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La encuesta CEP re-visitada

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Esto siembra la incertidumbre sobre las posibilidades de Frei, cuya opción de triunfo depende de su capacidad de atraer en la segunda vuelta a la gran mayoría de los votantes por ME-O.


Por José Miguel Zapata*

La reciente publicación de la base de datos de la última encuesta CEP da la oportunidad de analizar los resultados con una mayor profundidad aunque, debido a los tamaños de las submuestras, con un poco menor nivel de precisión.

Como el escenario más probable es una segunda vuelta entre Frei y Piñera, voy a focalizar mi atención en una descripción de los votantes de ME-O según su intención de voto en una segunda vuelta sin la participación de su candidato.

No hay duda que el electorado de ME-O es el más diverso. Lo que mejor retrata dicha diversidad es el comportamiento de éstos en la segunda vuelta que muestra que ellos se dividirán en partes relativamente equivalentes entre Piñera y Frei (34,2% para el primero y 40,2% para el segundo). ¿Cuánta movilidad puede observarse entre ambos grupos?, ¿Cuánto puede cambiar la decisión de segunda vuelta de lo que ya se ha declarado? En otras palabras, ¿Cuán fuerte son las decisiones electorales de segunda instancia de quienes señalan que votarán por ME-O en la primera vuelta?

Desde el comienzo del análisis, se advierten algunas diferencias en términos sociodemográficos. Los votantes por Piñera en segunda vuelta son mayoritariamente hombres y los de Frei, mayoritariamente mujeres. Mientras Piñera y Frei casi empatan en los hombres, Frei lo aventaja en casi 10 puntos porcentuales en las mujeres.

En relación a la edad, los votantes por Frei se encuentran principalmente dentro de los más jóvenes (menores de 35 años) y dentro de los mayores (más de 50 años). En el grupo de 35 a 50 años, en cambio, las diferencias son estrechas entre los dos candidatos.

Con respecto a los años de educación, Frei obtiene la mayor ventaja dentro de los votantes de menor escolaridad (8 años y menos de educación) mientras que en los votantes de más educación, las diferencias son pequeñas.

También se observan algunas diferencias en cuanto a la evaluación que cada uno de los grupos hace de la situación económica del país, aunque esas diferencias no son muy sustantivas. Los votantes por Frei tienen una evaluación un poco más positiva de la situación económica del país que los votantes por Piñera.

Sin embargo, un mayor porcentaje de los votantes de Piñera considera que la situación económica del país se encuentra estancada y no progresando (47,8% en los votantes de Piñera versus un 26,3% en los votantes por Frei). Lo contrario ocurre dentro de los votantes por Frei.

También los votantes por Frei poseen un mucho mayor porcentaje de aprobación a la gestión de la Presidenta, aunque en ambos grupos dicho nivel es bastante alto (80% en los votantes de Piñera y 97% en los de Frei).

Con todo, las diferencias antes descritas a nivel de características sociodemográficos y a nivel de la opinión sobre la situación del país, aunque existen, no son tan sustantivas.

Sin embargo, las diferencias comienzan a acentuarse al analizar variables que tienen que ver con la identificación política y con la evaluación de los respectivos candidatos.

Dentro de los votantes por Piñera, un 50% se identifica con ningún partido y un 20% con partidos de Derecha. En el otro grupo, los votantes por Frei, un 38% no posee identificación con algún partido, un 49% con partidos de la Concertación y nadie con partidos de Derecha.

En cuanto a la autoidentificación política en una escala de Izquierda a Derecha, las diferencias también aparecen bastante ostensibles. El 63% de los votantes de Piñera se ubican desde el Centro a la Derecha mientras que el 78,8% de los que votan por Frei se ubica del Centro a la Izquierda (78,8%).

En relación a las coaliciones políticas, un 24% de los votantes por Piñera se identifica con la Alianza y sólo un 2% con la Concertación. En cambio, los votantes por Piñera, se identifican en un 59% con la Concertación versus un 19% con la Alianza.

Coherente con aquéllas cifras, se observa una evaluación muy distinta de las coaliciones políticas en cada grupo. Dentro de los votantes de Piñera, un 31,2% aprueba la gestión de la Concertación, mientras que un 63,7% lo hace dentro de los votantes por Frei. Algo contrario sucede en la evaluación de la Alianza. Un 41,8% aprueba su gestión dentro de los votantes por Piñera y sólo un 17,3% dentro de los votantes por Frei.

También los votantes por Piñera evalúan mucho más positivamente a los personajes de la Derecha que lo que ocurre en el grupo de votantes por Frei. Por ejemplo, un 33% tiene una opinión muy positiva o positiva de Lily Pérez versus un 11% dentro de los votantes por Frei.

Es muy interesante ver como los dos grupos perciben y evalúan a los candidatos.

El 77% de los que votan por Piñera ubican a Frei del Centro hacia la Izquierda en la escala política. Es decir, tienden a ubicarlo bastante lejos de la posición donde ellos se ubican. En cambio, un 63,5% de los que votan por Frei lo ubican desde el Centro hacia la Derecha. Con Piñera, en cambio, no se da el mismo fenómeno. Tanto los que dicen que votarán por él como los que votarán por Frei lo ubican mayoritariamente en la Derecha.

El 50,3% de los que votan por Piñera creen que él será el futuro presidente, mientras que sólo el 21,7% dice que será Frei. En cambio, dentro de los que votan por Frei, un 44,7% cree que él será el futuro presidente y un 15,7% que será Piñera.

Dentro de los que votan por Piñera en la segunda vuelta, un 67% tienen decidido que no votarán por Frei y sólo un 18,5% podría votar por él. Por otro lado, dentro de los votantes de Frei, 89,3% tiene decidido no votar por Piñera y sólo un 5,4% podría hacerlo.

También se observa una importante diferencia en la percepción de los atributos de los candidatos.

Al 50,7% de los votantes de Piñera éste les da confianza, en cambio sólo al 9,3% de los votantes de Frei. Por otro lado, sólo al 17,6% de los votantes de Piñera, Frei le da confianza mientras que sí le da al 59,3% de sus votantes.

Un 56% de los que votan por Piñera lo encuentra simpático mientras sólo un 24,8% de los votantes de Frei lo hace. Por otro lado, sólo un 18,3% de los votantes de Piñera encuentra simpático a Frei, mientras que un 43,1% de los votantes de Frei encuentran a su candidato simpático.

Para un 41,1% de los votantes de Piñera, éste le resulta cercano. En cambio, sólo al 18,2% de ellos, Frei le resulta cercano. Para los votantes de Frei, por su parte, en un 43,1% les parece Frei cercano y sólo a un 5,5% le parece Piñera cercano.

De todos estos datos puede colegirse que la inclinación por uno u otro candidato en la segunda vuelta parece basarse en diferenciaciones bastante claras tanto así que pueden identificarse perfiles de votantes relativamente definidos. El hecho que pueda identificarse estos perfiles con cierta nitidez no es un hecho menor, considerando que ambos grupos votarían por un mismo candidato en la primera vuelta, lo que da cuenta de la diversidad de electorado que dicho candidato ha atraído.

Como las principales diferencias entre los dos grupos se dan en las variables de identificación política y evaluación de los candidatos, que son fuertes predictoras del voto, existe un manto de duda sobre el grado de movilidad que tendrán dichos grupos de electores durante la segunda vuelta influido tanto por la estrategia de los dos candidatos como por la posición que adopte ME-O.

Particularmente dudosa es la posibilidad de que dicho electorado dividido se incline mayoritariamente hacia uno sólo de los dos candidatos, al modo de lo que sucedió con Lavín en la segunda vuelta entre Piñera y Bachelet.

Esto siembra la incertidumbre sobre las posibilidades de Frei, cuya opción de triunfo depende de su capacidad de atraer en la segunda vuelta a la gran mayoría de los votantes por ME-O.

*José Miguel Zapata es Analista Político y MPA de la Universidad de Harvard.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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