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Otra subsecretaría y otra comisión


Como el actual gobierno es muy parecido a sus antecesores, en el sentido de creer que todos los problemas los debe solucionar el Estado, anunció que éste sería «el Año de la Educación Superior».

Ese fue un error político más en aras de la «imagen». Error, porque lo primero que piensan las entidades de educación superior que obtienen dinero del Estado es que en «el año de…» van a obtener todavía más.

Lo cual no tiene fundamento, porque si ustedes leyeron «El Mercurio» del viernes 17 vieron que el dinero estatal dedicado a la educación superior ha aumentado del 0,3 por ciento del PIB en 2007 a un 0,84 por ciento en 2009, es decir, se ha más que duplicado. Si a ello se suma el aporte privado a la educación superior, Chile resulta destinando a ella más que el promedio de las naciones desarrolladas que se agrupan en la OECD, superando a países como Dinamarca, por ejemplo.

El jefe de Educación Superior del Ministerio, Juan José Ugarte, ha dicho que el promedio de las becas a los alumnos ha aumentado de $1.150.000 a $1.850.000 al año y también se elevó el subsidio al crédito del Fondo Solidario. «Esa es una inyección enorme de recursos».

Entonces ¿por qué desfilan en protesta miles de universitarios, entre otros? Porque quieren más dinero. Según la consigna comunista, la educación superior debería ser gratuita.

Es decir, a la élite que va a la universidad (porque es una élite) debería dársele más dinero para pagar sus estudios superiores.

Esto constituiría otro atentado a los propósitos de que el gasto público procure una mayor igualdad en el país, tal como en el caso de iniciativas como la supresión del 7 por ciento de cotización de salud que hacen los jubilados, que no están entre los grupos más pobres del país, como sí lo están, por ejemplo, comprobadamente, los niños pobres hasta de tres años de edad, a quienes nada se les dará (entre paréntesis, no votan y los jubilados sí).

¿En qué terminará el «Año de la Educación Superior»? Yo les voy a decir: en que, más encima de haberse más que doblado el aporte a ella en los dos últimos años, se le va a volver a aumentar; en que se va a crear otro gran organismo estatal, la Subsecretaría de Educación Superior, que va a tener muchos funcionarios más provenientes de las legiones de aspirantes que todavía no han podido ser contratados; y, finalmente, como de costumbre, en que se va a crear otra comisión (con muchas fotos), a cuyas conclusiones nadie les va a hacer caso, porque lo que se quería era más plata y ésa se va a conseguir.

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