¿Qué harán si en la encuesta CEP aparece con mucha mayor adhesión? Bueno lo único que no pueden hacer es hacerse los desentendidos, es decir, a menos que estén pensando seriamente que este es un complot de las instituciones que realizan las encuestas más los medios de comunicación para levantar…
Por Roberto Mardones*
Lo dijo el propio diputado -candidato, también conocido como «díscolo» y «fenómeno»-, no saca nada con salir mejor posicionado en las encuestas si eso no se corrobora con el apoyo ciudadano en las notarías, que lo puedan ratificar como candidato independiente. Está difícil. En aproximadamente un mes y medio sólo ha logrado la adhesión de unas 8 mil o 10 mil personas (ni él sabe la cifra exacta), el tiempo apremia, tiene hasta el 12 de septiembre y debe recabar, en promedio, unas 9 mil firmas mensuales para juntar la cuota, 36 mil. Claro, según sus propias palabras, el sistema es «cavernícola», pero apunta a evitar la aparición de un número indeterminado de «outsiders», como ocurre en otros países, algo que puede ser correcto o incorrecto dependiendo del cristal con que se mire. Quienes apuntan hacia la estabilidad y la gobernabilidad, dirán que está bien y que la oferta electoral la controlan los partidos; otros, dirán que va en contra de la diversidad presente en la sociedad, de no existir la cláusula, podrían haber muchos más candidatos y esto sería más competitivo, pero bueno, la cosa es como es.
Mi pregunta es, si las encuestas muestran un progresivo aumento de Marco Enríquez, cuestión que la han asociado al descontento, a la falta de candidatos que representen a la gente, a su juventud, algo que haría que, casi por derecho propio, tenga más llegada con el segmento tan esquivo para la clase política (los otros candidatos están más para club de tango y boleros), entre otras explicaciones, ¿por qué no ha logrado juntar las firmas? Creo que podría aventurar una explicación a partir de lo que se denomina «cinismo ciudadano», el cual se suele asociar a una actitud en la cual el ciudadano produce una disonancia cognitiva, una incongruencia respecto de lo que dice y lo que hace, cuestión que, para nuestro caso está reflejada en el hecho de que, por ejemplo, si bien consideramos que nuestra democracia funciona mejor que la de nuestros vecinos, a la vez somos críticos de la misma, pero hacemos crítica teórica y no práctica (recomiendo ver los informes Latinobarómetro 2007 y 2008).
Desde este punto de vista, podría decir que las encuestas, a partir de lo que responden los encuestados, particularmente en el caso del diputado-candidato, dejarían en evidencia la mencionada disonancia ya que no habría una correlación entre lo que nos muestran, en el caso de la realizada por TNS – Time indica un 26% de apoyo ante la pregunta «si las lecciones fueran el próximo domingo», y lo que ocurre en la realidad. Mi reflexión es la siguiente: la TNS – Time, dejando de lado que es una encuesta telefónica, tomó como grupo objetivo a hombres y mujeres mayores de 18 años, inscritos y no inscritos. Entonces, si distintos barómetros y encuestas indican que nuestra capacidad de movilización es escasa y que nuestro interés en política es bajo, ¿será posible que exista una relación directamente proporcional entre el apoyo discursivo a Marco Enríquez-Ominami y la firma notarial?, no puedo dejar fuera el hecho de que esta encuesta incluye no inscritos, es decir, ¿se van a inscribir en los registros electorales e irán a la notaría? Si el diputado logra esto con su campaña, está claro que tiene la fórmula para salir en los medios y que se maneja muy bien en ese ambiente: oreja y rabo para él, aunque lo veo complicado.
De todas maneras, esto representa una disyuntiva para la (des) Concertación, porque, no obstante el requisito formal de las firmas, igual es una alternativa que surgió desde su seno, sea cual sea su origen. Y no es la primera. Recordemos que para las últimas elecciones municipales, bajo el alero de Pepe Auth, la Concertación se transformó en dos.
Ahora bien, ¿qué harán si en la encuesta CEP aparece con mucha mayor adhesión? Bueno lo único que no pueden hacer es hacerse los desentendidos, es decir, a menos que estén pensando seriamente que este es un complot de las instituciones que realizan las encuestas más los medios de comunicación para levantar al candidato díscolo, para así debilitar a Frei y que gane Piñera (bueno, en política ocurren cosas de este tipo), pueden seguir haciendo como que no existe, lo cual creo es un error de interpretación (soberbia también) respecto de lo que significa la democracia, cuestión que al parecer esta coalición olvidó, como también olvidó que la sociedad es dinámica, que hay temas nuevos y nuevas demandas que no sólo deben ser utilizadas como caballo de batalla para la campaña, sino que deben hacer parte de una discusión abierta hacia la sociedad.
*Roberto Mardones es Docente de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales, Universidad San Sebastián.
