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Obstáculos y posibilidades de la paz para Israel y Palestina

Pepe Auth
Por : Pepe Auth Diputado del PPD por el distrito Maipú-Estación Central-Cerrillos.
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Palestina está en los hechos completamente ocupada por Israel, de hecho su Ejército recorre las calles en las noches, ha instalado cientos de check points dentro del territorio palestino, segrega espacios y rutas prohibidas para sus habitantes y no permite que éstos se desplacen con libertad dentro de su propio país.


Soy admirador del pueblo judío, tanto de su resistencia a la adversidad más brutal como de su capacidad de transformar la realidad más dura para proyectarse al futuro. Me conmoví como muchos con la epopeya judía que culminó en la creación del Estado de Israel y apoyo su derecho a vivir seguros y en paz en ese territorio que con tenacidad han convertido en una tierra fértil y acogedora.

Visité hace unos días el territorio palestino ocupado por Israel, reconocido hoy como un Estado por el Gobierno chileno, y vuelvo conmocionado por lo que vi.

Israel levantó un muro de 8 metros de altura y más de 700 kilómetros de longitud para protegerse del vecino, pero no lo hizo siguiendo la frontera, sino penetrando el territorio palestino, dividiendo valles, colinas, pueblos, ciudades y familias, que deben ahora solicitar permiso para visitar a sus parientes, trabajar o llevar sus hijos al médico dentro de su propio país.

[cita]Por eso, a pesar de todo, soy optimista. Israel necesita pronto el establecimiento de dos estados soberanos que convivan en paz. Si no, los palestinos preferirán transparentar la situación actual de ocupación, disolver sus instituciones gubernamentales propias y forzar a Israel a integrarlos en un Estado único.[/cita]

Israel alentó por la vía de subsidios e incentivos el establecimiento de asentamientos de colonos en territorio palestino, a veces cerca de la frontera de Israel y en otras ocasiones muy lejos. Esos colonos tienen derecho a portar armas, tienen protección del Ejército, sus caminos de acceso son interdictos para palestinos y habitualmente están protegidos por muros o cercos eléctricos. Fui testigo de cómo los hijos de colonos son educados para despreciar, humillar, perseguir y hasta golpear a sus congéneres palestinos, ello con toda impunidad.

Palestina está en los hechos completamente ocupada por Israel, de hecho su Ejército recorre las calles en las noches, ha instalado cientos de check points dentro del territorio palestino, segrega espacios y rutas prohibidas para sus habitantes y no permite que éstos se desplacen con libertad dentro de su propio país. Si miramos el mapa de Palestina, veremos que su territorio está completamente agujereado y dividido por el muro, los asentamientos, las avenidas segregadas, los cercos y los militares israelíes armados hasta los dientes.

Como si todo estuviera dispuesto para hacer la vida difícil a los palestinos en su tierra y alentarlos a partir lejos de ella en búsqueda de libertad y mejores condiciones de vida. Como si el sueño de Israel fuera desocupar esas tierras antes de anexarlas definitivamente a su territorio.

El pueblo y la familia palestina son tan resilientes, porfiados y voluntariosos como el pueblo judío, probablemente porque ambos son semitas, pueblos hermanados en su historia. Me formé la convicción más absoluta de que en veinte o treinta años habrá más palestinos que hoy y, por su enorme diferencial de natalidad, serán muchos más que los israelitas.

Por eso, a pesar de todo, soy optimista. Israel necesita pronto el establecimiento de dos estados soberanos que convivan en paz. Si no, los palestinos preferirán transparentar la situación actual de ocupación, disolver sus instituciones gubernamentales propias y forzar a Israel a integrarlos en un Estado único para toda la antigua Palestina. Ese camino tiene insospechadas consecuencias para el futuro de la identidad religiosa y cultural de Israel.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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