no es todo, tal como ha sido consignado en este medio de prensa, la totalidad de los concejales firmaron un Acuerdo oficial respaldando dicho movimiento vecinal, aún cuando el alcalde expresó que «se deja constancia que el Alcalde se excluye de este acuerdo debido a que no puede intervenir en las facultades privativas del Director de Obras como la concesión de un permiso de edificación por su calidad de funcionario municipal».

Asimismo, el Concejo Municipal, al igual que nuestra Fundación,  se hizo parte en un recurso de protección que los vecinos interpusieron contra la Directora de Obras (S) Municipales y el Jefe de la División de Desarrollo Urbano del Minvu, quien respaldó a la primera en el otorgamiento del cuestionado permiso de edificación, aduciendo «que de conformidad con lo establecido en el inciso segundo del artículo 2.1.1 de la OGUC, las normas contenidas en la Ley General de Urbanismo y Construcciones y su Ordenanza General priman sobre las disposiciones contempladas en los IPT (Instrumentos de Planificación Territorial) que traten las mismas materias». Claro que a este jefe del Minvu se le olvidó, tal como lo estableció su antecesora en el cargo que, aplicándose el furtivo artículo 6.1.8., no se pueden alterar, entre otras normas, las alturas máximas de edificación consideradas en los Planes Reguladores Comunales.

Hasta aquí el desarrollo de esta historia pareciera contar con una lógica sin discusión, pero lo que relataremos a continuación demuestra que los políticos, alcalde y concejales de La Reina, de todos los partidos políticos, no vacilan en borrar con el codo lo que escriben con la mano. Estas personas, suponiendo que nadie iba a detectar sus mutaciones en la hora de decidir, acomodaron sus posiciones de acuerdo a la contingencia, sin percatarse de las funestas consecuencias que ellas tendrían.

En efecto, ese municipio impulsa un proyecto de un edificio de departamentos para allegados, de 4 pisos de altura, acogido ¡oh sorpresa! al mismo artículo 6.1.8 de la OGUC, pero en un sector poblacional, en la Avenida Las Perdices, frente a la Villa La Reina, que tiene la misma normativa de 2 pisos más mansarda. Vale decir, en una situación similar a la de la Avenida Príncipe de Gales, el Concejo Municipal apoya decididamente a que la Dirección de Obras otorgue el permiso, y aún más, el propio alcalde hace lo mismo demostrando el pernicioso comportamiento del doble estándar.

Preguntamos entonces porqué esas autoridades municipales elegidas por votación popular se oponen a la aplicación del artículo  6.1.8. en el caso de la Av. Príncipe de Gales y por qué la promueven en el caso de la Avenida Las Perdices. Porqué este trato desigual si la Ordenanza es de carácter general, es decir, aplicable sin excepción  a todo el territorio nacional.  

Aprovechamos la ocasión para reiterar lo que hemos informado en el Consejo de Defensa del Estado, en cuanto a que el terreno en que se pretende construir el edificio en la Avenida Las Perdices, tiene un uso de suelo área verde, sin haberse producido a la fecha la respectiva modificación en el Plan Regulador Comunal, tal como lo prescribe el artículo 61º de la ley correspondiente. Es de fácil comprensión que la situación anterior impide el trámite del permiso de edificación.

Independientemente de las irregularidades señaladas, nosotros somos partidarios de que las viviendas sociales se tienen que construir siempre en terrenos aptos, habida consideración que el proyecto municipal que se pretende localizar en el área verde de la Av. Las Perdices es de relleno y está cruzado por líneas de alta tensión, lo que debe hacer recapacitar al alcalde y concejales y al propio Serviu, «socio» de la municipalidad en esta iniciativa.

En Chile tenemos muchas malas experiencias con edificaciones que han habitado los más pobres, las que, emplazadas  irresponsablemente en predios «baratos» por no ser idóneos, se han tenido que demoler y por ello, tal como hemos apoyado a los vecinos de Príncipe de Gales, con igual firmeza exigiremos que a los allegados de esa comuna se les construyan viviendas sociales dignas en terrenos seguros que cuenten con las debidas normas de edificación y éste es el desafío ético que tiene ahora esa municipalidad.

Así las cosas, esperamos que el alcalde y los concejales de La Reina procedan con cordura, respetando el área verde y buscando un terreno apto para construir las viviendas sociales que necesitan los allegados de esa comuna.  

*Patricio Herman, Fundación «Defendamos la Ciudad» .

 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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