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A mi me pasa con Piñera

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Se me ocurre que lo que le brota más natural es cómo se sacan más utilidades, cómo se gana más o cómo se aniquila más rápido al adversario. Sé que necesitamos otro espíritu en el Presidente de Chile.


Por Gabriel Silber*

Quisiera contar lo que a mi me pasa con Piñera, pues algo raro me produce en mi fuero más íntimo el candidato de la Alianza.

A mi me pasa con Piñera que recuerdo que al fin de la dictadura se acercó a la Democracia Cristiana. Haciendo uso de la trayectoria de su padre, Piñera quería que la DC le asegurara un cupo como senador. Pero los dirigentes de la época le manifestaron que en la Democracia Cristiana lo que valía era la trayectoria, los principios y los valores, y que el Partido estaba disponible a que se integrara y que se sometiera al ordenamiento para todos los militantes si quería ser candidato. Como no pudo entrar por la ventana, Piñera se fue a la derecha, fue parlamentario y hoy es su candidato.

Me pasa con Piñera que recuerdo que él es capaz de entrar en un contubernio con un periodista para enlodar y perjudicar a una adversaria. Es capaz de montar una operación mediática para perjudicar a una persona. Luego de descubrirse uno de los episodios más sórdidos de la política chilena, nos enteramos también que Evelyn Matthei nos estuvo mintiendo a todos los chilenos por más de tres meses. La misma Evelyn que paradojalmente hoy es la vocera de Piñera. Estilos similares de personas que están dispuestas a cualquier cosa con tal de ganar y que hoy se unen en una carrera presidencial.

A mi me pasa con Piñera que cuando veo gente que va a la clínica Las Condes, a pagar precios millonarios por cualquier atención médica, lo veo ganando plata. O cuando me subo a un avión LAN, o cuando veo subir las acciones de muchas empresas, ahí está Piñera ganando plata. Porque digamos las cosas como son, más allá de los anuncios mediáticos, Piñera no ha vendido ninguna de sus empresas relevantes y sigue teniendo intereses en amplios y estratégicos sectores de la economía. La incompatibilidad de sus negocios con el servicio público sigue existiendo para Sebastián Piñera y los contratos de administración que suscribió hace algunos meses no han resuelto el problema de fondo. Mientras no venda, si fuera Presidente, Piñera podría tomar muchas decisiones para ganar más y más dinero.

Quizás el candidato de la Alianza sabe que no será Presidente de Chile y por eso no quiere vender sus empresas.

 Me pasa también con Piñera que su historia demuestra que está dispuesto a todo para ganar, ganar dinero, ganar poder, ganar elecciones o lo que sea. Por eso que ya siendo precandidato fue capaz de usar información privilegiada para comprar acciones de LAN y ganar más dinero. Y cuando fue descubierto, sancionado y multado, pagó la multa sin chistar, total el negocio ya estaba hecho.

En el caso del Banco de Talca, más allá de investigar o hacer emplazamientos por algo tan antiguo, ni siquiera deseo entrar a discutir términos legales como si estuvo prófugo o no. Lo que me pasa con Piñera es que hay algo que para mi es evidente, el hoy candidato de la Alianza lo que hizo fue esconderse de la policía, como dijo un amigo abogado, Piñera se «fondeó» mientras se tramitaba el recurso con que finalmente la justicia lo absolvió. No lo condeno por eso, ni siquiera la ley condena el intento de fuga por parte de un delincuente, creo que está en la naturaleza humana hacer lo posible por no estar en la cárcel. Lo que me pasa con Piñera es que creo que alguien que quiere ser presidente debiera tener un estándar mayor.

En el fondo, a mi me pasa con Piñera que creo que no tiene la estatura para ser Presidente de Chile. No me genera confianza tomando decisiones en pro del bien común. Su trayectoria me hace sentir que no tiene el estándar ético para dirigir el país y me da un poco de temor imaginarme que con su forma de ser podría llegar a estar al mando de las policías, de las Fuerzas Armadas, del presupuesto de la nación y otros tantos ámbitos en que la Presidencia de la República tiene tanto poder. ¿Podría Sebastián Piñera como Presidente abstenerse de organizar y participar en contubernios mediáticos, operaciones de inteligencia o compras agresivas? Me angustia pensar en aquello, porque el candidato de la Alianza ha pasado su vida mezclado en episodios de esa naturaleza. La historia de una persona, igual que la de un pueblo, dice mucho de su futuro.

Se me ocurre que ante cualquier decisión o problema las preguntas de Piñera no son por la ética o el bien común. Se me ocurre que lo que le brota más natural es cómo se sacan más utilidades, cómo se gana más o cómo se aniquila más rápido al adversario. Sé que necesitamos otro espíritu en el Presidente de Chile.

No estoy haciendo un análisis político. Esto es una reflexión personal. Hay otros representantes de la Alianza que no me generan ninguna de las aprehensiones que me genera Piñera. Pero ellos lo pusieron a él como su candidato, y ahora deben lidiar con la trayectoria de quien están proponiendo a los chilenos para diciembre.

A mi me pasa con Piñera, que creo que no tiene la estatura para ser Presidente. Me da susto que él, no la derecha, llegue a la Presidencia. Y espero que nadie me acuse de montajes o campañas del terror, sólo por contar lo que a mi me pasa con Sebastián Piñera.

 *Gabriel Silber es diputado DC.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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