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Los que la hacen, que la paguen


En los últimos veintidós años, bajo los cinco gobiernos de la Concertación –porque el actual, para mí, es sólo otro más– se han llevado adelante muchas iniciativas perjudiciales para el país, pero en particular dos especialmente graves: la de debilitar la familia y la de proteger a los delincuentes.

Este V Gobierno de la Concertación ha hecho ayer su aporte al respecto, al enviar al Congreso un proyecto destructivo del matrimonio, que es la base del hogar y de la familia. Esa iniciativa le confiere un título de legitimidad a las que ahora se llama «parejas».

Las «parejas» han existido siempre como tales, pero nunca habían adquirido la categoría de sucedáneas o sustitutivas del matrimonio regular, como lo posibilita el proyecto del gobierno de Sebastián Piñera, que les ha abierto la puerta para reemplazar al hogar debidamente constituido. Es mucho más fácil firmar un «Acuerdo», que después puede dejarse sin efecto mediante un sencillo trámite notarial, que contraer matrimonio, caracterizado por ser una unión permanente y estable, de la cual es mucho más difícil desligarse.

Ya la disolución de la moral general ha conducido a que casi dos tercios de los chilenos nazcan fuera del matrimonio. Si éste es la base del hogar, quiere decir que esa proporción de chilenos nace careciendo de un hogar propiamente tal.

¿Y qué hemos visto en las calles durante las últimas semanas? Una juventud que es hija de ese estado de cosas y representa la peor consecuencia de la disolución social: daños, ultrajes, incendios, saqueos, violencia.

Si hubiera existido una legislación punitiva de los excesos que hemos presenciado, la situación sería muy distinta, pero los gobiernos de la Concertación han legislado sistemáticamente en favor de la delincuencia. Entonces hemos llegado al extremo de que ya es muy difícil que el autor de un delito sea castigado. De los depredadores, saqueadores, vándalos, incendiarios y asaltantes que se han apoderado de las calles en estos días, NO HAY UNO SOLO, LÉASE BIEN, UNO SOLO formalizado por algún delito. Hasta el sujeto visto, fotografiado y filmado incendiando un automóvil ha sido dejado en libertad.

Lo peor es que todo lo que se ha hecho en estos veintidós años por debilitar la familia propiamente tal y garantizar la impunidad de los delincuentes ha sido hecho, es inútil desconocerlo, con un gran respaldo mayoritario. Eso es innegable.

Bueno, pero eso lo está pagando la sociedad chilena de hoy. No se quejen, ustedes lo hicieron. Ustedes votaron por lo que hoy tienen. Ustedes aplauden a los «estudiantes» que no dejan estudiar y se toman los colegios y universidades. Ustedes dicen que ellos tienen razón. Entonces no se quejen de los actos vandálicos que ellos protagonizan, porque fueron ustedes los que sembraron la semilla y hoy son ustedes quienes los están alentando.

Es una ley de la vida: «el que la hace, la paga». Lo de estos días lo ha hecho una mayoría de chilenos y lo está pagando también una mayoría. Que ella, entonces, no se queje. Los que somos minoría y nos hemos opuesto siempre a la disolución general tenemos derecho a hacerlo, pero ustedes, la mayoría, no. Con su pan se lo coman.

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