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Respuesta al diputado Gonzalo Arenas

Por: Cristián Pareja, Consejero General de RN


Señor Director:

El diputado UDI Gonzalo Arenas, en la sección Columnas de El Mostrador, hace un profundo análisis con respecto a los partidos del oOficialismo y su relación con la Moneda. Si bien es cierto que  la opinión del parlamentario es  respetable, cabe hacer algunas observaciones respecto de lo que él señala.

En su análisis, el parlamentario habla del poder político y la autoridad, sindicando a su partido como el poseedor del  poder político, ya que según él, la UDI sería el partido más grande de Chile.

El historiador británico Tomas Carlyle  señalaba en uno de sus escritos que  “un gran hombre demuestra su grandeza por la forma en que trata a los pequeños”, cita que perfectamente podríamos aplicar a los partidos políticos y a como éstos o sus representantes  interacciones con otros. En ese sentido, el conflicto Van Rysselberghe mostró la peor cara del gremialismo, donde la grandeza, desde el punto de vista de Carlyle dio paso a un partido arrogante, prepotente, que pese a ser mayoría en el Parlamento, mostró su pequeñez ante un conflicto que escaló gracias en gran medida a los dichos de algunos personeros gremialistas, lo que terminó desdibujándolos como partido ante la opinión pública.

Respecto a  RN, el partido del Presidente, reconocemos  a Sebastián Piñera como uno más de nuestras filas, pero eso jamás ha sido condicionante para exigir, proponer o pautear al gobierno. En RN hemos entendido, desde hace mucho, que los interese de Chile están sobre los intereses partidarios. Es por ello que estatutariamente el que uno de los nuestros asuma el desafió de dirigir al país  lo obliga a renunciar a la militancia partidaria, tal como lo hizo  Sebastián Piñera el 28 de enero de 2010.

El comentario del  diputado Arenas cae nuevamente en la lógica de evidenciar en la UDI que, pese a su alta representación parlamentaria, no entiende los códigos y sutilezas  políticas, al extremo de reconocer que la defensa del gremialismo a la intendenta del Biobío  fue una forma de desahogo que evidenciaba  el despecho por “sentirse marginados” de las decisiones de gobierno, dejando de lado consideraciones valóricas de mayor peso para asumir la defensa cerrada de una de sus figuras.

El caso de Jacqueline van Rysselberghe evidenció la enorme diferencia que existe entre los partidos oficialistas en la forma que ven al gobierno y  en cómo abordan estos su relación con La Moneda:  mientras en el partido de la estrella primó el bien común, en la UDI se hizo evidente que privilegiaron proyectos políticos futuros en  la figura de laiIntendenta, más allá de si las acusaciones en su contra son ciertas o no.

Existe una diferencia sustancial y no menor en la decisión impuesta por el gremialismo a la Moneda, y en la medida que se mantenga a Van Rysselberghe en su puesto, la decisión de mantenerla ahí, mas allá de culpabilidades o responsabilidades, genera un costo político para el gGobierno que disminuiría el impacto de la responsabilidad de la jefa regional en los hechos que se le cuestionan, mientras que su destitución la empujaba a asumir sola una responsabilidad política, lo que a la UDI no le hacía ninguna gracia de cara a próximas elecciones.

Cristián M. Pareja Diaz
Consejero General de Renovación Nacional

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