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Participación Ciudadana en serio

Danae Mlynarz
Por : Danae Mlynarz Cientista Política y Trabajadora Social. Directora Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural Miembro de la Red por la Participación
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Es crucial contar con una carta magna legítima en su origen, democrática en su formulación y participativa en su constitución. Por ello dentro de todos los “debes” de nuestra anoréxica democracia deberíamos propiciar una Asamblea Constituyente que genere una nueva Constitución para Chile, la existencia de iniciativa popular de ley, la posibilidad de convocatoria ciudadana a plebiscitos nacionales.


¡Participación Ciudadana es decidir y no otra cosa! Es la intervención de los particulares en actividades públicas, en tanto, portadores de intereses sociales. Es una relación entre Estado y sociedad civil, una acción de ésta sobre el primero. Hace referencia a las formas de inclusión de la ciudadanía en procesos decisorios, incorporando sus intereses particulares -no individuales- respecto a temáticas públicas.

La sociedad chilena exige reconocer esta participación ciudadana y avanzar fuertemente a una democracia deliberativa que, como analiza Adela Cortina, implica la participación del pueblo en los asuntos públicos a través de sus representantes. Sin embargo, la elección popular no es suficiente, ya que para que esta representación sea auténtica, se deben reformar los mecanismos de representación, para que todos los ciudadanos, independiente su clase social o poder político, sean protagonistas y responsables de sus acciones respecto a lo público.

[cita]Es crucial contar con una carta magna legítima en su origen, democrática en su formulación y participativa en su constitución.  Por ello dentro de todos los “debes” de nuestra anoréxica democracia deberíamos propiciar una Asamblea Constituyente que genere una nueva Constitución para Chile, la existencia de iniciativa popular de ley, la posibilidad de convocatoria ciudadana a plebiscitos nacionales.[/cita]

Chile requiere reformas urgentes para avanzar en participación ciudadana desde la mejora del Sistema Político en su representación de la ciudadanía, principios, derechos, transparencia, mecanismos de elección y de decisión. La última encuesta CEP es un síntoma más de esta necesidad.

Es crucial contar con una carta magna legítima en su origen, democrática en su formulación y participativa en su constitución.  Por ello dentro de todos los “debes” de nuestra anoréxica democracia deberíamos propiciar una Asamblea Constituyente que genere una nueva Constitución para Chile, la existencia de iniciativa popular de ley, la posibilidad de convocatoria ciudadana a plebiscitos nacionales, la creación del Defensor del Pueblo u Ombudsman, la existencia de un sistema electoral proporcional, el desarrollo de primarias públicas, abiertas y vinculantes financiadas por el Estado para selección de candidatos, la existencia de un límite en la reelección de representantes, la postergada inscripción automática en los registros electorales, el voto de chilenos en el extranjero, la elección directa de consejeros regionales e intendentes, modificar los elevados quórum constitucionales en el proceso legislativo y mejorar y transparentar el financiamiento de los partidos políticos y las campañas electorales.

Estas importantes reformas apuntan a fortalecer nuestra democracia deliberativa, fomentar una verdadera participación ciudadana y canalizar esa imperiosa necesidad de hacerse parte, mostrada por los chilenos durante los últimos tres meses con la movilización estudiantil, inusuales estrategias de protesta y con un apoyo significativo de la opinión pública.

Hoy es el momento para sentar las bases de todo lo que queremos para un nuevo Estado en forma participativa, hoy es el momento para exigirle a nuestra clase política desprestigiada su verdadero compromiso por estos cambios.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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