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Adolescentes privados de libertad: las consecuencias

Osvaldo Vásquez
Por : Osvaldo Vásquez Psicólogo. Coordinador de Proyectos de la Corporación Opción.
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Tales efectos provocan reacciones de frustración con un aumento progresivo de conductas violentas en el enfrentamiento al entorno, lo que favorece la consolidación de una identidad delictual.


Los adolescentes enfrentan cambios que abarcan a toda su persona, orientándose al logro de metas evolutivas que le permiten la identidad personal y la integración social. Esta etapa involucra experimentación para el logro de las distintas tareas. Desde el modelo biopsicosocial, el desarrollo evolutivo y la consecución exitosa o no de las metas propuestas, se produce a través de la interacción entre el substrato biológico y los factores contenidos en el contexto cultural, social y familiar de una persona. La configuración de una historia personal determinada, será coherente con la calidad y cantidad de interacciones con el contexto y por lo tanto, con las condiciones y oportunidades que este brinda para el desarrollo y actualización de las potencialidades. En ese sentido, la privación de libertad tiene las siguientes consecuencias en los adolescentes.

1.     Desarrollan conductas psicopáticas, ligadas a la conformación de una coraza caracterológica. Esta coraza no les permite mediatizar los estímulos del medio a través de la movilización del mundo afectivo, valórico y cognitivo personal.

2.     Los trastornos de la vivencia y expresión de la emocionalidad, caracterizada principalmente por una indiferencia afectiva, les posibilita enfrentar y protegerse del sistema carcelario; pero no les permite percibir las reacciones emocionales personales ni el sufrimiento ajeno.

[cita]Tales efectos provocan reacciones de frustración con un aumento progresivo de conductas violentas en el enfrentamiento al entorno, lo que favorece la consolidación de una identidad delictual.[/cita]

3.     Trastornos en la capacidad de mediatizar la calidad e intensidad de la respuesta emocional, según elementos objetivos del entorno.

4.     El joven aprende a desarrollar vínculos superficiales y manipulativos con su medio.

5.     Todo sistema carcelario se basa en la promoción de la pérdida de la individualidad y la autonomía. En este sentido, las respuestas y reacciones de los adolescentes a los estímulos, se basan en la ausencia de una diferenciación subjetiva; lo que redunda, en una alta vulnerabilidad al entorno carcelario.

6. La experiencia carcelaria provoca una pérdida de la noción espacio temporal, esto implica la vivencia continua del aquí y el ahora, deteriorando gravemente la capacidad de desarrollar aspectos cognitivos relacionados con la proyección vital, el establecimiento de metas y el análisis de consecuencias de las propias acciones en un sentido vital más amplio.

7. Se favorece la impulsividad y la intolerancia a la frustración.

8. La pérdida de la cercanía familiar y de otras figuras adultas o pares significativos, potencia aún más que el adolescente termine la construcción de su identidad a partir de lo entregado en el contexto carcelario.

9. Los efectos de la privación de libertad en adolescentes, es altamente nociva para el desarrollo de aspectos esenciales en esta etapa, como son, la construcción de identidad e integración social positiva.

10. Tales efectos provocan reacciones de frustración con un aumento progresivo de conductas violentas en el enfrentamiento al entorno, lo que favorece la consolidación de una identidad delictual.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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