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El Premio Nacional para Isabel Allende

Elizabeth Subercaseaux
Por : Elizabeth Subercaseaux Periodista y escritora
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En Chile a Isabel Allende la hemos tratado mal, hay a su alrededor una envidia que da vergüenza. La primera vez que se presentó para este premio la insultaron, y hace poco salió un pequeño escribidor por ahí diciendo que premiarla sería como premiar a una hamburguesa.


Dos son los argumentos que suelen esgrimir unos pocos escritores chilenos para negarle el Premio Nacional de Literatura a Isabel Allende: que es una escritora de tono menor y que sus libros son best-seller, insinuando que ella se ha entregado al mercado.

Cuando La Casa de los Espíritus fue aclamada por la crítica en todo el mundo, por los lectores y por los propios escritores que ahora la fustigan, nadie hubiera osado decir que esa novela, la más importante de su obra, era de tono menor o un mal libro porque vendió cientos de miles de ejemplares en distintos países.

Lo que hizo la Casa de los Espíritus fue poner en evidencia a una narradora fenomenal, profunda y amena, que fue capaz de remecer el ambiente de la literatura hispanoamericana, entonces un poco alicaído pues el boom estaba pasando y la generación que venía después estaba luchando por apartarse de su sombra.

[cita]En Chile a Isabel Allende la hemos tratado mal, hay a su alrededor una envidia que da vergüenza. La primera vez que se presentó para este premio la insultaron, y hace poco salió un pequeño escribidor por ahí diciendo que premiarla sería como premiar a una hamburguesa.[/cita]

La Casa de los Espíritus fue acogida con tremendo éxito en todos los continentes anunciando que el fin del boom no marcaba el fin de la calidad literaria en Latinoamérica sino que abría las puertas a toda una generación de nuevos autores, hombres y mujeres, a la cabeza de los cuales estaba la chilena Isabel Allende.

Hasta la fecha Isabel Allende ha publicado diecinueve libros. Su obra, en particular La Casa de los Espíritus, Hija de la Fortuna, Eva Luna, De Amor y de Sombra y El Plan Infinito, se enseña en los departamentos de literatura hispanoamericana de las mejores universidades de Estados Unidos; Harvard, Yale, Princeton, Berkeley, Pennsylvania, Winsonsin, por mencionar solamente algunas, y en los colleges más serios y prestigiosos del país, Swarthmore, Smith, Wellesley, Brown. Lo mismo ocurre en las universidades europeas, especialmente las alemanas, españolas, italianas y francesas.

Ha ganado más de treinta premios importantes en Francia, Alemania, Bélgica, México, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Portugal. Es evidente que sus libros no se enseñan en estos planteles ni reciben estos galardones porque se venden mucho o porque son literatura de tono menor.

Jorge Edwards, quien se ha lanzado siempre en picada en contra de Isabel Allende, ha hecho reparos de que este galardón se le otorgue a una autora de best seller. Su argumento equivale a decir que Persona Non Grata es un mal libro porque fue un best seller y una crónica liviana y oportunista en contra de Fidel Castro. Pero resulta que Persona Non Grata es su mejor libro y es uno de los pocos suyos que se enseña en distintas universidades del mundo.

Cuando Mario Vargas Llosa escribió la magnífica Tía Julia y el Escribidor, su novela autobiográfica, de la cual se han hecho películas y ha sido uno de sus libros más vendidos, nadie hubiera dicho que era un libro de “tuétano menor”, como se ha dicho de la obra de Isabel Allende. Paula es uno de los libros autobiográficos más hondos, estremecedores y valientes que se han escrito en español, y así lo consideró la crítica mundial.

En Chile a Isabel Allende la hemos tratado mal, hay a su alrededor una envidia que da vergüenza. La primera vez que se presentó para este premio la insultaron, y hace poco salió un pequeño escribidor por ahí diciendo que premiarla sería como premiar a una hamburguesa. Vergüenza para él.

El Premio Nacional de Literatura es un premio que da el Estado, todos nosotros. Y si hay alguien de quien debemos estar orgullosos es de Isabel Allende, una escritora con sobrados méritos literarios que además posee una estatura moral e intelectual que ningún personaje de nuestro país tiene en la actualidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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