Hoy, cuando muchos de ellos reconocen, privada y públicamente, haberse equivocado rotundamente al proclamar a Piñera, cuando Longueira abandona hastiado el comando de campaña, esta selección de temas del ayer, no todos románticos y bailables, ayuda a recordar lo neurótico de esta relación entre…
Por Antonio Gil*
Las palabras son como las piedras: una vez lanzadas, ya no pueden volver atrás, por más que nos arrepintamos de haberlas arrojado. Escuchemos a continuación una breve selección de categóricas opiniones, de altas figuras de la UDI, referidas en su momento a Sebastián Piñera. ¿Habrán cambiado de opinión estos avezados políticos? ¿Se habrán convencido por fin de las bondades, las virtudes, las ventajas competitivas y los valores intrínsecos del postulante financiero a la «Casa donde Tanto se Sufre»? ¿O simplemente se estarán mordiendo la lengua y agachando con amarga resignación la cabeza?
«A Piñera lo motiva la vanidad y el poder…El país conoce las veces en que Piñera no ha hecho lo que dice». (Evelyn Matthei)
«Es difícil apoyar a Sebastián Piñera en segunda vuelta…Respaldó a la Pía Guzmán durante un año entero y con una infamia sin precedentes en la política chilena, cuando siendo presidente de RN podía haberla cortado en 24 horas. Entonces, qué duda cabe de que hay un sentimiento muy distinto de RN hacia Joaquín Lavín que de la UDI hacia Sebastián Piñera. Decir lo contrario es faltar a la verdad». (Pablo Longueira)
«La deslealtad política de Piñera no tiene límites. Es demasiado conflictivo ese señor como para poder hacer un proyecto político ordenado». (Patricio Melero)
«¡Por Dios que andaba bien la oposición con Sebastián Piñera fuera del país!» (Evelyn Matthei)
«No se puede ir a una primaria con un señor millonario que no tiene límites, que se hace una pasada por la Bolsa, con información privilegiada, para ganarse ocho millones de dólares». (Pablo Longueira)
«¿Por qué hoy día rasga vestiduras en el tema de los derechos humanos, cuando durante 17 años el señor Piñera se dedicó en nuestro país a enriquecerse gracias a la política económica del gobierno militar?». (Iván Moreira)
«Se ha convertido, en el último tiempo, en el capitán veneno de la política chilena (…), lo único que promueve con su actitud beligerante es la división de la centro derecha», (Iván Moreira)
«¿Cómo se manejaría un canal de televisión de propiedad de un Presidente de la República? (…). ¿Cómo se maneja una empresa que tiene una posición monopólica, (…) que está en un área regulada como es LAN?». (Jovino Novoa)
«Recuerdo perfectamente haber discutido largamente esta ley sobre uso de información privilegiada (…), y Sebastián estaba ahí y él votó esta ley y la aprobó con su voto, como lo hicimos todos. Por lo tanto, no puede decir que no sabía» (Evelyn Matthei)
«Cuando alguien quiere optar a la Presidencia de la República debiera deshacerse de su rol como empresario. La política y los negocios son incompatibles, más todavía cuando se aspira a la más alta magistratura del país». (Evelyn Matthei)
Como notarán, este potpurrí de peñascazos, lanzados en distintos minutos contra el candidato financiero por jerarcas del gremialismo, no muestran especial afecto ni un sentimiento de confianza particularmente desbordante hacia él.
Hoy, cuando muchos de ellos reconocen, privada y públicamente, haberse equivocado rotundamente al proclamar a Piñera, cuando Longueira abandona hastiado el comando de campaña, esta selección de temas del ayer, no todos románticos y bailables, ayuda a recordar lo neurótico de esta relación entre la UDI y un candidato presidencial cuyo peor y más peligroso enemigo está plenamente identificado en todos los sectores: él mismo.
*Antonio Gil es escritor.
