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La bolita que romperá el saco


Los que han leído antes este blog saben cuántas veces he señalado que, por personalidad, nuestro Presidente siempre quiere «quedarse con todas las bolitas». He aludido reiteradamente a que una bolita anhelada por él, el control de la ANFP, todavía no se la había embolsado, pero la quería también para sí.

Les expliqué a mis lectores oportunamente que los desaires de Bielsa obedecieron a que desde hacía meses sabía, al igual que Mayne-Nicholls, que el Presidente y sus socios controladores de Colo Colo querían manejar también la ANFP y habían comenzado a moverse. Por eso Bielsa, que tiene dificultad para disimular lo que siente, se molestó cuando esos mismos personajes procuraron hacerse partícipes de la popularidad y los éxitos del equipo al cual estaban proyectando despedir. Esa fue la explicación de las controvertidas actitudes de Bielsa.

Bueno, y los hechos han venido a darle, a él y a mí, la razón. El club de que es socio controlador el Presidente encabeza los esfuerzos por sacar a la directiva actual. Todo esto está plagado de conflictos de intereses, por supuesto, pero cuando uno tiene suficiente apoyo mediático, los catones que piden probidad y transparencia y se horrorizan ante la sospecha de los conflictos de intereses miran para otro lado, como ha sucedido ahora. Busque usted una línea de opinión de los grandes predicadores de la probidad en que denuncien el evidente conflicto envuelto en que el club controlado por el Presidente de la República encabece la maniobra para hacerse del control de la ANFP.

De las platas que ésta maneja, ese club quiere hacerse en mucho mayor medida de la que le ha reconocido el independiente e insobornable Mayne-Nicholls, cuyas distribuciones igualitarias de fondos enfurecen a «los grandes». Y además, ese club y los demás dependen en buena medida de recursos que asigna el gobierno del Presidente de Chile y a la vez controlador de Colo Colo. Si eso no representa un conflicto de intereses, quiere decir que nada llegará a constituirlo.

Bueno, lo anterior lo sabe todo el mundo. Nadie tiene necesidad de comentarlo con la franqueza con que lo hace este blog para que la gente, que no siempre comulga con ruedas de carreta, sepa perfectamente que el Presidejnte de la República está perfecta y activamente envuelto en la operación de defenestrar a Mayne-Nicholls. Pensar otra cosa sería no conocerlo.

Si él hubiera sido delicado y cuidadoso de evitar un conflicto de intereses, le habría ordenado a su club, cuyo directorio controla junto con el otro accionista mayoritario (antes, el actual Subsecretario de Deportes; ahora, el consuegro del Presidente, que por feliz coincidencia licitó las acciones del primero), con el cual mantiene un pacto, que se abstuviera por completo de participar en el proceso eleccionario que tendrá lugar el jueves.

Pero no lo hizo ni lo hará. Todo lo contrario. Encabezó el proceso y llamó tres veces a Bloise para que fuera candidato contra Mayne-Nicholls, pero éste, en un gesto que lo honra, no quiso. He explicado cómo supe lo anterior. Entonces salieron a la busca de otro. Lástima que lo encontraron sólo el martes pasado, porque ese mismo personaje el día lunes había corroborado el apoyo de su club, Unión Española, a Harold Mayne-Nicholls. Pero no tuvo inconvenientes en negar que había dado ese apoyo y hacer el martes lo contrario de lo que el club de que es dueño había prometido el lunes. Entonces levantó su candidatura. Candidatura oficial, en el sentido de que es la del Gobierno. Y sabemos el poder que en Chile tiene el Gobierno.

Pero yo quiero advertirle una cosa al Presidente de la República y controlador de Colo Colo. Que el «peak» de popularidad que ha alcanzado en octubre al haberse convertido en protagonista principal y casi único del exitoso rescate de los mineros puede perderlo pronto y en gran parte en noviembre debido al penoso papel que le ha cabido en este episodio. Pagará el costo de defenestrar a un dirigente serio, honesto, que lo ha hecho bien y que es querido por la gente, como se ha demostrado en estos días.

«La codicia rompe el saco», dice el refrán. Puede que el jueves finalmente S. E. se embolse la bolita que tanto anhelaba tener, que pase a controlar la distribución de los ingresos del canal del fútbol con gran beneficio para «los tres grandes», entre ellos su propio club; que cuando la selección gane un partido él pueda extraerle hasta la ùltima gota de figuraciòn al evento, yéndola a ver a Quilín y convidándola a La Moneda, sin que ningún insolente pretenda pasar por su lado sin darle la mano. Y hasta puede que llegue a cosechar para sí el éxito de una eventual clasificación al Mundial del 2014 y, si tiene suerte, después de él volver a recibir a una selección exitosa en La Moneda y «robar cámara» como en sus mejores tiempos.

Pero esta maniobra de ahora le va a costar cara. La bolita demás va a romper el saco de su popularidad. A la mayoría de los chilenos todo esto no le está gustando nada; y estoy viendo que, por eso mismo, a él no le va a gustar tampoco nada el resultado de la encuesta Adimark de los primeros días de diciembre.

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