Señor Director:
El impacto de las imágenes del derrumbe de la mina y el seguimiento de los medios de comunicación acerca de las acciones en pro del rescate de los mineros, nos expone a todos los chilenos a vivir junto a otros esta emergencia nacional. Nadie está ajeno, a pesar de que vivamos a miles de kilómetros, a la tragedia de nuestros compatriotas. Sin embargo, nadie vive las emergencias de la misma manera. Algunos solicitan entereza a las autoridades, otros se centran en acompañar a los familiares ante la incertidumbre, otros apelarán a la búsqueda de las responsabilidades.
Lo importante es destacar que no existe una manera única de enfrentar lo nuevo y lo incierto. Pueden existir distintas miradas ante este hecho y de lo que debiéramos hacer, sin embargo en este momento nada es más prioritario que centrarse en las tareas de rescate para disminuir la incertidumbre y el estrés. Los seres humanos nos irritamos frente a la ambigüedad y la ansiedad, pero el conflicto en este momento, no colabora en la búsqueda de los mineros.
La ansiedad disminuye al estar junto a otros, lo que explica por qué superamos el miedo en compañía. Probablemente la estrategia de acompañarnos en las situaciones dolorosas nos permite enfrentar de mejor manera la adversidad. Esto me permite imaginar que seguramente al interior de la mina es el acercamiento humano lo que reconforta y tranquiliza, lo cual sin duda es necesario replicar en nuestra cotidianeidad: estar siempre disponibles para la acogida.
Loretto Torres
Directora Psicología Sede Valdivia
Universidad San Sebastián
