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La Concertación en su laberinto

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Todo parece indicar que la Concertación está encerrada en su propio laberinto de egocentrismos, desprolijidad, falta de ideas y de conducción política que como dije hace unas columnas atrás, de perder esta elección bien constituirá la verdadera herencia de Michelle Bachelet: Entregar a la derecha…


Por Pablo De La Vega*

Fácil, demasiado fácil les está resultando en el comando de Tatán esta campaña presidencial. Fácil porque frente a la ausencia de ideas propias que presentar al electorado, su estrategia en el último tiempo ha consistido sólo en sentarse a observar como desde las filas adversarias (Frei), siguen los rounds entre sus jerarcas, lo que hace que la agenda se concentre finalmente en los dimes y diretes de lo que ocurre en la casona de calle Bilbao y no en las materias propias de una campaña.

Y es que al parecer más allá de lo que ocurra en enero, así como van las cosas, con o sin Frei en La Moneda, todo parece indicar que lo que finalmente está ocurriendo en la Concertación es la génesis de un proceso político que finalmente culminará con la reformulación de esta coalición o bien con su eclosión en varios referentes bien atomizados.

Veamos. Si Eduardo Frei logra arrebatarle La Moneda a Piñera en Enero, sí o sí comenzaremos a presenciar un verdadero desfile de «jubilados» políticos que no tendrán cabida en su Gobierno. Ello porque este ex presidente es sabido que no olvida; y el proceso de facturación post-electoral que comenzará a fraguar su maquinaria, dejará fuera del juego a muchos críticos, pusilánimes y poco comprometidos actores que simplemente por acción u omisión apostaron a su derrota.

Ganador en esta pasada será el bueno de Camilín, quién con una lealtad a toda prueba se convertirá en el sostén político de su Gobierno, tal como lo hará hasta su último día con la administración de Bachelet. En capilla quedarán otros dirigentes como Pepe Auth, Gómez o Girardi que lo están apoyando a medias, y mejor no hablemos de todos aquellos que se fueron con Marco, que de no ganar sus cupos parlamentarios, corren serio peligro de extinción.

Si el abanderado oficialista pierde (ojo que me estoy poniendo en un escenario donde ME-O no pasa a segunda vuelta), habrá que ver en qué bandos se atrincheran sus actores para hacerle oposición a Piñera. Tal vez una hipótesis sensata sería prever una escena política sin Concertación. En este caso, la izquierda de esta coalición, lo más probable es que se una en torno a Marco con la clara intensión de crear una nueva mayoría. Lo anterior supone el sobre azul automático para el bueno de Camilín, la capilla para los Gómez, Auth y Girardi y la emergencia de una nueva aristocracia de izquierda gobernada por los Ominami, Marambios & Cia. Es perfectamente posible que la Democracia Cristiana entre en crisis y termine dividiéndose una vez más, entre quienes directamente van a trabajar con Piñera, otros que probablemente intentarán recomponer el partido desde sus cenizas (buena tarea para los principitos), y otro lote que simplemente se refugiará a la sombra de los Ominami.

En este eje, lo más probable sería entonces que, de pasar Marco a segunda vuelta asistiríamos a la fundación de una Concertación 2.0 donde el mediático candidato representaría la continuidad y el cambio de esta coalición, donde también observaremos cambios en las alineaciones del primer equipo, y una oposición tenaz y bien organizada a la derecha. Lo anterior, por supuesto, si ME-O & Cia, deciden capitalizar e invertir en el no despreciable capital electoral que obtendrán en esta pasada.

En pocos días más comienza la esperada franja electoral. En ella veremos, como se ha anticipado a la «madre de todas las batallas» políticas de los últimos 20 años. Los analistas prevén que sus imágenes serán claves para consolidar la votación dura de los aspirantes presidenciales y para captar nuevos adherentes que finalmente serán quienes inclinarán la balanza política entre Tatán, Frei y Marco.

Más allá del resultado de esta contienda, todo parece indicar que la Concertación está encerrada en su propio laberinto de egocentrismos, desprolijidad, falta de ideas y de conducción política que como dije hace unas columnas atrás, de perder esta elección, bien constituirá la verdadera herencia de Michelle Bachelet: Entregar a la derecha el Gobierno de la Nación.

¡Dios nos pille confesados!

*Pablo De La Vega es periodista.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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