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200 Años de Impuntualidad


–Van a ser las 12. Vamos arriba de la roca a ver la Revista Naval.
–La última se la hizo a Lagos ese comandante en jefe izquierdoso, ?cómo se llamaba?
-Se me olvidó… Mira, ahí vienen unos helicópteros.

Pasaron esos, otros más y varios grupos de aviones sueltos, algunos a gran altura.
–El diario dice que van a cerrar la Revista. Van a pasar treinta helicópteros y cincuenta aviones a ras del agua. Va a ser lo mejor de todo. Ahora se están organizando mar afuera.
–Ya son las 12. No se ve la Esmeralda, que va a encabezar el desfile de buques.
–Allá está, junto a la costa de Viña. La tele dijo que ahí iría Piñera.
–Pero sin velas no va a poder encabezar el desfile.
–Seguramente le van a poner motor. A todo esto, ya son las 12 y media…

Como a la una y cuarto empezaron a pasar los buques. El viento era gélido y la pobre gente que había llegado antes de las 12 a las rocas estaba empalándose.
–Miren esto, no lo van a volver a ver en su vida. El segundo es el buque argentino.
–Qué chico. Mandaron uno chico de adrede. Y la Cristina vino por un rato y dijo que no podía entregar a Apablaza por lo de los derechos humanos.
–Pero si es un asesino.
–Los asesinos de izquierda son defensores de los derechos humanos.

–Mira el taco kilométrico que hay en el camino. Decían que iba a venir un millón de personas. No sé para qué, cuando se ve mejor en la tele.
–Golborne fue al Mundial, que también se veía mejor en la tele.
–Ya empezaste a dispararle al próximo Presidente.
–Mira el buque brasileño, parece que quiere pasar al canadiense.
–Quiere ser o meior do mundo.
–Ya terminó la Revista y están volviendo. ?Y los aviones? El diario decía que iban a cerrar la revista.
–Si ya terminó… Mira, se está incendiando el primer buque, está cubierto de humo. Por suerte ya va entrando al puerto y pueden tirarse al agua.
–El argentino le debe haber disparado por detrás.
–Parece que es el Williams. Mírenlo bien, porque eso no va a salir en el diario.
–Y la Esmeralda no encabezó el desfile.
–Piñera no está para marearse. Y para sonreírle a la tele lo puede hacer igual con el buque amarrado.
–Son más de las dos. Vamos a almorzar.
–?Y los aviones? El diario decía que…
–Bueno, quédate aquí entonces, empalándote; y si vienen los aviones, grita fuerte.
Pero los aviones no volvieron a cerrar el desfile.
Por suerte el almuerzo estaba bueno.

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