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Es incómodo, pero Girardi tiene algo de razón


Los socialistas persiguen básicamente tres cosas: primera, privar a la gente de su libertad de elegir, obligándola a hacer lo que ellos dicen; segunda, dañar al capital y a la empresa, porque quieren que todo lo haga el Estado; y, tercero, aparecer defendiendo el interés de la mayoría de la gente, para conseguir sus votos y así manejar el Estado.

El proyecto de ley patrocinado por el senador Girardi, que regula la venta y prohíbe la publicidad de alimentos envasados, cumple el primer propósito, pues pretende controlar las decisiones de consumo de las personas; también cumple el segundo, porque dañará gravemente a las empresas que producen los bienes afectados; y, asimismo, satisface el tercer anhelo socialista, que es aparecer defendiendo el interés de la mayoría.

El problema está en que es verdad que un 40,2 por ciento de los alumnos de 8° básico tiene sobrepeso y que en la población adulta existe igual problema. Pero la causa principal del sobrepeso no es la ingesta de alimentos envasados, sino, primero, el consumo excesivo de todos los alimentos, pues el 70 por ciento de la alimentación diaria de los chilenos proviene de los que no son envasados; y, segunda causa principal del sobrepeso, los hábitos de vida sedentarios de niños y adultos.

Antes uno veía a pobladores de campamentos, que son los más pobres, de aspecto famélico; ahora aparecen esas personas muy pobres, especialmente mujeres, sorprendentemente obesas. El mejoramiento del ingreso ha permitido disponer de más dinero para alimentación y ésta se ha tornado excesiva. Al mismo tiempo, los hábitos del ejercicio físico y la vida activa y no sedentaria no parecen haberse incorporado a las costumbres diarias, en la misma medida en que ha mejorado la alimentación.
El hecho es que si bien la iniciativa de Girardi no apunta ni a todas ni a las principales causas de la obesidad y de las enfermedades derivadas de una alimentación inadecuada, sí se dirige a evitar UNA de ellas, como lo es la ingesta de alimentos envasados que contienen altos niveles de sal, azúcar o grasas.

Entonces, en este aspecto, no cabe duda de que es una iniciativa favorable al interés general.

Puede ser lamentable que Girardi tenga razón, aunque sea sólo parcialmente, porque él, como buen socialista (los PPD son socialistas) dispara con el propósito de mermar la libertad de elegir de las personas y dañar al capital y al emprendimiento, pero no puede desconocerse que también su iniciativa es favorable para una mejor salud de los chilenos.

Más vale que lo reconozcamos y actuemos para que, en este aspecto, y respetando los derechos a elegir de las personas y a producir de las empresas, se dicten normas que contribuyan a una mejor y más sana alimentación de la gente.

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