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Internet sí sirvió de algo

Andrés Azócar
Por : Andrés Azócar Periodista y director Escuela de Periodismo de la UDP
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«Internet no sirvió para nada», fue lo que dijo Cristián Zegers, a pocos días de terremoto, mientras evaluaba, junto a los periodistas y editores, el trabajo de El Mercurio en la cobertura de la tragedia. La frase del director del diario que hirió a muchos, puede ser injusta y e incluso parte del desconocimiento sobre lo que representa Emol, pero siempre será mejor reflexionar sobre este tipo de cosas, que solo dejarlas como una anécdota más.

Los medios, en general cumplieron una labor muy específica y destacada post terremoto. Tan sorprendidos como el gobierno, actuaron con mayor rapidez, eligieron muy bien los focos de atención y en general fueron muy ponderados para entender que antes que linchar a la autoridad, había que intentar contextualizar el desastre. La Televisión y la radio fueron los protagonistas. La TV, pese a la críticas, jugó un rol vital para comunicar, acompañar, dimensionar y dar contexto a una tragedia muy lejana a una egocéntrica capital. Las radios se desplegaron con agilidad, modificando sus programas diarios y mezclando (la ausencia de imágenes muchas veces es una punto a favor) noticias con análisis. Bío Bío fue la más crítica a la actuación de las autoridades, tanto que el ministro del Interior de entonces estaba muy molesto con la radio de los Mocciatti. Tanto Bío Bío como Cooperativa apostaron por la información continua, flexibilizaron sus programaciones e invirtieron en terreno. ¿Entonces, si sabemos que la TV y las radios aportaron el breaking news y que el análisis más profundo lo entregaron los diarios…para qué sirvió internet?

Los sitios tuvieron su gran prueba de fuego y a diferencia de lo que cree el director de El Mercurio, sí cumplieron con su trabajo. No sólo por los números de la cobertura, sino que actuaron como un complemento periodístico a la información recogida minuto a minuto en las redes sociales. Los sitios, a través de sus blogs, las herramientas desplegadas -especialmente a través de las imágenes- y la información de último minuto, consiguieron ganar un espacio en medio de la abundancia. Convengamos que, como siempre, entregaron parte importante de los contenidos que fluyeron por las redes sociales. Fueron la disciplina informativa y el catastro ordenado de la ayuda.

Eso sí, creo que los principales protagonistas fueron los que más apostaron en la reciente elección presidencial de diciembre y enero. En ese sentido creo que Cooperativa y La Tercera hicieron el mejor trabajo. El sitio de Copesa -que tuvo un tráfico de 1,2 millones de visitas únicas diarias los primeros días de la catástrofe- mostró una gran flexibilidad de diseño para incorporar herramientas, cambiar la distribución de los contenidos y generar destacados. El uso de las redes sociales, de Google Maps para entregar información de ayuda, además del gráfico de réplicas, destacaron en la página y sin restar importancia a las noticias. La Tercera (para mayor transparencia, tengo un vínculo de amistad con sus principales «cabecillas» y he trabajado con ellos desde la UDP) hace rato que viene trabajando su canal de TV, lo que les permitió crear contenido rápido y con agenda propia, además de generar historias paralelas al trabajo periodístico. El «Zafrada» sin duda será un hito para este tipo de experiencia en internet. Cooperativa.cl no sólo siguió siendo la caja de resonancia de la radio, sino que entregaron mucho dato útil para una audiencia que carecía de ellos, siempre respetando la mejor forma de desplegar la información, especialmente la que tenía que ver con la búsqueda de personas. «Chile busca a Chile» y las aplicaciones creadas para información específica como el estado de los caminos y relatar historias, mostraron las virtudes de los sitios informativos por sobre otros medios. El Mostrador tuvo un comienzo lento, pero luego apuntó al análisis y a la pauta diferenciadora que lo ha posicionado como una alternativa. Los tres medios también pusieron especial atención en algo que destaca Manuel Contreras de Coopertiva.cl, (quienes tuvieron como promedio 150 mil visitas únicas diarias) que es filtrar la información de la redes sociales. Es decir, ponerle periodismo a la sobreabundancia de información.

Las redes sociales, especialmente Twitter, prendieron con la catástrofe, pero mostraron tantas virtudes como defectos. Las comunidades se lucieron los primeros días recolectando información y el flujo estuvo alimentado de datos y opinión. Sin embargo, en los días siguientes, cuando la abundancia de información explotó, se vieron sobrepasadas y la necesidad de ayudar primó por sobre los datos correctos, el orden y multiplicación de RT sin ningún tipo de filtro. Twitter explotó en todo sentido, pero con poco ruido y poca fuerza. Tampoco se podía pedir mucho: es una red joven, los usuarios son pocos y en general están concentrados en la capital. En este caso, Twitter no dejó de funcionar como una agencia de noticias, simplemente sus diques no funcionaron. De todas maneras, es evidente que movilizó y la campaña que encabezaron Juan Manuel Astorga y Javier San Feliú en la Teletón, permitieron mostrar que es un medio excelente para complementar otras actividades informativas o para conseguir información con rapidez.

La afirmación de Cristián Zegers es un tanto injusta y muestra el desinterés de muchos de los editores de diarios por entender el mundo que se les viene encima. Emol seguro podrá mostrar sus resultados y seguro sumó experiencia y audiencias incluso a pesar de problemas iniciales derivados del terremoto. El sitio de El Mercurio hizo el periodismo que se hace en Internet, que es diferente al papel en casi todos sus propósitos. Decir que Internet no sirvió de nada no parece ser el resumen de la jornada. Este no es una mirada prematura, pero seguro se le podrá sacar más jugo al rol que cumplió internet. Pero no me cabe duda que el resultado será positivo.

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