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Hay parlamentarios que consumen drogas

Juan José Soto
Por : Juan José Soto Agrónomo de la UC, ex Director Fundación Ciudadano Inteligente y de Modernización del Estado.Actualmente consultor Banco Mundial,
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Quienes se mueven en los asuntos públicos, más de alguna vez habrán escuchado la frase «no te preocupes, ese diputado es nuestro», frase proveniente de un prominente presidente de directorio o gerente de alguna gran empresa. Frase que no es inocente, por cuanto devela la fragilidad actual de nuestro sistema político.


Con el título de esta columna, un oscuro personaje de nuestra historia y asesor de la dictadura, levantó un manto de dudas sobre nuestros congresistas, y desencadenó toda una trifulca política allá por el año 1995.

Hacer acusaciones como esta, sin pruebas, es un ejercicio arriesgado, calumnioso y dañino para nuestra democracia y nuestras instituciones. De hecho, Francisco Javier Cuadra terminó encarcelado por estas declaraciones y con varias  querellas en su contra.

Pero hoy escuchamos otro tipo de declaraciones, igualmente graves y comprometedoras de la fe pública de nuestros congresistas, sin embargo, todos miran para el lado, y a ningún diputado o senador se le ocurriría levantar cargos contra quienes hacemos estas declaraciones. Muchos de ellos, tienen techo de vidrio.

¿De qué declaraciones hablamos? Constantemente, diversos columnistas, académicos, ONG`s, etc, hemos levantado la voz acerca de los conflictos de interés de los parlamentarios, y específicamente, sobre la falta de transparencia del financiamiento electoral. Eduardo Engel, en ya varias oportunidades, ha declarado que en Chile existen intereses – sobre todo en sectores regulados – que impiden que se hagan los cambios legales en el Congreso para velar por el bien común, beneficiando a todos los chilenos, en lugar de a unos pocos empresarios con la capacidad económica para comprar voluntades políticas.

[cita]Si alguien te donó 40 millones para tu campaña, es difícil no contestarle el teléfono después, ni menos, ir en contra de sus intereses, mal que mal, estás sentado en el Congreso, gracias a sus generosos aportes.[/cita]

Engel se refiere a la próxima Ley de Pesca que ingresa este año al Congreso, donde los millones en juego para quienes hoy están en el negocio son cuantiosos. Pero esta misma presión sobre los parlamentarios se vive con la actual tramitación de la ley de TV digital, de las antenas celulares, y se vivió con las concesiones viales, construcción, energía, transportes, telecomunicaciones, y con un largo etcétera de sectores fuertemente regulados, donde los incentivos para financiar campañas políticas son altos para las empresas, generando una asimetría en la capacidad de influencia sobre el Congreso, entre ciudadanía y empresas. Puede que esta asimetría sea en parte la que le está pasando hoy la cuenta a toda la clase política.

Quienes se mueven en los asuntos públicos, más de alguna vez habrán escuchado la frase «no te preocupes, ese diputado es nuestro», frase proveniente de un prominente presidente de directorio o gerente de alguna gran empresa. Frase que no es inocente, por cuanto  devela la fragilidad actual de nuestro sistema político, la falta de transparencia que existe en el financiamiento de las campañas políticas, y la fuerte presión de la cual son objeto nuestros congresistas. Si alguien te donó 40 millones para tu campaña, es difícil no contestarle el teléfono después, ni menos, ir en contra de sus intereses, mal que mal, estás sentado en el Congreso, gracias a sus generosos aportes.

Lo anterior es grave, pues los ciudadanos confiamos en que sea el Congreso donde se puedan expresar las ideas superiores que resguarden el bien de toda la sociedad: esperamos que nuestros diputados y senadores nos representen poniendo el bien común como base para toda discusión y antes de cada votación. No queremos pensar, ni por un minuto, que el voto y las opiniones sobre una determinada ley, están influenciados por quienes financiaron su campaña electoral. Y si esto es así, la fe en el sistema como un todo se quiebra en pedazos que después será difícil recomponer.

Es de esperar que las reformas políticas que está impulsando la Concertación, tengan buena acogida en el Gobierno, y de estas reformas políticas, una que es urgente de cara a las próximas elecciones municipales y parlamentarias, es la de financiamiento electoral. Si no logramos transparencia en este ámbito, la credibilidad de la institución seguirá cayendo, y al final, cuando tomemos las medidas correctivas, puede ser demasiado tarde.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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