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Obama y Cuba

Una autoridad en la economía cubana, Carmelo Mesa-Lago, quien la ha estudiado desde hace 45 años, ha dicho que el embargo es una de las grandes excusas del gobierno cubano para cubrir su propia incapacidad de no haber desarrollado ninguna economía productiva en la isla…


Por Javier Campos*

 

En 1962 se rompen las relaciones entre EE.UU. y Cuba. EE.UU. instala un embargo dentro del contexto de la Guerra Fría. Pero este lunes 13 de abril el presidente Obama, sin eliminar totalmente aquel embargo, ordena unas nuevas medidas respecto a Cuba anulando las que mantenían por décadas todos los presidentes desde John Kennedy.

Obama acaba de permitir el viaje a Cuba de cualquier familiar cubano-americano residente en los EE.UU (1.5 millones podrán viajar ahora). Antes sólo podían viajar familiares directos. Ahora pueden permanecer el  tiempo que deseen, hasta un año entero. Antes era un viaje cada tres años y una permanencia limitada de 14 días. Antes sólo se podían enviar no más de 300 dólares cada tres meses y gastar en Cuba solamente 50 dólares cada día.  Hoy se puede enviar una cantidad anual superior a 1.200 dólares y gastar diariamente 179 dólares. También los familiares en EE.UU. pueden enviar medicinas u otros objetos sin restricciones que antes era imposible o se hacía a través de otros países y constituía una pesadilla.

Las medidas de Obama han sido recibidas en la comunidad cubana de EE.UU. con gran optimismo, reacción que hace unos años atrás habría sido rechazada por el exilio cubano más duro. La política muchos más diplomática, abierta y no dogmática de Obama, ha permitido este nuevo acercamiento.

Nadie sabe aún qué responderá el gobierno cubano a estas medidas. Pero por la todavía  presencia de Fidel Castro no se ve que la respuesta sea la de una apertura como ha hecho Obama.  Una respuesta que permita una posible normalización entre ambos países. Hay que recordar que Raúl Castro es más bien «un clon» de su hermano quien realmente sigue teniendo un importante poder  de decisión como el mismo Raúl lo ha dicho públicamente («cualquier decisión del Consejo de Estado será consultada con Fidel  antes de ejecutarla»).

Por ejemplo la reciente purga del vicepresidente Carlos Lange y del canciller Felipe Pérez Roque, similar a los tenebrosos tiempos del estalinismo, fue una decisión y una orden de Fidel Castro. Los acusó de esta manera: «La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno». Ambos luego redactaron muy parecidas  renuncias a todos su cargos, escritas sin duda por el aparato ideológico del Partido Comunista cubano y dictadas por Fidel Castro y haciéndose ambos una dura autocrítica (eso recuerda mucho al caso Padilla). Y ahora nadie sabe en qué lugar de Cuba estarán, quizás  en algún trabajo inferior al que tenían para que paguen sus culpas por  «traidores e indignos a la revolución». Así que por el lado ideológico, la respuesta a las medidas de Obama,  pueden ser las mismas que hemos venido escuchando desde hace décadas. Para los Castro el mundo no ha cambiado un milímetro desde 1959 y aún detrás de todo  «está la mano de la CIA que les paga a los contrarrevolucionarios».

Una autoridad en la economía cubana, Carmelo Mesa-Lago, quien la ha estudiado desde hace 45 años, ha dicho que el embargo es una de las grandes excusas del gobierno cubano para cubrir su propia incapacidad de no haber desarrollado ninguna economía productiva en la isla. Allí siempre se culpa a factores externos de las incapacidades internas. Y también, agrega Mesa-Lago,  el embargo ha justificado el autoritarismo desde la cúpula sin permitir al pueblo  una democracia real y participativa.

Pero lo cierto es que desde 2001 ha habido realmente una flexibilidad del embargo pues Cuba compra hoy casi el 80% de sus alimentos a EE.UU. Entonces el continuo ataque al «imperio» y al «embargo injusto» en reciente declaraciones de Fidel Castro, en respuesta a las medidas de Obama, constituye otra vez una ceguera ideológica que no ha cambiado mucho en vez de mostrar una apertura de acuerdo a la crisis real de la economía cubana dentro del contexto global.

