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La billetera alemana


Hace veinticinco años escribí en «El Mercurio» (30.07.86): «Durante veinte años me había aferrado a la ilusión de que los demócratacristianos alemanes eran completamente distintos a los chilenos». Pero entonces leí las declaraciones sobre la realidad chilena de entonces de un líder DC alemán, Heiner Geissner, que eran coincidentes con la que daba en esa época Radio Moscú, así es que concluí: «Reviso mi posición previa y paso directamente a preferir que los DC de acá sigan siendo tales como son».

En estos días ha venido al país Heinz-Gert Pöttering, de la fundación Konrad Adenauer, ligada a la DC alemana, y ha objetado que la DC chilena pacte con el comunismo. Objeción correcta.

Pero entonces, al acercarse a conversar con RN y la UDI, les ha dicho: «Deseo que puedan separarse completamente de Pinochet y que puedan separarse de esa dictadura».

¿Quién es este alemán que tiene tanta autoridad como para dictar las posiciones que deben mantener los partidos políticos chilenos? Una crónica de «La Tercera» de hoy, pág. R3, nos explica quién es: «En palabras de un diputado, los alemanes son los que tienen la billetera».

La misma crónica dice que a la DC le aportan cerca de dos millones de dólares al año. Si RN y la UDI «cumplen sus instrucciones», podrían también tener acceso a parte del contenido de la billetera.

Pero el dueño de ella cree que debe mostrar «equilibrio»: ni PC ni «dictadura de Pinochet».

¿Cómo introduje yo mi citada columna de 1986, en un libro en que reuní muchas de ellas? De la siguiente manera: «Según mi experiencia, fueron los gobernantes alemanes los que más falsearon la verdad respecto de lo ocurrido en Chile, con la sola excepción del premier sueco Olof Palme». Pues este último llegó a donar públicamente fondos para financiar al grupo terrorista chileno FPMR, pero como los terroristas no son agradecidos, uno de ellos lo mató poco después de un balazo en una calle de Estocolmo.

«Por donde pecas, pagas».

«La dictadura de Pinochet» es repudiada por los alemanes porque durante ella, dicen, hubo agentes de los servicios de inteligencia que les quitaron la vida a miembros de grupos terroristas.

Pero en «El Mercurio» de 13 de julio de 2007 leí que el ministro del Interior alemán de entonces proponía «asesinatos selectivos de terroristas», pues manifestaba dudas de «si nuestro estado de derecho es suficiente para enfrentar las nuevas amenazas. Imagine si alguien sabe en qué cueva se esconde Osama Bin Laden. Entonces se podría lanzar un misil teledirigido para matarlo». Pero la billetera se cierra si alguien adhiere a un régimen que pueda haber hecho algo como eso. Sólo parece conducta permitida para alemanes, no para chilenos.

Pero, en fin, el poseedor de una billetera bien provista siempre tendrá los medios de hacer pasar por alto sus pequeñas inconsecuencias.

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