Publicidad

El golpe de timón que la salud necesita

Cecilia Sepúlveda
Por : Cecilia Sepúlveda Decana Facultad de Medicina UCh.
Ver Más

Necesitamos una política de Estado, que trascienda el gobierno de turno y que asegure que en 20 años más el país contará con los profesionales que deberán dar salud a ese Chile envejecido y con enfermedades crónicas que se nos avecina.


Este 21 de Mayo el Presidente de la República, Sebastián Piñera, tiene una oportunidad única: hacer una gran reforma a la salud, consolidando algunos cambios instaurados en 2004 y dando un gran golpe de timón al actual sistema que está en crisis.

Priorizar la salud de los chilenos es una tarea ineludible. No sólo implica invertir en la mayor riqueza del  país, su capital humano, sino que abarcar una tarea de largo plazo, que claramente repercutirá en las generaciones futuras. El colapso de los hospitales en invierno, la deuda hospitalaria, la inequidad  en acceso a la salud entre pobres y la clase media, la discriminación por riesgo, edad y sexo del sistema privado, los dramas económicos de una enfermedad catastrófica,  la desprotección en salud que viven miles de chilenos, por ejemplo, los niños que sufren enfermedades raras, son problemas que es urgente enfrentar hoy. Si los chilenos no hacemos cambios, debemos tener claro que  en 20 años el panorama será muchísimo peor.

Ciertamente Chile vive una transición epidemiológica: hemos pasado de los grandes éxitos sanitarios del siglo pasado en que vencimos las enfermedades infecciosas o del subdesarrollo como la desnutrición, al fracaso en la lucha contra las patologías del primer mundo, aquellas que dependen de nuestros estilos de vida, como la obesidad, la diabetes, el tabaquismo y las cardiovasculares. Entre tanto, no estamos aggiornando nuestro sistema de salud, -léase los seguros, el financiamiento, los servicios de salud-, como es debido. Eso es configurar crisis social a futuro.

[cita]Este 21 de Mayo el Presidente de la República, Sebastián Piñera, tiene una oportunidad única: hacer una gran reforma a la salud, consolidando algunos cambios instaurados en 2004 y dando un gran golpe de timón al actual sistema que está en crisis.[/cita]

Cabe destacar que mantener nuestros actuales índices de obesidad y de enfermedades crónicas augura que en 15 o 20 años más, nuestro sistema de salud simplemente no dará abasto para sanar o mitigar el dolor de millones de chilenos. Sin contar factores fundamentales que deberíamos sumar, como el peso del envejecimiento de nuestra población, el sedentarismo o el tabaquismo.  Si hoy faltan 10 mil camas en el sistema público, en el 2030 sumar camas ya no será solución, pues ni las clínicas ni hospitales darán abasto para ello.

Por ello Chile tiene dos desafíos: al tiempo de hacer cambios estructurales a nuestro sistema de salud,  debemos generar las  políticas de salud pública que promuevan los estilos de vida saludables. Esto último hay que hacerlo a fondo y decididamente.

Ciertamente algunos lineamientos ya están sobre la mesa. El Jefe de Estado ya recibió un informe de la Comisión Presidencial que él convocó, con diferentes alternativas sobre seguros y financiamiento a la salud. Y es aquí donde está la primera gran disyuntiva, pues aunque la comisión llegó a muchos consensos relevantes, como la importancia de plantear un Plan Universal para todos los chilenos, se dividió ante un tema que ha sido eterna discusión y que impidió el avance de la reforma de la salud del gobierno del Presidente Lagos: ¿cómo financiamos el sistema: con solidaridad o cuentas individuales?

Sin lugar a dudas, para la gran mayoría de los salubristas y técnicos la respuesta es clara: la solidaridad es la herramienta más eficiente para minimizar riesgos y evitar la discriminación por sexo, edad o enfermedad. Sin embargo ése es un tema de decisión política y aún los chilenos estamos esperando que el Ejecutivo y el Legislativo enfrenten un tema de discusión política de envergadura como ése, demasiado ideologizado para estos tiempos, pero con el cual se escribe política con letras mayúsculas: el financiamiento de la salud chilena.

Ha llamado la atención que este tema central se haya obviado de los anuncios en salud realizados por La Moneda la semana pasada. Ha sido el mismo coordinador de la Comisión Presidencial quien ha relevado esta omisión. Sin duda, el Gobierno de los cambios, que está planteando una serie de modificaciones al sistema -que aportan, pero que son periféricas-, está desperdiciando una oportunidad única.

Esperamos también una política de formación de especialistas médicos, porque hoy el país no dispone de suficiente capital humano avanzado para enfrentar los problemas de salud; así como una política de recursos humanos para el sector público de salud para que los y las mejores profesionales permanezcan en él. Necesitamos una política de Estado, que trascienda el gobierno de turno y que asegure que en 20 años más el país contará con los profesionales que deberán dar salud a ese Chile envejecido y con enfermedades crónicas que se nos avecina.

Por ello es que este 21 de Mayo es una gran oportunidad para el Gobierno. El Presidente prometió cambios: aquí hay ciertamente algunos muy relevantes que esperan sin resolverse.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias