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Utopías por las que seguir trabajando

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Tiene que haber un consenso mayoritario honesto, sincero y confiable, que permita creer y entusiasmarse desde el chileno más preparado hasta el más modesto, en forma entusiasta por lo que podríamos llamar «Proyecto País» o simulando a los Estados Unidos de los años cincuenta, el «Sueño Chileno».


Hugo Ortega T.*

 Los tiempos de campañas políticas, sobre todo presidenciales, suelen ser procesos que muestran realmente los que somos como una sociedad concreta. Hasta aquí, a menos de cuatro meses de las votaciones, hemos mostrado nuestro lado malo. Discusiones chatas, pobres, descalificaciones, por una parte. Por otra, ambiciosos, desleales, personalistas.

Sin embargo, si juntáramos a todos aquellos chilenos que sean trabajadores esforzados, de todas las clases sociales, a aquellos profesionales realmente capaces, a esos empresarios que quieren hacer bien las cosas, a esos funcionarios públicos con real sentido de servicio, constituiríamos a un contingente realmente capaz de llevar a Chile al club de los países grandes.

¿Qué falta? líderes, política y técnicos.

Líderes para entusiasmar, para contagiar una actitud de trabajo por el país, para convencerse de que esto es tarea de todos, para convencerse que cada uno de nosotros solo somos un engranaje de toda la máquina.

Política, pero política en grande, con propuestas serias, con aspiraciones de beneficiar al país entero, no anteponer intereses personales. La gran política es ambiciosa en repartir riqueza, no de enriquecerse, de dar más que pedir, de solidaridad mas que competencia, de bien común más que bien personal.

Finalmente, técnicos para tratar los diferentes temas con expertos, no con aficionados. Tenemos que tener un Plan Educativo para las exigencias de hoy y así hacer de ella una plataforma de desarrollo sólida para todos los chilenos. Tenemos que tener claro, en base a estudios técnicos y políticos, del tipo de energía que más nos conviene. Tenemos que tener una propuesta de salud que, por lo menos, sea parecida para los ricos y para los pobres.

En definitiva, tiene que haber una propuesta sólida y sustentable y tiene que haber un consenso mayoritario honesto, sincero y confiable, que permita creer y entusiasmarse desde el chileno más preparado hasta el más modesto, en forma entusiasta por lo que podríamos llamar «Proyecto País» o simulando a los Estados Unidos de los años cincuenta, el «Sueño Chileno».

Lamentablemente, no disponemos de estas tres condiciones, aún cuando las hay en nuestro país.

En los últimos años, efectivamente hemos crecido económicamente. Lamentablemente ha sido con mucha desigualdad. El ideal habría sido crecer con equidad, que la distancia entre el que menos gana con el que más gana, se achique en una proporción significativa. ¿Por qué, entonces, no le proponemos, nosotros, los electores, a los candidatos, cual es su propuesta para corregir la inequidad?

Todos hablan de aumentar el empleo. ¿Por qué no le preguntamos cómo lo pretenden hacer?

¿Por qué los candidatos no muestran antes de las elecciones, los equipos técnicos con los cuales pretenden trabajar? Sería muy iluminador para el elector, según en el área que se mueve, conocer al Ministro correspondiente o al asesor principal del Presidente.

Estamos viviendo en un país maravilloso, con gente trabajadora e inteligente. Sin embargo, si vemos los debates parecemos país atrasado, subdesarrollado. Hemos dado pruebas de que sí podemos exportar, de que sí podemos tener capacidad de crear buenos ambientes para el inversionista extranjero. ¿Por qué, entonces, estamos atados de manos por políticos y dirigentes que se están farreando un potencial que se llama Chile?

Ninguno de los extremos políticos nos ha dado resultados, ni el sistema centralizado con dictadura del proletariado ni el sistema neo liberal que ha hecho más ricos a los ricos.

¿No estará la solución por la vía propia, mezcla de partidos con un Proyecto País potente?

Las universidades y todos los centros de estudios serios podremos hacer un aporte altruista en la materia.

Utopías que debemos seguir trabajando, única manera de crecer.

*Hugo Ortega T. es director, Escuela de Ingeniería en Agronegocios Universidad Central.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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