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Todo va bien señora Marquesa

Para resolver el desempleo, si uno les cree a estos patriotas, basta con bajar los salarios hasta que sean tan bajos que incluso la señora Juanita pueda pagarse una «nana», un jardinero y un chato que le haga masajes después de las clases de Pilates.


Por Luis Casado*

En alguno de sus escritos Keynes se autodefinió como una especie de Casandra, anunciador de catástrofes en el plano económico. Justo para ser justo, debo precisar que nunca se atribuyó la denominación de «economista» y que siempre consideró la economía como una disciplina menor de la que algún día, que esperaba no muy lejano, se podría prescindir. ¡Inchallah!

Keynes prefería definirse como un «difusor de ideas» y en esa tesitura hay que decir que, contrariamente a los boludos que se contentan con repetir como loros lo que mal aprenden en alguna universidad mercantil, aportó un puñao.

Como la crítica más despiadada en temas económicos la tengo en casa (mi esposa me acusa de ser una «especie de Casandra» y ella no ha leído a Keynes…), esta nota de John Maynard me hizo reír. El tipo sabía de qué hablaba.

Servidor viene explicando desde hace más de un año que la presente crisis no se resuelve en tres meses. Que la subida de las Bolsas no indica necesariamente que las cosas van mejorando, -en una de esas  es peor-, y a contrario, que las Bolsas bajen no quiere decir que haya que cortarse las venas.

Un indicador más pertinente es lo que ocurre con el empleo. Si el paro aumenta se reduce la masa salarial, buena parte de la cual es consagrada al consumo, ergo baja el consumo, lo que trae consigo una reducción de la producción y con ella una nueva contracción del empleo, que a su vez disminuye una vez más la masa salarial, ergo el consumo. El ciclo se repite y ya la tenemos liada.

Esto es lo que hizo que la denegación freudiana de la existencia misma de la crisis por parte de Andrés Velasco revistiese una gravedad cierta. A partir del momento en que el FMI le sopló que la estaba cagando, sus planes de reactivación llegaron tarde, son insuficientes y están mal concebidos. Lo peor de todo es que, muy en línea con la concepción neoliberal del desempleo, están orientados a ayudar a las grandes empresas, no a los desempleados.

La subvención otorgada a las empresas que supuestamente crean un puesto de trabajo -generalmente poco calificado- parte de la base que los salarios están muy altos, y que ese alto nivel de salarios penaliza la competitividad de las empresas por una parte, y crea el desempleo por la otra. De ahí el cacareo desesperado de los empresarios que alegan que una subida del salario mínimo va a aumentar la cesantía.

Para resolver el desempleo, si uno les cree a estos patriotas, basta con bajar los salarios hasta que sean tan bajos que incluso la señora Juanita pueda pagarse una «nana», un jardinero y un chato que le haga masajes después de las clases de Pilates.

Si el personal osa protestar contra esta visión tan parcial -los empresarios nunca se quejan si los beneficios son excesivos, ni si las tasas de interés de los créditos al consumo son usureros, etc.- te amenazan con llevarse la producción a otro sitio (cerámicas Cordillera por ejemplo) en donde los currantes aceptan trabajar por un puñado de arroz.

En Europa se están poniendo de moda las proposiciones de tipo: «Les bajamos el salario en un 14%, y si no aceptan… los despedimos a todos» (ejemplo real, no lo he inventado). Y si pongo el ejemplo de Europa es porque en los últimos 30 años los salarios no han aumentado. Así como lo lees.

La distribución del PIB ha sido regresiva, úsease que una parte cada vez mayor de la riqueza producida remunera el capital y por consiguiente una parte cada vez menor remunera el trabajo.

Gracias a lo cual podemos leer en una publicación financiera parisina los estimulantes titulares que siguen:

 

«Michelin prevé suprimir 1.093 puestos de trabajo»

«La construcción debería perder 47 mil empleos en el 2009».

«Planes sociales (despidos): la lista no para de crecer».

«Teleperformance suprimirá 157 puestos de trabajo».

«Aubade suprimirá 104 empleos en Francia».

«Marionnaud suprimirá 700 puestos de trabajo en Francia».

«TDF suprime un cuarto de sus efectivos».

Te juro cachitos p’al cielo que esto lo lees en la primera página de solo un diario. Y que estas bellas noticias se producen después de que en el primer trimestre se hubiesen eliminado casi 200 mil puestos de trabajo, más que en todo el año 2008, un record. ¡Como sería si aumentasen los salarios!

De ahí el título de esta parida, inspirado por una canción humorística cuyo estribillo dice algo así como: «Todo va muy bien señora Marquesa«, se incendió el castillo, el gato murió calcinado, su madre falleció de una crisis cardíaca… pero aparte estas menudencias, «Todo va muy bien señora Marquesa«.

Keynes -y por eso le detestan-, probó que las crisis se producen por una mala distribución de la riqueza, por su concentración excesiva en pocas manos, por el insuficiente poder adquisitivo que genera una demanda insuficiente. O sea que el problema, boludo, viene precisamente de una masa salarial muy reducida.

Y este es al caso ahora. Salarios miserables llevaron al endeudamiento excesivo de los hogares, a la obligación de endeudarse, lo que a su vez llevó a una especulación desmadrada con los créditos, a la quiebra del sistema financiero, a la quiebra de los bancos, a la restricción del crédito, que a su vez restringe el consumo, que a su vez reduce la producción trayendo consigo los despidos, ergo una baja de la masa salarial y una nueva disminución del consumo… ¿me sigues?

Pero tú no te inquietes. Escucha a Andrés Velasco. O a Michelle, que suele repetir las boludeces que le cuenta Velasco: «Tout va très bien Madame la Marquise«.

Post scriptum: contrariamente a lo que afirma «El Mostrador«, cuando publica sin autorización alguna nota mía, no soy economista. Dios me libre y me guarde. Soy travesti y trabajo en Hacienda.

Post post scriptum: el capitalismo se sobrepasa a sí mismo. No bien había terminado de escribir esta parida me entero de que British Airways le pide a sus trabajadores… ¡trabajar gratis!

El ejemplo lo dio el Gerente General que trabajó todo el mes de mayo gratuitamente. Para tus archivos, el salario de dicho gerente es de 60 mil euros mensuales, o sea la módica suma de 47 millones de pesos al mes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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