Ya se sabe que aparte de la crisis del sistema económico cubano hay otros problemas que la cúpula cubana no desea mencionar como la prohibición a sus ciudadanos de viajar al extranjero, o viviendo con una doble moneda donde el trabajo diario se paga en pesos cubanos pero hay que comprar los bienes más esenciales que faltan en la libreta de abastecimiento en moneda convertible. O la ausencia de espacios de divergencia como la represión a medios alternativos de información (como el blog de Yoani Sánchez). O la ausencia de información libre como la prensa extranjera que es inexistente en la isla además de ilegalizar el acceso a internet o  los canales diversos de televisión vía cable (cualquiera que tenga una antena parabólica en el techo de su casa se le requisa y el «criminal» o «antisocial»  puede ir a la cárcel o pagar una fuerte multa).

Para Mesa-Lago el asunto primordial de Cuba, y que puede ser la mejor respuesta de devuelta de la pelota que envío Obama este lunes 13 de abril,  es resolver «el problema de la nula capacidad productiva en Cuba. China ha sido muy estricta con la isla: quiere relaciones económicas basadas en inversión y comercio, no en subsidios. ¿Y qué va a exportarle Cuba, si difícilmente llega a cubrir la cuota de azúcar? Es posible que Cuba haga reformas económicas sin que haga cambios políticos y ahí está China que ha logrado una mejoría económica con reformas de mercado y sin cambio político. Ahora bien, lo que yo quisiera para Cuba es que hubiera reformas económicas que mejoren el nivel de vida de la población.»

Pero lo más incomprensible, para Mesa-Lago, es que las promesas de Raúl Castro de reformas estructurales en la economía no se han puesto en marcha.  Y es que parece que su estancamiento reside en que cualquier cambio para salir de la inmovilidad productiva pasa primero por la prioridad ideológica antes del desarrollo económico sin permitir la actividad económica privada ni dando libertad económica  a los  «cuentapropia» como se dice en la isla.

Actualmente Cuba sólo vive del turismo, de las remesas que envían los cubanos fuera de Cuba, de la exportación de médicos y servicios de deportes a Venezuela. Luego Chávez les envía petróleo casi gratis y subsidios al estilo de la vieja ex URSS. O sea Cuba realmente vive de prestado y de ¨limosnas¨ para usar la palabra reciente de Fidel Castro a las medidas de Obama. Si las medidas de Obama son «limosnas», ¿cómo se considera entonces la ayuda de Venezuela? Si la primera son limosnas del Imperio  ¿la segunda es «solidaridad revolucionaria»?

Finalmente, para Cuba el embargo ha sido la justificación de todos sus propios males pues ha sido incapaz de construir una economía que compita productivamente en este mundo global. Ha sido incapaz de producir sus propios alimentos manteniendo casi el 50% de su tierra cultivable sin producir y teniendo que comprar el 80% de los alimentos que necesita a su principal enemigo, «el imperio yanqui». Y el embargo también ha sido la justificación para controlar políticamente «al pueblo». Pero la paradoja es que el gobierno cubano no menciona que él mismo ha creado su propio embargo o bloqueo interno contra su propia gente.

Las medidas iniciadas por Obama parecen producir en el régimen una cierta incomodidad porque al abrir globalmente su economía (si la desearan), y dejar entrar una cantidad inesperada de nueva gente y mucho dinero que gastar -incluso Obama está considerando que los ciudadanos norteamericanos viajen a la isla-,  llegaría también un oleaje de diversidades culturales y políticas, y más deseos de apertura entre la gente joven en la isla.  Eso podría ser incontrolable por el gobierno cubano.

Ahora, por las continuas y recientes reflexiones de Fidel Castro en estos días (hasta tres  artículos en dos días), él está enviando mensajes que no parecen estar abiertos a ninguna concesión parecida a la de Obama.  La pelota está ahora en la cancha de Cuba, pero quién sabe si la devuelvan o la ignoren.

*Javier Campos es escritor y académico en Estados Unidos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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