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El dilema que instala la CEP

Gonzalo Müller
Por : Gonzalo Müller Director de la carrera de Ciencia Política y Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo.
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Para Piñera hay señales equívocas. Sigue primero, pero baja. Su desempeño en primera vuelta es pobre, pero supera por 10 puntos al segundo. En segunda vuelta con Frei parece cosa juzgada, pero en parte gracias a MEO y su mantra de que Chile cambió y que la Concertación debe renovarse -se entiende que con él- o morir.


Números para todos. Piñera va primero, pero baja. Frei aguanta segundo, pero no hay seguridad de hasta cuando. Marco Enríquez sube pero sin saber si alcanza a llegar. Arrate crece exponencialmente pero sigue en la irrelevancia.

Si algo nuevo nos dejó la CEP, es instalar un verdadero dilema para los votante concertados: elegir entre seguir el ordenado tránsito que ofrece Frei -pero con pocas posibilidades de ganar el ballotage- o aceptar el nuevo orden de Marco Enríquez, renovación y jubilación anticipada de cuadros incluida, eligiendo al más competitivo frente a Piñera.

La división sólo trae derrotas. Lo aprendió la Alianza con dolor, pero parece que no basta el ejemplo, sólo se aprende viviéndolo. Así, hoy la división parece el sino trágico de la actual Concertación.

El oficialismo se encuentra frente al mejor escenario posible, en teoría: Gobierno con alta popularidad y saliendo de la crisis económica. Pero la coalición gobernante no logra dar con la fórmula para reelegirse por cuarta vez, arrastra a un candidato que no logra levantar cabeza, divisiones en los equipos, desmentidos por mil, cada dicho necesita una aclaración, parece que las peleas han ido generando heridas profundas. No son sólo escaramuzas. Diciembre traerá muertos y heridos en ambos bandos, ¿cuántos de los actuales diputados o líderes concertacionistas se perderán producto de la incapacidad de ordenarse?, ¿se ordenaran rápidamente y se pondrán a disposición del verdugo ocasional? Difícil preverlo.

Para Piñera hay señales equivocas, sigue primero pero baja. Su desempeño en primera vuelta es pobre pero supera por más de 10 puntos al segundo. En segunda vuelta con Frei parece cosa juzgada, pero en parte gracias a MEO y su mantra de que Chile cambió y que la Concertación debe renovarse -se entiende que con él- o morir.

Arrate tiene un cinco por ciento. No va a La Moneda pero puede tener la llave de la profunda renovación política que pide, al igual que MEO. No es la misma renovación, claro, pero se acerca más que la que pudiera ofrecer Frei.

Así se instala el dilema del elector concertado: elegir al que puede ganar o perder con el oficial. Aceptar el llamado al pragmatismo o dar paso a la racionalidad.

Siguen las dudas, y como si no, si vivimos tiempos de cambio. Nunca el líder opositor había llegado a diciembre con mejor opción, la cancha se ladea a su favor. Y el resto parece jugar para él. Se da la ocasión, se siente cerca La Moneda. Y si de aprovechar  la  ocasión se trata, nadie sabe más que Sebastián Piñera.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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