El parlamentario se comprometió a patrocinar, es decir presentar a su nombre, todas las indicaciones al proyecto de ley que desee incorporar la Unión Nacional de Artistas. Para ello encomendó a uno de sus asesores para trabajar en conjunto con la UNA.
Si lo que dice la Unión Nacional de Artistas (sic) es cierto, es bastante grave.
Una cosa es escuchar a interesados en determinada discusión parlamentaria, que es parte de la democracia. Otra muy distinta es comprometerse a patrocinar todas las indicaciones que le proponga un grupo de interés.
Girardi, un senador preocupado por la transparencia y la fiscalización da una muy mala señal al entregar un cheque en blanco a una agrupación que reúne una serie de organizaciones privadas vinculadas con la cultura y, cuando se trata de batallas legislativas, tiene una sospechosa tendencia a defender en el Congreso posiciones conservadoras y estrechamente vinculadas a entidades de gestión colectiva y a la industria del entretenimiento internacional.