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El endeudamiento detrás del descontento

La enseñanza pública y gratuita de calidad, no cuestiona ni al sistema capitalista ni a su modalidad neoliberal que le asigna al Estado un rol subsidiario. Así ocurre en numerosos países que tienen enseñanza pública gratuita, entre ellos México, Argentina, Francia, España, Inglaterra y los países escandinavos. Con gobiernos socialdemócratas, de centro derecha o de centro izquierda ¿por qué en Chile pareciera que el entramado político, social y económico, estuviera temblando por esta elemental reivindicación democrática e igualitaria?


Durante años la campaña de los consumidores para reducir las elevadas tasas de interés en los préstamos de consumo no tuvo ni el eco ni la protesta suficiente para cuestionarlas .Incluso las opiniones técnicas de economistas que vaticinaban que el grado de endeudamiento con tarjetas de crédito se aproximaba a un límite y que una crisis de pagos estaba cercana, tampoco tuvieron éxito.

Desde donde menos se lo sospechaba provino el movimiento ciudadano masivo.

Los padres de familia  y sus hijos estudiantes o ya profesionales, endeudados por años para financiar sus carreras, con altas tasas de interés, se sumaron a la protesta. Y entonces el descontento alcanzó la masividad para cuestionar todo el sistema implantado durante los años de la dictadura y  mantenido y perfeccionado por los 20 años de la Concertación.

[cita]La enseñanza pública y gratuita de calidad, no cuestiona ni  al sistema capitalista ni a su modalidad neoliberal que le asigna al Estado un rol subsidiario. Así ocurre en numerosos países que tienen enseñanza pública  gratuita, entre ellos México,  Argentina, Francia, España, Inglaterra y los países escandinavos. Con gobiernos socialdemócratas, de centro derecha o de centro izquierda ¿por qué en Chile pareciera que el entramado político, social y económico, estuviera temblando por esta elemental reivindicación democrática e igualitaria?[/cita]

La enseñanza pública y gratuita de calidad, no cuestiona ni  al sistema capitalista ni a su modalidad neoliberal que le asigna al Estado un rol subsidiario. Así ocurre en numerosos países que tienen enseñanza pública  gratuita, entre ellos México,  Argentina, Francia, España, Inglaterra y los países escandinavos. Con gobiernos socialdemócratas, de centro derecha o de centro izquierda ¿por qué en Chile pareciera que el entramado político, social y económico, estuviera temblando por esta elemental reivindicación democrática e igualitaria?

Porque en Chile la educación se sometió a la lógica de mercado, en que la rentabilidad se transformó en un negocio que se extendió a los dirigentes de  la casta política de todos los partidos. Hay sostenedores de escuelas, institutos  y universidades en toda la esfera política. Fundar una Universidad, vincularla a negocios inmobiliarios y al financiamiento de sus elites directivas ha alcanzado a todo el espectro político. No sólo se trata de la Universidad del Desarrollo, vinculada a la UDI, o a la ARCIS, propiedad del PC, también han llegado los inversores extranjeros, como los que han adquirido la UNIACC o la SEK, o la Santo Tomás y otras más.

Es cierto que la masa de jóvenes universitarios se acerca al millón de estudiantes, pero esto se ha hecho en medio del descontrol de la calidad, del endeudamiento de las familias de clase media en su anhelo de tener uno o dos hijos  con enseñanza universitaria. Para ello  al no tener ingresos suficientes  (y la clase media chilena no los tiene) ha sido necesario endeudarse y súbitamente  se ha creado  la unificación de padres, apoderados, estudiantes, profesores y deudores de tarjetas de crédito, bancarias y no bancarias, en un movimiento ciudadano que no se veía desde  el año 1957, por el alza del trasporte o en la década del 80 por la lucha contra la dictadura y sus métodos represivos.

Por eso el movimiento social  debe incluir no sólo las reivindicaciones educacionales sino extenderse al fin de las tasas de  interés con usura que han servido para enriquecer  a la oligarquía tradicional y a la nueva casta política que busca  su ascenso financiero. Y por encima de todo a  implantar un sistema tributario que garantice la continuidad de la enseñanza pública gratuita, con independencia del precio del cobre y los recursos naturales exportables.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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