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21 de mayo: Negativo balance de la política exterior

Cristian Leyton
Por : Cristian Leyton Profesor Civil Academia de Guerra del Ejército. Investigador Asociado Centro de Estudios Estratégicos ANEPE.
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Hacer el balance es constatar que el manejo de nuestras relaciones exteriores y el posicionamiento de Chile en el entorno vecinal y regional sigue siendo meramente reactivo, tímido y sometido a los dictámenes de poderes geoeconomicos facticos. Seamos claros en señalar: todo parece indicar que “Lo Económico-comercial” dicta “Lo Político”, pero lo hace desde una posición de débil a fuerte. Nosotros somos el “débil”, ellos “los fuertes”.

Falta, con urgencia, establecer una línea de acción clara, precisa y con proyección de largo plazo. Los grandes consensos nacionales en torno a la defensa y promoción de determinados intereses permanentes del país están profundamente agrietados: claras divergencias existen en relación al manejo de la PP.EE chilena, en particular hacia Bolivia y Perú.

Es así como mientras el equilibrio político de la región cambia a pasos agigantados, pero lo hace de manera sigilosa, Chile parece estar quedándose al margen del nuevo orden geopolítico que se rediseña. Peor aún, se ha convertido en un mero seguidor de liderazgos emergentes.

El vacío político regional que dejó Argentina jamás intentó ser llenado por Chile, al menos en el ámbito comercial o político. Observamos pasivamente como Venezuela llenaba espacios. Con Bolivia, la oportunidad histórica de atraerla permanentemente hacia nuestra zona de intereses se desvaneció por falta de firmeza en cuanto a establecer de manera inequívoca la única solución viable a la demanda paceña: un corredor territorial y marítimo al norte del caso urbano de Arica, soberano y útil, pero sometido a un canje territorial. La nueva Administración de La Moneda, al no poseer intereses económicos en Bolivia, parece haberle cerrado la puerta, en la cara, a Evo. Hoy nos enfrentamos a una posible segunda demanda ante La Haya.

Por otro lado, cuando la Cancillería de la Concertación pudo asumir un liderazgo político en torno a la creación formal de un “Eje Pacífico”, en contraposición a la postura bolivariana, nunca dio el paso. El Perú sí lo hizo hace una semana atrás. Bien por Lima. La pasividad de la Cancillería chilena contrasta con la peruana. El Palacio Pizarro limeño ha sabido hacer suya la famosa estrategia francesa “du faible au fort”.Felicitaciones a Torre Tagle.

Cuando vemos que Brasil se “aleja” de Chile, la Cancillería solo observa. Cuando podemos acercarnos más a Argentina, el inmovilismo nos gobierna. Cuando los EE.UU. nos instan a dejar de asumir la postura de un “gigante económico-comercial” para dejar de ser un “enano político”, un silencio invade los pasillos del Edificio Carrera.

Hemos de esperar que este 21 de Mayo algunas frases nos indiquen que el letargo en el cual está sumida nuestra Política Exterior esté pronta a terminarse. Se requiere generar un debate profundo en torno al papel que Chile debería desempeñar en los próximos 15 o 20 años. Pero sobre todo, levantar los escenarios que deberían permitirnos influenciar y modificar la tendencia que se dibuja hoy y que se nos está imponiendo desde el espacio vecinal.

Que Chile vuelva a sentirse un “Estado-fortaleza”, asediado por todas sus fronteras depende del manejo que haga la Cancillería. El Ministerio de Defensa y sus FF.AA han cumplido a cabalidad su rol: contener los riesgos y amenazas por medio de una disuasión creíble. Hoy necesitamos transformar las capacidades dormidas en medios de acción cooperativos, y si la necesidad se hace sentir, persuasivos.

La debilidad de la Política Exterior chilena puede, bajo ciertas condiciones, constituirse en fuente de alta inestabilidad en una zona que no requiere precisamente de ella, sobre todo en momentos en que todos los paises vecinales cuestionan nuestras fronteras. El Presidente Piñera tuvo la última palabra, pero solo más y más preguntas quedaron en el tapete…

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