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La mano de Goldman Sachs tras la crisis griega

Rafael Urriola U.
Por : Rafael Urriola U. Director Área Social Chile 21
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La prensa viene informando que Goldman Sachs ayudó a Grecia a esconder sus deudas, a manipular sus cuentas nacionales.


Este  10 de mayo se concretó lo que para todos los analistas era inminente. Una ayuda financiera del Fondo Monetario Internacional y de la Unión Europea  descomunal a Grecia, de algo así como cinco veces el Producto Nacional de Chile cada año: 750 mil millones de euros.

La Unión Europea se encontraba en una situación límite. Dejar caer un socio es siempre un problema grave porque se pierde el sentido de “comunidad” pero, de otra parte, tampoco es “políticamente correcto” ayudar al hermano flojo y parrandero como insinúan los ciudadanos de la parte norte de Europa al saber que se están destinando recursos a otro país en circunstancias que las necesidades propias no son pocas.

No obstante, este préstamo no está exento de escándalos financieros mayores. Desde enero que la prensa especializada europea viene informando que la controvertida empresa Goldman Sachs, involucrada en la crisis de los créditos hipotecarios de 2008 en EE.UU.,  ayudó a Grecia a esconder sus deudas, a manipular sus cuentas nacionales y, por tanto, los resultados fiscales. El New York Times del 12 de febrero de 2010, indicó que la banca había actuado igual que en la crisis de los subprimes de 2008, es decir, esconder tanto como fuese posible a los deudores riesgosos o morosos para que terceros les siguieran prestando dinero y ellos reducir las pérdidas. Todo esto se basa en un franco abuso de confianza que se le otorga a entidades financieras como  Goldman Sachs.

[cita]La prensa viene informando que Goldman Sachs  ayudó a Grecia a esconder sus deudas, a manipular sus cuentas nacionales.[/cita]

Esta táctica, señalan los especialistas, se camufla con un buen manejo financiero. A Italia, en 1996, para evitar que las cuentas reflejaran un endeudamiento  excesivo, J. P. Morgan le hizo un confuso crédito a través de venta de divisas.

En Grecia, indica el New York Times, el escándalo es mayor porque, detrás de los préstamos que otorgaban estas financieras internacionales se hipotecaron incluso aeropuertos, autorutas e incluso los juegos de lotería. En esta operación participó directamente el  Presidente de Goldman, Gary D. Cohn. La imaginativa propuesta de Cohn es como si los propietarios de casas que no podían pagar tomaran una segunda hipoteca para   cubrir las cartas de crédito. Es decir, con el respaldo de Goldman, se incentivaba a que las personas (Grecia, en este caso) se endeudaran con la banca internacional.

Hoy se sabe que Grecia debe, al menos, 300 mil millones de dólares y que de no ser pagados tendría los mismos efectos en cadena que se examinaron para la crisis de subprime y que hizo que el gobierno de EE. UU. saliera en socorro de la banca.

El problema es simple y los chilenos lo conocen. Se le otorgan a las personas tantas ventajas para acceder a créditos que no queda más que tomarlos y después vienen los desastres personales, pero las instituciones financieras cuando tienen problemas recurren al Estado para que les ayude. El Presidente Obama acaba de crear una entidad con grandes poderes para supervisar y reglamentar a las instituciones financieras porque tales prácticas terminan por costarle muchos millones al Estado.

Garry Schinasi, de la unidad de mercado de capitales del FMI, reconoce que si un gobierno quiere hacer trampa podrá hacerlo. El efecto que suscitan estas declaraciones es que no se sabe, a fin de cuentas, si otros gobiernos de la UE han usado estos procedimientos. Los graves problemas económicos de España, Portugal e Italia hacen reflexionar a los analistas acerca de esta permisibilidad que tiene los grandes conglomerados financieros en el mundo, es decir, si no hay en estos países situaciones similares.

Curiosamente, una de las operaciones financieras en Grecia de 2001, que cedía los ingresos de los aeropuertos, fue bautizada como Eole, el dios de los vientos, quizás porque sus autores ya sabían que todo se lo llevaría el viento, porque ni siquiera figuraban como endeudamiento público nacional. Todo esto preocupa -mucho más de lo que se comenta- a las organizaciones financieras internacionales (FMI, Banco Mundial, Unión Europea, etc.) porque, finalmente, quedan en ridículo ante las astucias de las financieras privadas y  se ven obligados a salir tardíamente a socorrer a los países que están al borde del abismo.

Como guinda de la torta el legendario Cohn Bendit (dirigente del movimiento francés de mayo de 1968), hoy parlamentario europeo ecologista, llamó a transparentar el fabuloso crédito en favor de Grecia. Cohn Bendit cree que hay contratos de compra de armamento con Alemania  y Francia que continuarán a ser “servidos” por el gobierno griego. De más está decir que Grecia no necesita ni siquiera ejército.  Después del lunes 10 el euro se recuperó frente al dólar y los mercados se recuperaron  pero los inversionistas no creen aún en las medidas y permanecen prudentes.

Cabe notar que Chile tiene una muy feble capacidad de supervisión del sistema financiero. A principios de los 80 se derrumbó el sistema y el Estado “graciosamente” salvó a bancos y empresas. Es el momento de que el Dicom financiero que anunció el Presidente Piñera tenga un alcance similar a lo que plantea el Presidente Obama para supervisar al sistema financiero.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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