Publicidad

La batalla del litio

Antonio Leal
Por : Antonio Leal Ex Presidente de la Cámara de Diputados, Director de Sociología y del Magister en Ciencia Política, U. Mayor. Miembro del directorio de TVN.
Ver Más

El mineral debe ser declarado constitucionalmente estratégico para que el Estado no siga siendo un mero espectador en este mercado y asuma un papel protagónico y que el país en su conjunto pueda beneficiarse de su explotación cuyas utilidades ya son altas y estamos solo al inicio de la explotación de un mineral con un enorme impacto en el mercado y que puede dar una grandiosa fuente de ingresos a la economía y al Estado chileno.


Las propiedades especiales de transmisión de calor y electricidad del litio y su creciente utilización en diversas industrias hace evidente la necesidad de legislar para favorecer la expansión de la industria del litio en Chile dado que nuestro país es, ya actualmente, el mayor productor a nivel mundial cubriendo cerca del 58% de la demanda. Sin embargo, la idea en la cual coincidimos el gobierno, los parlamentarios de la oposición y el mundo empresarial minero de revisar y modificar para ello la Ley Orgánica de Concesiones Mineras sería reductiva si el único objetivo fuera liberalizar para permitir el control del capital privado multinacional del total de la producción del litio en Chile.

El litio es el mineral del futuro, Chile posee las mayores reservas mundiales y con bajos costos de explotación dado que en nuestro caso se obtiene de las salmueras naturales y no de minerales pegmáticos, cuyo costo de producción del litio a partir del espadumeno es mucho mayor. Este es además un recurso estratégico porque está ligado a la energía y a la producción de deuterio y tritio que es uno de los componentes de la fusión nuclear y, por ende, conjuntamente con confirmar constitucionalmente el carácter estratégico se debe generar una política pública para su explotación mas allá del arriendo de concesiones que la CORFO tiene con SQM y SCL, que han constituido una especie de monopolio en la explotación y comercialización del recurso minero.

Comparto la preocupación del Ministro de Minería, Laurence Golborne, y de la industria minera de ampliar y abrir nuevos caminos en la explotación del litio ya que ello puede entregar enormes recursos al país teniendo presente que las exportaciones de litio desde Chile, carbonato y cloruro de hidróxido, llegaron el 2008 a 263 millones de dólares, lo que representa un aumento del 20% respecto del 2007 y de un 80% respecto del 2006. Sin embargo, hecho de menos en el debate una preocupación especial por generar una política pública hacia el litio toda vez que este mineral se ha convertido en un insumo insustituible en industrias como la energía, la informática, la telefonía celular, naves espaciales, y especialmente en el desarrollo automotriz híbrido y eléctrico. En este último caso hay que tener presente que el 2007 se vendieron 500 mil autos híbridos y en el 2008, solo en EE.UU., ya se habían vendido 300 mil.

[cita]Codelco debiera ya comenzar a explotar el litio en el salar de Pedernales donde tiene las concesiones y generar una política de cooperación, un verdadero cluster del litio, con Argentina y Bolivia, países con los cuales constituimos el triangulo del litio a nivel mundial. [/cita]

Por ello y por el combate que en el mundo se da contra el dióxido de carbono y el exceso de utilización de los combustibles fósiles, la demanda mundial de litio aumenta entre un 7% y un 8% anual y su precio internacional ha pasado de mil 700 dólares la tonelada a 6 mil dólares en pocos años y este precio seguirá incrementándose acorde con la mayor demanda en el mercado mundial.

Por tanto si se quiere ampliar la explotación del litio, idea que compartimos, debe, en primer lugar, garantizarse en las modificaciones legales un rol activo del Estado en este proceso, tratándose de un mineral considerado ya por nuestra legislación como estratégico, y, a partir de ello, elaborar con todos los sectores una propuesta para modificar la ley Orgánica de Concesiones Mineras –para lo cual se requiere de quórum calificado en el voto del parlamento-, la ley de la Comisión Chilena Nuclear y otras disposiciones donde se establece la no “concesionabilidad” de este mineral, pero esto debe hacerse resguardando el interés público.

No es necesario que el Ministerio de Minería se transforme en una agencia de promoción de inversionistas privados del litio en nuestro país ya que el mercado mundial determina un aumento creciente de la demanda y si ella es ya de 90 mil toneladas anuales de carbonato de litio solo en los próximos cinco años esta se duplicará lo cual crea un mercado en expansión muy notable para un país que tiene en los salares del norte las mayores reservas de litio en el mundo, con bajos costos de extracción, con mayor pureza del mineral, con experiencia tecnológica y capacidad humana que puede acentuar la producción verde del mineral, todo lo cual constituyen ventajas comparativas muy esenciales.

Hay que recordar que el actual marco jurídico del litio está dado por el Código de Minería, por la Ley orgánica de Concesiones Mineras (año 83) y la ley orgánica y reglamentos de la Ley de la Comisión Chilena de Energía Nuclear. Toda nuestra legislación mantiene las reservas de explotación de litio a favor del Estado y el litio no es susceptible de concesión minera salvo aquellas constituidas con antelación a la publicación de la ley. En virtud de ello CORFO tiene la concesión de las pertenencias mineras en el Salar de Atacama, donde existen las mayores reservas de litio del mundo, pero CORFO arrienda dichas concesiones, por un tiempo determinado y montos de explotación preestablecidos, a SCL y SQM, sin embargo, el contrato formulado es tan leonino para el Estado, y debe ser revisado, que impide que CORFO arriende a otras empresas o explote directamente el resto de las pertenencias no arrendadas en el Salar de Atacama, lo cual es el primer paso en la modificación de la actual legislación.

Creo, por tanto, que tenemos una pésima legislación sobre la explotación del litio, que retraza nuestra colocación en el mercado mundial, otorga ventajas de expansión a otros países productores de litio y, en la práctica, solo permite la existencia de un monopolio contractual en el Salar de Atacama. Por lo cual, resulta imprescindible consensuar una modificación a la normativa actual pero en un sentido inverso a lo que hasta ahora ha anunciado el Ministro de Minería ya que lo primero debería ser  permitir que el Estado explote el litio en el Salar de Atacama y en otras reservas, por su cuenta, asociado con empresas privadas o abriendo las concesiones administrativas o contratos especiales a empresas privadas nacionales y extranjeras, cuestión que la actual legislación permite.

También hay que abordar el aumento del actual royalty del litio a favor del Estado, dado que las empresas que lo producen pagan a CORFO una cifra irrisoria anual por arrendamiento y una baja tributación. A la vez, el mineral debe ser declarado constitucionalmente estratégico para que el Estado no siga siendo un mero espectador en este mercado y asuma un papel protagónico y que el país en su conjunto pueda beneficiarse de su explotación cuyas utilidades ya son altas y estamos solo al inicio de la explotación de un mineral con un enorme impacto en el mercado y que puede dar una grandiosa fuente de ingresos a la economía y al Estado chileno.

De hecho, CODELCO debiera ya comenzar a explotar el litio en el salar de Pedernales donde tiene las concesiones, se debe abrir la inversión pública y privada en Maricunga, Punta Negra, Incahuasi, Aguas Calientes y generar una política de cooperación, un verdadero cluster del litio, con Argentina y Bolivia, países con los cuales constituimos el triangulo del litio a nivel mundial.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias