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Nace una nueva fuerza progresista, signo de los tiempos

Esteban Valenzuela Van Treek
Por : Esteban Valenzuela Van Treek Ministro de Agricultura.
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El progresista aprendió que el propio progreso es una verdad que hay que poner entre paréntesis y abrirse a paradigmas que hablan de sustentabilidad, tecnologías limpias, solidaridad, con conciencia que el crecimiento material no es ilimitado y que hay que cuidar el hogar común.


Tras el millón cuatrocientos mil votos, Marco y quienes le apoyamos no tenemos escapatoria histórica: construiremos un Partido Progresista y un movimiento amplio que exprese este camino distinto en agenda y estilo a la derecha y a la Concertación. Es un nuevo viraje en la historia política chilena y fecundará para dinamizar, enriquecer y hacer transformaciones sociales, a nivel local y nacional.

Será progresista porque se tiene fe en el hombre, con optimismo, sin miedo ni ataduras que impidan mirar hacia adelante. Sin verdades dogmáticas, abierto al diálogo, a las innovaciones sociales y comunitarias.

Ser progresista es tener un domicilio en la lucha social, en la convicción de que la sociedad es más importante que el mercado, que la solidaridad estructural es posible, que los sindicatos y las organizaciones son esenciales, que Chile tiene un camino largo de profundización de su democracia y superación de la desigualdad y el clasismo.

Es progresista porque junto a los desafíos sociales y materiales, valora las luchas éticas, culturales, valóricas y ambientales. Lucha contra la corrupción, la concentración del poder, el abuso de los débiles, la discriminación de cualquier tipo.

[cita]El progresista aprendió que el propio progreso es una verdad que hay que poner entre paréntesis y abrirse a paradigmas que hablan de sustentabilidad, tecnologías limpias, solidaridad, con conciencia que el crecimiento material no es ilimitado y que hay que cuidar el hogar común.[/cita]

El estilo progresista es consecuente con su propuestas y ejerce la democracia interna, las primarias para los cargos, hace rotativas las direcciones, promueve a mujeres y minorías, da protagonismo a las nuevas generaciones, asegura la renovación y circulación de las élites, no reprime el debate y no expulsa a militantes por dura que sean las diferencias, en la búsqueda del otro y el reconocimiento de su aporte a la verdad.

El progresista es pluralista y a promueve la diversidad como un valor. En el militan creyentes y no creyentes, ya que valora el pensamiento crítico, pero a su vez el aporte de las corrientes cristianas progresistas que valoran el ecumenismo, la participación de base, el compromiso con los más débiles.

El progresismo inventa nuevas soluciones a los dilemas del mundo; la búsqueda de socialibilidad en la época de la autonomía, nuevos paradigmas para rehabilitar, para enfrentar la delincuencia, haciéndose cargo de las dimensiones multidimensionales de las nuevas crisis sociales en la globalización.

El progresista sabe de los problemas, pero ve oportunidades y articula redes solidarias y emprendedoras en la época que le toca vivir.

El progresista aprendió que el propio progreso es una verdad que hay que poner entre paréntesis y abrirse a paradigmas que hablan de sustentabilidad, tecnologías limpias, solidaridad, con conciencia que el crecimiento material no es ilimitado y que hay que cuidar el hogar común.

El progresismo en Chile tiene pasión por la regionalización, imagina un Chile con muchos polos de desarrollo industriales, tecnológicos y culturales. Fomenta la autonomía regional, el autogobierno y el desarrollo de poderes locales, comunitarios y regionales.

Los progresistas creen en Chile y su futuro, en el país de la solidaridad y la amabilidad, en la educación de calidad para todos, en el respeto intergeneracional, en la amistad con los pueblos, en la apertura a la diversidad étnica de Chile como un tesoro. Los progresistas quieren un Chile sin pena ni miedo, sin exclusión ni autoritarismos de ninguna especia. Los progresistas construiremos un movimiento político porque Chile ya cambió y el 2010 comienza una nueva historia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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