Señor Director:
El debate sobre la búsqueda de nuevas formas de obtención de energía suscitado por la escasez energética que vive el país y hoy influenciado por la alarma nuclear en Japón, ha puesto de manifiesto los pro y contra del uso de energía nuclear.
Independientemente de la validez que puedan tener los argumentos que ven en ella una fuente más limpia y segura de producir energía, o aquéllos que fundamentan los daños y riesgos que ésta puede producir en el ecosistema, lo cierto es que este asunto debe abordarse desde la esfera del conocimiento científico y medioambiental y no desde el aprovechamiento político o sectorial.
La catástrofe ocurrida en la nación nipona, es ciertamente un hecho aislado. A pesar de que este país que posee un sistema de alarma preventiva que pone en aviso a la gente la ocurrencia de un terremoto, segundos antes de que éste se produzca, la magnitud del sismo fue tal que cualquier medida de resguardo fue sobrepasada. La fuerza del posterior tsunami arrasó con localidades enteras, siendo Fukushima, una de las zonas más afectadas. Una bomba de tiempo por las explosiones en los reactores de la central nuclear que allí se emplaza.
Sin desconocer los riesgos que esta explosión nuclear tiene para la comunidad, esto no puede considerarse como un parámetro para lo que pudiera ocurrir en Chile en caso de construir una planta de esta índole. No se puede clausurar este debate en razón de un suceso natural, cuyas consecuencias están dadas por causas medioambientales y no por falla humana. Es demagógico emprender banderas de luchas contra una opción u otra, sin conocer a cabalidad de qué se habla cuando ponemos sobre la mesa el tema de la energía nuclear.
Propongo que como país debatamos respecto de este asunto con todos los antecedentes necesarios que nos permitan como chilenos y a las autoridades pertinentes también, en su momento, decidir informadamente sobre la viabilidad de construir centrales de esta envergadura en el territorio nacional.
Eso implica saber qué beneficios y perjuicios tiene, qué medidas de seguridad se deben adoptar y cuáles son los lugares más idóneos para emplazarla.
Todos queremos un país más limpio, sin contaminación, sin riesgos latentes, pero también necesitamos un país productivo y que sea capaz seguir avanzando a toda máquina.
(*) Giovanni Calderón Bassi, Diputado UDI.