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Defensa de la actividad notarial

Por: Ignacio Vidal D.


Señor Director:

Si bien pudiera ser efectivo que en ciertas ocasiones funcionarios medios, o menos de medios, se permiten cuestionar,  no la actuación del notario, sino todo un proceso de certeza jurídica y de validez de un instrumentos público, ello no afecta a la base de la organización notarial que precisamente consiste desde tiempos inmemoriales, en prevenir los litigios. El notario ha sido siempre un custodio de la fe pública en la mayoría de las actuaciones y diligencias entre particulares.

Su misión ha sido y es la de resguardar los intereses contrapuestos de quienes concurren a una contratación con pretensiones diferentes. Es la materialización de la independencia con que debemos actuar.

Hasta el momento nadie ha cuestionado el tremendo valor que tiene la intervención notarial en cuanto ella nos asegura la paz jurídica. No creo que actuaciones de funcionarios medios sirvan para poner la función notarial en entredicho.

Los millares de escrituras que circulan y mueven la actividad económica del país, asi como las actuaciones en los registros entregan una certeza jurídica que no ha sido cuestionada. Las críticas a nuestro sistema tienen otro trasfondo y que no viene al caso comentar.

Para cuestionar la seguridad jurídica serían necesarios argumentos más sólidos y de personas que realmente entiendan de lo jurídico.

El notariado tuvo su origen en lo antiguo y cuando los hombres se dieron cuenta de la necesidad de contar con una persona imparcial y honesta, que fuera el custodio de sus negocios.

La evolución de la vida ha hecho cada día más difícil aquella misión pues se topa con la necesidad de rapidez de la vida comercial que estima que la asesoría jurídica y todo lo anexo a ella es una traba.

Ignacio Vidal Domínguez
Notario de Talca

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