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Un gobierno que ha destacado por los golpes de efecto

Teresa Valdés E.
Por : Teresa Valdés E. Coordinadora del Observatorio de Género y Equidad.
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El cierre en el SERNAM del Programa de participación y de las instancias participativas en regiones, la Minuta que buscaba promover la abstinencia sexual entre las y los adolescentes, los Manuales para la formación de mujeres del Programa Jefas de Hogar, son la mejor demostración del proyecto conservador que hay tras buena parte de las acciones de distintos organismos de gobierno.


Ad portas de la segunda cuenta del Presidente Piñera ante el Congreso Pleno y en medio de una orquestada anticipación de anuncios que permitirían al gobierno retomar su agenda, bastante maltrecha por el incumplimiento de promesas de campaña, el intento de alza del gas en Magallanes, el caso Kodama –o Minvu-Gate-, la aprobación de la construcción de cinco represas en los ríos Baker y Pascua, entre otros, la ciudadanía no deja de expresar su rechazo a diversas iniciativas, a pesar del uso desmedido de la fuerza ante las protesta y de la criminalización de la misma.

Este ha sido un gobierno que ha destacado por los golpes de efecto de su Presidente, desperfilándose el sentido de coalición en el poder del conglomerado de derecha que trata de justificar todos sus gestos y arranques de autoridad, de banalizar sus torpezas en el manejo de las relaciones con los países vecinos y sus frecuentes traspiés en sus improvisaciones. Ello no debe llevarnos a engaño: en forma más o menos desembozada, sigue adelante con el proyecto de completar la tarea que la dictadura militar dejó inconclusa, radicalizando las privatizaciones y condiciones para que definitivamente sea el mercado el que se imponga por sobre la acción del Estado y de todo interés público que requiera de la solidaridad, pero también en la vuelta a una cultura y organización tradicional de la sociedad.

[cita]El cierre en el SERNAM del Programa de participación y de las instancias participativas en regiones, la Minuta que buscaba promover la abstinencia sexual entre las y los adolescentes, los Manuales para la formación de mujeres del Programa Jefas de Hogar, son la mejor demostración del proyecto conservador que hay tras buena parte de las acciones de distintos organismos de gobierno.[/cita]

Las promesas de campaña, aquel listado de medidas populistas, como nunca son promesas, como lo podemos apreciar con la ampliación del permiso postnatal, la eliminación del 7% de descuento a los jubilados o el “ingreso ético familia”. Aunque una lectura cuidadosa del programa de gobierno revela que éste sí es la carta de navegación, al menos el capítulo IV: “Hacia una sociedad de valores con calidad de vida”. Allí se expone con claridad lo que hemos observado con estupor desde el Observatorio de Género y Equidad, pero también la ciudadanía toda: el lugar de las mujeres relegado a la familia en su versión patriarcal tradicional, la promoción de la natalidad como objetivo de políticas públicas, el “fortalecimiento de la familia”, eufemismo con que se reprime la diversidad de formas de convivencia y se cambia las política de democratización de la familia a servicios de asistencia social, la voluntad de disciplinar a las y los jóvenes, más allá del eslogan de la libertad, etc. Nada se dice allí de la participación política y social de las mujeres, tampoco de cómo los bajos porcentajes de mujeres en cargos de representación hablan de la baja calidad de nuestra democracia y de la deuda que tiene con ellas.

El cierre en el SERNAM del Programa de participación y de las instancias participativas en regiones, la Minuta que buscaba promover la abstinencia sexual entre las y los adolescentes, los Manuales para la formación de mujeres del Programa Jefas de Hogar, es decir, para mujeres de sectores de bajos ingresos, que debió retirar de circulación (habían sido entregados a las encargadas de programas el 28 de abril), son la mejor demostración del proyecto conservador que hay tras buena parte de las acciones de distintos organismos de gobierno. Este proyecto se vería coronado con el anuncio el 21 de mayo de la creación del Ministerio de la Mujer y la Familia, en reemplazo del Servicio Nacional de la Mujer, institucionalidad que durante los 20 años de gobiernos de la Concertación impulsó y consagró la igualdad de oportunidades y la equidad de género como objetivo de políticas públicas. Estamos, por tanto, ante la mayor amenaza de retroceso, caminando al revés de lo que han hecho todos los países con los que nos intentamos comparar. Por ejemplo, la Unión Europea, que cuenta con todo un ordenamiento para asegurar la igualdad entre mujeres y hombres, no para resguardar a la mujer en la familia. La crisis económica hizo caer el Ministerio de Igualdad en España, pero no las políticas de igualdad. En nuestro país, los programas de los candidatos hoy en la oposición, todos incluían el fortalecimiento de la institucionalidad para la equidad de género, también el Plan de Igualdad entre Mujeres y Hombres elaborado por el SERNAM en 2009 para el período 2010 – 2020. Curiosamente, hace unos días, vimos como se unían el gobierno y sus instituciones con la iglesia católica para celebrar el Día Internacional de la Familia, una alianza que termina de perfilar el horizonte del anuncio de este nuevo Ministerio.

Esa es la voluntad del Ejecutivo y la ha expresado en diversos proyectos de ley enviados al Parlamento y también en los que no ha enviado. En este contexto no debe sorprender que haya llamado para ocupar cargos ministeriales a los dos senadores de la coalición de derecha que abrían la agenda legislativa en los llamados “temas valóricos” por caminos opuestos a su agenda: la despenalización del aborto terapéutico (Senadora Evelyn Matthei, actualmente Ministra del Trabajo) y el “Acuerdo de vida en común” (Senador Andrés Allamand, actualmente Ministro de Defensa) que regularizaría las uniones de parejas homosexuales. Cuidado pusieron los partidos de derecha en designar en su reemplazo –porque nuestra democracia ignora aquella antigua tradición de que sean los propios ciudadanos los que elijan parlamentarios para las vacantes que se produzcan por distintas razones-  a dos senadores que se oponen totalmente a dichas iniciativas.

El movimiento de mujeres tiene una agenda legislativa para avanzar en igualdad entre los géneros y sigue con atención la labor parlamentaria. Por ello, en esta oportunidad entrevistamos a senadoras y senadores de la República, de gobierno y oposición, sobre proyectos estratégicos de esa agenda. Si bien, varios senadores de derecha no respondieron a nuestra solicitud, a pesar de nuestra insistencia, en este Boletín entregamos las opiniones recogidas. Pensamos que son de gran interés para la ciudadanía.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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